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Isaías 36-47: El Dios de Israel y de las naciones


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El Dios de Israel y de las naciones

Isaías 36-47

(16-1) Introducción

Este capítulo trata los acontecimientos acaecidos en Judá durante el reinado de Ezequías, que fueron preludio al cautiverio en Babilonia; también sobre el período de la cautividad, incluyendo la esperanza en la venida del Mesías prometido. Isaías dramatizó la inutilidad de confiar en los dioses hechos por el hombre y reveló la liberación futura de Judá, tanto de la esclavitud como de la destrucción de Babilonia, que había sido la opresora de Judá.

Aunque algunos sostienen que Isaías 40 y los capítulos siguientes fueron escritos por diferentes eruditos, las Escrituras modernas muestran que Isaías solamente pasó de un estilo en prosa a uno poético, pues estos últimos capítulos contienen palabras y expresiones típicas del profeta. Además, la revelación moderna atestigua que él es el autor de estos capítulos.

COMENTARIOS SOBRE ISAIAS 36-47

(16-2) Isaías 36-39. Isaías y la invasión asiría

Estos capítulos en los escritos del profeta van paralelos con la narración que se encuentra en 2 Reyes 18:2 a 20:19. Por motivo de que estos pasajes se refieren al consejo y a la profecía que Isaías declaró al rey Ezequías, se les incluye aquí. En la sección F de Temas suplementarios se encuentra un panorama general completo de los acontecimientos cronológicos. Los comentarios que hacen referencia a estos capítulos se encuentran en el capítulo 12, el cual cubre desde 2 Reyes 14 al 20 inclusive. Segundo Reyes 18:14 a 20:11 establece un paralelo con el relato que se encuentra en Isaías, de manera que los Comentarios sobre 2 Reyes 18:14U20:11 no se repetirán aquí. La correlación entre los relatos que aparecen en 2 Reyes, Isaías y 2 Crónicas se ilustra en el cuadro que se incluye más adelante.

(16-3) Isaías 40-47. Isaías cambió su estilo y empleó la poesía profética

Después de completar los capítulos históricos que preceden a esta sección, el profeta cambió su estilo, volviendo a un hermoso estilo poético para escribir todo lo que se incluye en esta lectura, con la breve excepción del capítulo 44, del versículo 9 al 20. La poesía hebrea difiere de la poesía escrita en nuestras lenguas modernas, principalmente porque recalca el paralelismo de ideas, en lugar del ritmo y la métrica. Su belleza y significado son maravillosos y agradables a la mente y al oído. (Véase: El Antiguo Testamento: Génesis—2 Samuel [Religión 301], Manual para el alumno, Temas suplementarios, sección G.)

(16-4) Isaías 40:1-3. ¿Por qué Isaías dijo que habían terminado las guerras para Jerusalén?

"El mensaje de consuelo para Jerusalén, de 'que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado7, claramente se refiere a los últimos días. Algunas versiones de la Biblia traducen este versículo diciendo 'que su tiempo de guerra está cumplido'. Judá debía pasar por el horno de la aflicción (véase Isaías 48:10), de manera que el mensaje dado aquí se cumplirá después que la nación pase por el horno. Una mirada a la historia y a las circunstancias actuales nos muestra que aquella nación todavía está en el horno. El resto del capítulo también sienta las bases para el cumplimiento de esta profecía en la época de la Segunda Venida." (Monte S. Nyman, "Great Are the Words of Isaiah", págs. 141-42.)

(16-5) Isaías 40:3. "Voz que clama en el desierto"

Este versículo se refiere a Juan el Bautista, pero, como sucede con otras profecías del Antiguo Testamento, tiene un significado adicional. El Salvador claramente identifica a la "voz que clama en el desierto" como Juan el Bautista (véase Mateo 3:3; Juan 1:23; 1 Nefi 10:8-9). Pero, si este precursor debía preparar el camino para la persona que iba a decirle a Jerusalén que los tiempos de prueba habían pasado (véase Isaías 40:1), entonces el profeta claramente no se estaba refiriendo solamente al ministerio mortal de Juan el Bautista. El élder George Teasdale dijo: "En lugar de hablar palabras de consuelo a Jerusalén, El [Cristo] exclamó: '¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta a sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste! He aquí vuestra casa os es dejada desierta'. [Mateo 23:37-38.] ¿Fueron éstas palabras de consuelo para Jerusalén? No lo creo. Es evidente que Juan el Bautista no solamente fue el precursor de su primera venida, sino que también lo será de su segundo advenimiento. Las Escrituras son claras en este punto." (En Journal of Discourses, 25:16.)

