Seminario
Lección 81: 1 Samuel 1–2


Lección 81

1 Samuel 1–2

Introducción

Mientras adoraba en el tabernáculo, Ana lloró y suplicó a Jehová que le diera un hijo. Ella hizo convenio con Jehová de que si le daba un hijo, se lo entregaría a Él. Después de ser testigo de la angustia y la pena de Ana, y descubrir su causa, Elí, el sumo sacerdote, le reveló a Ana que Dios le concedería su deseo. Por causa de la gran fe de Ana, ella fue bendecida con un hijo a quien puso por nombre Samuel. Para cumplir la promesa que le hizo a Jehová, Ana llevó a Samuel a Elí para que sirviera a Jehová. A medida que aumentaba la aprobación que Jehová y el pueblo tenían por Samuel, Elí y su casa fueron castigados por no honrar a Dios.

Sugerencias para la enseñanza

1 Samuel 1:1–28

Ana hace convenio con Jehová cuando pide un hijo en oración

Para comenzar, haga una lista de algunas de las adversidades siguientes en la pizarra (o invite a los alumnos a hablar de las adversidades que sean más relevantes para ellos): un accidente o enfermedad; la muerte prematura de un amigo o familiar; discapacidades físicas o de aprendizaje; experimentar crueldad de los demás.

Escriba las siguientes preguntas en la pizarra:

¿Por qué me está sucediendo esto?

¿Qué puedo aprender de estas adversidades?

  • Si les sucede algo difícil en la vida, ¿cuál de esas dos preguntas es más probable que se pregunten? ¿Por qué?

Explique que muchas adversidades y desafíos son condiciones naturales de la vida terrenal y no suceden porque la persona que las experimente tenga culpa alguna. Explique que cuando los alumnos estudien 1 Samuel 1, aprenderán sobre Ana, una mujer fiel que experimentó adversidad. Invítelos a averiguar qué podemos aprender de su ejemplo que nos ayude cuando enfrentemos adversidad.

Copie la siguiente tabla en la pizarra, e invite a los alumnos a copiarla en su cuaderno de apuntes, en su diario de estudio de las Escrituras o en una hoja de papel:

La adversidad de Ana

Mi adversidad

1.

2.

1.

2.

Pida a los alumnos que lean 1 Samuel 1:1–2 en silencio para descubrir una de las adversidades que Ana experimentó.

  • De acuerdo con el versículo 2, ¿cuál era la adversidad de Ana? (No podía tener hijos).

Invite a los alumnos a escribir No poder tener hijos en la línea 1 bajo la columna titulada “La adversidad de Ana”. En toda época, ha habido mujeres que no podían tener hijos a pesar de su justo deseo de tenerlos. En la cultura en la que vivió Ana, las mujeres experimentaban vergüenza social si eran estériles (o no podían tener hijos). Tal vez sea útil recordar a los alumnos que en el antiguo Israel, a veces los hombres y las mujeres justos practicaban el matrimonio plural (véase Génesis 16:1–3; Jacob 2:30; D. y C. 132:1). Penina, la otra esposa de Elcana, el marido de Ana, sí podía tener hijos. El hecho de que Penina podía tener hijos pudo haber hecho que la incapacidad de Ana de tenerlos se sintiera más devastadora.

Explique que Elcana y su familia viajaban a Silo cada año para adorar y para ofrecer sacrificios. Silo era el sitio donde se encontraba el tabernáculo, o “la casa de Jehová” (1 Samuel 1:7).

Pida a varios alumnos que se turnen para leer en voz alta 1 Samuel 1:3–8, y pida a los alumnos que sigan la lectura en silencio y averigüen la otra adversidad que experimentaba Ana en esas ocasiones. Ayude a los alumnos a comprender que la frase “su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola” significa que alguien se esforzaba por hacer enojar a Ana por el hecho de que no podía tener hijos.

  • ¿Cómo podría la capacidad de Penina de tener hijos haber causado conflicto entre las dos mujeres?