Solamente con la segunda venida del Señor, Jerusalén encontrará perdón y paz. Por lo tanto, la referencia a la voz en el desierto (Juan el Bautista) enderezando la senda se aplica a su ministerio como precursor de los días antiguos y también de los postreros. Lucas citó Isaías 40:3-5, que claramente se aplican al Milenio (véase Lucas 3:4-6). Cuando José Smith tradujo este capítulo de Lucas, añadió cinco versículos que también se aplican a la Segunda Venida y claramente identifican al Salvador como Aquel para quien el precursor prepararía el camino.

Pasajes paralelos en las Escrituras Isaías 36-39; 2 Reyes 18-21; 2 Crónicas 32-33

Isaías

2 Reyes

2 Crónicas

Isaías

2 Reyes

2 Crónicas

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Está bien claro que Juan el Bautista cumplió dos veces esta profecía. Pero había aún otro cumplimiento para la misma profecía.

Otro precursor que preparó la venida de Cristo fue el profeta José Smith. El presidente Joseph Fielding Smith observó: "Malaquías habla de que el Señor enviaría a su mensajero a preparar el camino delante de El, y aunque esto se refiere a la venida de Juan el Bautista, ésta es una de las profecías de las Escrituras que tienen doble cumplimiento. Se refiere también a la venida del profeta José Smith, porque ese mensajero que vendría y prepararía el camino delante de El vendría en esta época. Le voy a dedicar a esto un momento porque es importante y os mostraré cuándo era que este mensajero entregaría su mensaje…

"El Señor declaró, mediante uno de sus profetas, que antes de su Segunda Venida un mensajero sería enviado a preparar el camino y a enderezarlo. Podéis aplicarle esto a Juan si así lo deseáis, y es verdad. Juan, el mensajero que vino a preparar el camino delante del Señor en la dispensación anterior, también vino en esta dispensación como un mensajero ante José Smith; de manera que se aplica, si deseáis aplicarlo así, a Juan, el que vino como mensajero para preparar el camino del Señor.

"Pero me adelanto más y mantengo que José Smith fue el mensajero el cual el Señor envió a preparar el camino delante de El. Vino, y por dirección de mensajeros santos estableció el fundamento para el reino de Dios y de esta obra maravillosa y de este prodigio, a fin de que el mundo pudiera estar preparado para la segunda venida del Señor." (Doctrina de salvación, 1:185-187.)

(16-6) Isaías 40:4. Los terremotos cambiarán la faz de la tierra

El presidente Joseph Fielding Smith declaró que antes de la segunda venida del Señor Jesucristo, ocasión en la que vendrá en toda su gloria, habrá un poderoso terremoto el cual será tan destructivo que las montañas se allanarán, los valles se levantarán y los lugares escabrosos serán aplanados. Será tan violento que el sol se oscurecerá y la luna se tornará en sangre. Las aguas serán empujadas nuevamente a los países del norte y los territorios serán juntados como estuvieron antes de los días de Peleg. (Véase Doctrina de salvación, 1:80; 2:298-99; D. y C. 49:23; 88:87; 109:74; 133:17-25, 44; Isaías 54:10; Ezequiel 38:20; Apocalipsis 16:15-20.)

(16-7) Isaías 40:6-8. ¿Qué significa "toda carne es hierba"?

Las metáforas que los profetas tomaron de las condiciones geográficas de la tierra de Canaán tenían profundos mensajes espirituales. Las lluvias de primavera, llamadas en el texto "lluvias tardías" (Jeremías 3:3), se producen desde enero hasta la primera parte de abril. Durante estas lluvias la hierba brota en Israel como una alfombra espontánea y verde sobre los campos con tal abundancia y esplendor que parece que nunca fenecerá. Poco después terminan las lluvias, y el abrasador calor del verano seca la hierba casi de un día para otro. Sencillamente parece desvanecerse sobre los cerros. La hierba seca y muerta era la metáfora que Isaías escogió para describir a los malvados cuyas sendas parecen ser tan atractivas para el mundo pero que no duran mucho. Solamente los santificados del Señor soportarán la gloria de su venida, pues los malvados serán como la hierba seca consumida por un fuego intenso. (Compare con D. y C. 101:24-25.)

(16-8) Isaías 40:9. ¿A qué se le llama "Sión" sobre el monte?

El élder Orson Pratt dijo que este pasaje era una profecía concerniente a la Sión del Señor que será levantada en la tierra antes de que El venga en su gloria. La profecía decía que "el pueblo llamado Sión" iría al territorio montañoso (a los valles de las montañas de Utah y zonas vecinas). Además declaró que José Smith también había predicho la misma cosa y concluyó diciendo: "De este modo la profecía fue enunciada y así ha sido cumplida". (En Journal of Discourses, 15:48.)

(16-9) Isaías 40:10-11. Obra preparatoria para su venida

Estos versículos claramente se refieren a la actividad preparatoria requerida antes de que el Señor venga otra vez. El élder Le vi Edgar Young dijo:

"Sinceramente creo que estos días nos están acercando más y más a Dios…

"Ojalá que lleguemos a ser puros de corazón y veamos a Dios", que es el destino feliz de los que son "sabios y han recibido la verdad, y han tomado al Espíritu Santo por guía propia", pues son los que no serán engañados y "soportarán el día". (En Conference Report, abril de 1933, pág. 121; véase también D. y C. 45:57.)

(16-10) Isaías 40:12-31. ¿Cuál es el significado de que Dios "midió las aguas" y "juntó el polvo"?

El versículo doce es la forma poética que Isaías tiene de decir que Dios conoce al mundo tan íntimamente que sabe aun la medida de las aguas del océano y del polvo de la tierra. (Véase Brigham Young, Journal of Discourses, 7:141.)

Los otros versículos recalcan, mediante el empleo impresionante del contraste, la grandeza de Dios y la insignificancia de las naciones terrenales y de los dioses que esas naciones adoran.

(16-11) Isaías 40:28. Isaías identificó uno de los nombres de Dios

"En el mismo sentido en el que uno de los nombres del Señor es Sin Fin, otro es Eterno (véase Moisés 1:3; 7:35; D. y C. 19:10), también es llamado Dios eterno (Padre eterno) (Gén. 21:33; Isaías 9:6; 40:28; Jer. 10:10; Rom. 16:26; D. y C. 133:34), lo que significa que permanecerá para siempre, pues 'sus años nunca faltan' (D. y C. 76:4). " (Bruce R. McConkie, Mormon Doctrine, pág. 243.)

(16-12) Isaías 40:31. ¿Qué vio Isaías como recompensa de los que "esperan a Jehová"?

Hablando del poder dado a los que esperan en el Señor, cuya fuerza el Señor renovará, el profeta Isaías dijo que "levantarán alas como el águila" (Isaías 40:31). El élder Orson Pratt indicó que quienes son confinados a la esfera mortal y sus leyes pueden ser renovados (después de esta vida) con la luz de verdad y serán capacitados para ir de un lugar a otro a gran velocidad, aun con la velocidad de la luz. (Véase Journal of Discourses, 3:104.)

La mayor promesa reservada para quienes han sido verídicos y fieles en obedecer los mandamientos confiando en el Señor consiste en poder correr sin cansarse y en andar sin desmayar (véase Isaías 40:31; comparar con D. y C. 89:18-21).

Puesto que todos los hombres que corren sufren el cansancio natural por el ejercicio prolongado, y es raro, ciertamente, que una persona se desmaye por sólo caminar, es evidente que estas promesas se aplican más a las cosas del Espíritu, pues el Señor "no desfallece, ni se fatiga" (Isaías 40:28).

Aunque hay quienes "corren" sin que se les mande (véase Jeremías 23:21), los siervos del Señor son mandados a recorrer sus vías. El hombre llamado por el Señor para servir toma parte en una competencia en la que no "es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes" (Eclesiastés 9:11); sino que la recompensa es para quienes perseveran "hasta el fin" (Mateo 24:13; Marcos 13:13). Tener la fuerza para correr la carrera de la vida sin cansarse es una promesa de mucho valor; poder andar con seguridad, sin desmayar, o sin apartarse de la verdad, es una gran bendición. ¡Qué consuelo y esperanza es para quienes confían en el Señor poder servir con energía y no cansarse de hacerlo, andar con certeza sin apartarse de la senda!