  • ¿Cómo describirían la adversidad que Ana experimentó? (Después de que los alumnos respondan, invítelos a escribir en su tabla Sufrir la crueldad de otras personas en la línea 2 bajo “La adversidad de Ana”).

  • ¿Cómo podrían ustedes sentirse tentados a reaccionar si otras personas fueran crueles con ustedes?

  • ¿Qué pueden hacer si alguien los está acosando a ustedes o a alguien a quien conocen, ya sea en persona o en Internet?

Asigne a los alumnos a trabajar en pares para leer 1 Samuel 1:9–18 para descubrir lo que causó que la pena de Ana se viera reemplazada con paz. Invite a los alumnos a remitirse al versículo 16, nota a al pie de página, para aprender que la palabra impía quiere decir (“indigna, sin valor”).

  • ¿Qué frases indican que la pena de Ana fue reemplazada con paz?

  • ¿Qué hizo Ana para recibir esa paz?

  • ¿Qué más sucedió para permitir que la pena de Ana fuera reemplazada con paz?

Para ayudar a los alumnos a reconocer un principio, hágales las siguientes preguntas:

  • Si Ana estuviera aquí hoy, ¿de qué principio creen que testificaría ella? (Es posible que los alumnos usen palabras diferentes, pero asegúrese de que reconozcan el siguiente principio: Cuando nos volvemos al Señor en nuestra adversidad, Él puede proporcionar ayuda, esperanza, consuelo y paz).

  • Cuando pedimos paz en oración, ¿elimina siempre el Señor nuestra adversidad? ¿Cuáles son algunas otras formas en las que Él puede darnos paz?

Para ayudar a los alumnos a sentir la verdad y la importancia del principio que reconocieron, haga la siguiente pregunta:

  • ¿Cuándo les ha bendecido el Señor con paz por volverse a Él cuando experimentaban adversidad?

Invite a los alumnos a meditar en las adversidades que puedan estar afrontando y a escribirlas en su tabla bajo la columna titulada “Mi adversidad”. Tras darles suficiente tiempo, invítelos a reflexionar en la forma de volverse al Señor para recibir Su paz durante sus adversidades.

Recuerde a los alumnos que Ana le prometió a Jehová que si le daba un hijo, ella se lo entregaría para que le sirviera. Pida a varios alumnos que se turnen para leer 1 Samuel 1:20–28en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para averiguar cómo cumplió su promesa.

Para ayudar a destacar otra verdad que podemos aprender de ese relato, escriba la siguiente oración incompleta en la pizarra: Cuando le pedimos al Señor que nos bendiga, debemos estar dispuestos a

  • ¿Cómo podrían ustedes completar esa oración basándose en los versículos 27–28? (Es posible que los alumnos usen palabras diferentes, pero tal vez completen la oración de manera que sea similar a este principio: Cuando le pedimos al Señor que nos bendiga, debemos estar dispuestos a usar esas bendiciones para servirle).

Invite a los alumnos a pensar cómo le han pedido al Señor que les bendiga, y a considerar cómo usarían esas bendiciones para servirle. Si lo desea, invite a varios alumnos a compartir algunas de sus experiencias.

1 Samuel 2:1–10

Ana alaba a Jehová

Para resumir 1 Samuel 2:1–10, explique que en esos versículos leemos una oración en la que Ana alabó a Jehová por todo lo que había hecho por ella. También testificó del poder y de la misericordia de Jehová (Jesucristo). La oración de Ana muestra su gran fe, conocimiento del Evangelio y amor por Dios. Señale que el Señor está complacido cuando expresamos gratitud por nuestras bendiciones.

1 Samuel 2:11–36

Elí es castigado por no honrar a Dios por encima de los demás

Pregunte a los alumnos qué cosas podrían hacer los miembros de la Iglesia que serían un mal ejemplo de vivir el Evangelio y que podrían afectar el concepto que otras personas tengan de la Iglesia. Advierta a los alumnos que no mencionen nombres específicos de personas.

Después de que los alumnos respondan, escriba los nombres Ofni y Finees en la pizarra. Explique que esos eran los hijos del sacerdote Elí. Invite a un alumno a leer 1 Samuel 2:12 en voz alta, mientras la clase sigue la lectura en silencio para aprender acerca de esos dos hijos.

  • ¿Cómo creen que la conducta impía de Ofni y Finees haya afectado al pueblo que iba al tabernáculo a adorar?

Explique que en 1 Samuel 2:13–16 se describe cómo esos dos hijos faltaron el respeto al tabernáculo. Los hijos de Elí pecaban al tomar carne de los sacrificios de animales que no les pertenecían. Al hacerlo, esencialmente estaban robando a Dios las ofrendas y engañando al pueblo.

Pida a un alumno que lea 1 Samuel 2:17 en voz alta, y pida a la clase que vea cómo la conducta de los hijos de Elí afectaba a quienes iban a adorar al tabernáculo. Dígales que den un informe de lo que encuentren. Si lo desea, explique que la palabra menospreciaban significa que los odiaban o les desagradaban grandemente.

Pida a algunos alumnos que se turnen para leer 1 Samuel 2:22–25en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para descubrir otras conductas que eran un mal ejemplo para el pueblo.

  • ¿De qué otros pecados eran culpables los hijos? (Participaban en actos inmorales [véase el versículo 22]).

  • De acuerdo con el versículo 24, ¿qué dijo Elí sobre la forma en que la conducta de sus hijos afectaba al pueblo?

Señale que de acuerdo con el versículo 25, Ofni y Finees fueron desobedientes al consejo de su padre. Bajo la ley de Moisés, la desobediencia intencional a los padres se castigaba con la muerte, y los padres estaban obligados a ver que se cumpliera con el castigo (véase Deuteronomio 21:18–21).

Pida a un alumno que lea 1 Samuel 2:27–29 en voz alta, e invite a la clase a seguir la lectura en silencio y a averiguar por qué Jehová estaba molesto con Elí.

  • ¿Por qué estaba Jehová disgustado con Elí? (Él honraba a sus hijos antes que a Dios).

Explique que debido a que Elí no llevó a cabo el castigo que requería la ley de Moisés por las acciones de sus hijos, estaba faltando a su deber. Ayude a los alumnos a comprender que Elí falló en su responsabilidad de padre y en su oficio como el sacerdote presidente. Aunque reprendió a sus hijos, no tomó medidas para ver que se corrigiera la abominación en su familia y en el tabernáculo.

Para resumir 1 Samuel 2:31–36, explique que un “varón de Dios” (1 Samuel 2:27) vino a Elí y pronunció la maldición de Jehová sobre Elí y su casa. La casa de Elí sería destruida y su posteridad no viviría hasta la vejez. Sus hijos morirían el mismo día, y Jehová daría los deberes del sacerdote del tabernáculo a un hombre más fiel.

Invite a los alumnos a leer 1 Samuel 2:30 en silencio para averiguar lo que sucederá si honramos al Señor por encima de todos los demás. (Explique que la palabra despreciar significa desestimar o desdeñar. Tenidos en poco significa no respetado ni honrado. Si despreciamos a Dios, Él no nos respetará ni nos honrará).

  • De acuerdo con el versículo 30, ¿qué pasará si honramos al Señor? (Es posible que los alumnos utilicen palabras distintas, pero deben reconocer el siguiente principio: Si honramos al Señor, Él nos honrará).

Invite a un alumno a leer 1 Samuel 2:18–19 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para saber cómo Elcana y Ana honraron a Dios. Pida a otro alumno que lea 1 Samuel 2:20–21 mientras la clase averigua cómo honró Jehová a Elcana y a Ana. Pida a los alumnos que informen lo que encuentren.

Señale que Elí perdió su derecho de presidir y sus bendiciones de posteridad porque no respetó a Dios lo suficiente para castigar a sus hijos impenitentes por sus pecados. Por el contrario, Ana recibió bendiciones por servir a Dios.

  • ¿Cuáles son las consecuencias de no honrar o no respetar al Señor?

  • ¿Cuándo han visto al Señor honrar a alguien que lo honra a Él?

Invite a los alumnos a meditar en cómo pueden honrar más completamente a Dios, y aliéntelos a seguir cualquier impresión que reciban del Espíritu.

Comentarios e información de contexto

1 Samuel 1:9. ¿Cuál es el significado de que Elí estuviera sentado en una silla junto a un pilar del templo?

“En el antiguo Oriente Medio era costumbre que ciertos oficiales se sentaran en el patio o cerca de los portones de la ciudad para poder juzgar tras escuchar casos o reclamos” (véase Antiguo Testamento, Manual para el alumno: Génesis–2 Samuel, Religión 301, 3ra. ed., manual del Sistema Educativo de la Iglesia, 2003, pág.253).

1 Samuel 1:20. ¿Qué significan los nombres de Samuel y Ana?

Explique que en hebreo, el nombre Samuel significa “nombre de Dios” (Bible Dictionary, “Samuel”) o “escuchado de Dios” (véase Antiguo Testamento, Manual para el alumno: Génesis–2 Samuel, Religión 301,, pág. 253). Es probable que Ana haya dado ese nombre a su hijo como un recordatorio de su voto de prepararlo para el servicio de Jehová. El nombre Ana significa “gracia” (Bible Dictionary, “Hannah”). El relato de Ana es una gran ilustración de la gracia de Dios.

1 Samuel 2:1–10. De la oración que hizo Ana, ¿qué aprendemos acerca de ella?

“La oración de Ana muestra que era una mujer de gran fe y amor hacia Dios. En el vers. 1 se menciona poder. Dios le había dado poder para tener un hijo. La roca (vers. 2) era una representación de protección. Jesucristo es la roca o piedra de Israel, el protector contra el mal (véase Mateo 21:42–44). En 1 Samuel 2:10 ambas alusiones se combinan en una: El Mesías es el ‘Ungido’ que quebrantará a todos los adversarios de Jehová (el vocablo griego equivalente a Mesías, o Christos, también significa ‘el ungido’). Era Él, dijo Ana, quien recibiría fuerza en el hecho de que su poder sería exaltado delante de los hombres. Este pasaje es una selecta referencia del Antiguo Testamento al futuro Mesías y muestra que Ana había sido bendecida con el don de profecía” (véase Antiguo Testamento, manual para el alumno: Génesis–2 Samuel, Religión 301, 3ra. ed., manual de Sistema Educativo de la Iglesia, 2003, pág. 254).

La expresión de gratitud de Ana por poder tener un hijo para criarlo con amor y rectitud es un ejemplo de la importancia de la familia y la maternidad. Más tarde, María expresaría su gratitud y alabanza (Lucas 1:41–55, 67–80) después de que ella, como Ana, concibió milagrosamente y luego dedicó a su hijo por completo al servicio de Dios.

1 Samuel 2:12–16, 22. ¿Qué estaban haciendo los hijos de Elí que estaba mal a la vista de Jehová?

De acuerdo con la ley de Moisés, los sacerdotes en el tabernáculo debían recibir ciertas porciones del sacrificio para comer sólo después de que la grasa fuera quemada en el altar (véase Levítico 7:30–34). Tomar porciones del animal sacrificado antes de que se hiciera la ofrenda era robar a Jehová y faltar el respeto a la ordenanza del sacerdocio. Cuando los hijos de Elí tomaban lo que no les pertenecía y lo tomaban antes de que debieran hacerlo, estaban robando a Dios de las ofrendas y engañando al pueblo que había hecho las ofrendas. Por causa de las acciones de los hijos de Elí, al pueblo no le agradaba ofrendar sacrificios (véase 1 Samuel 2:17). Sin embargo, aún peor era el mal uso del oficio del sacerdocio por parte de los hijos de Elí para seducir y cometer adulterio con las mujeres que iban a adorar al templo (véase 1 Samuel 2:22).