(16-13) Isaías 41-44. Una clave para comprender

Los capítulos 40 a 66 de Isaías son de naturaleza profética. Aunque se hace referencia al futuro inmediato de Isaías, el tema central de su profecía se refiere a los últimos días. Sin tener esta perspectiva, la mayoría de los que estudian la Biblia opina que estos capítulos son históricos y que fueron escritos por individuos que vivieron después de la época de Isaías. Sin embargo, tal posición es insostenible a la luz de la Escritura revelada. Isaías vio el fin desde el principio, y sus pronunciamientos proféticos concernientes al destino de Israel son más confiables que el punto de vista limitado del pasado que puede tener cualquier historiador.

(16-14) Isaías 41:1, 5. ¿Cuáles son las "costas" vistas por Isaías?

De vez en cuando el Señor Jesucristo ha esparcido a miembros de la casa de Israel a otras tierras (costas) de las cuales finalmente los recogerá antes de su segunda venida. Las Américas son unas de estas tierras. (Véase 2 Nefi 10:20-21; compare con 1 Nefi 19:10, 16; 21:8; 22:3-4; 2 Nefi 10:8.) El estudio de estas referencias revela que las "costas", o la morada de los restos esparcidos de Israel, no eran conocidas por los hombres (véase especialmente 1 Nefi 22:3-4). Isaías hizo alusión al Israel esparcido al emplear la metáfora de las "costas" y sugirió que allí, en esas costas, los integrantes de esos grupos aprenderían a confiar en el Señor y en su palabra y se renovarían juntos. Todo esto sucedería cerca del tiempo de la cosecha. (Véase Isaías 24:15; 41:1-5; 49:1; 51:5; 60:9.) Entonces el Israel esparcido aprenderá a cantar un nuevo cántico, el canto de los redimidos, al reunirse todos en el reino (véase también Isaías 42:4, 10; Apocalipsis 14:1-3).

(16-15) Isaías 41:2. ¿Quién es el justo del oriente?

Juan vio una visión semejante a la de Isaías y habló del hombre justo del oriente diciendo "que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo" (Apocalipsis 7:2). El Señor reveló a José Smith que este ángel del oriente es "Elias, que habría de venir a congregar las tribus de Israel y a restaurar todas las cosas" (D. y C. 77:9).

De este "ángel" el élder Bruce R. McConkie dijo: "¿Quién ha restaurado todas las cosas? ¿Fue el hombre? Ciertamente no. Muchos mensajeros angélicos han sido enviados de las cortes de gloria para conferir llaves y poderes, para entregar sus dispensaciones y glorias otra vez a los hombres. Por lo menos han venido los siguientes: Moroni, Juan el Bautista, Pedro, Santiago y Juan, Moisés, Elias el Profeta, Elias, Gabriel, Rafael y Miguel (D. y C. 13; 110; 128:19-21). Puesto que es evidente que un solo mensajero no ha llevado a cabo todos los aspectos de la restauración, sino que más bien cada uno ha venido con una investidura especial… el Elias que tenía que restaurar todas las cosas es el Elias compuesto. En otras palabras, la restauración no fue hecha por un solo personaje sino por muchos, y al hablar de Elias que vendría a restaurar todas las cosas, el Señor estaba usando ese título en un sentido plural, teniendo en mente a todos los profetas que vinieron para restaurar la plenitud del evangelio. " (Véase Doctrina de salvación, 1:166-168.) (Mormon Doctrine, pág. 221.)

Así el "nombre del oriente" parece referirse a ángeles de la restauración, los que agrupados reciben el título compuesto de Elias.

(16-16) Isaías 41:21-29. La sabiduría de los inicuos es inútil

El Señor desafió a los más sabios del mundo para que emitieran una pequeña predicción del futuro (véase vers. 21-23) y les recordó que las más grandes de las obras de ellos son "nada" (vers. 24) y que al final sus valores son "todos vanidad" y solamente acarrearán confusión (véase vers. 29).

(16-17) Isaías 42:1-4. ¿Quién es el siervo?

Solamente un siervo recibió poder de juicio (véase vers. 1; comparar con Romanos 14:10; 2 Nefi 9:41) y es Aquel sobre cuyas leyes esperarán las costas (véase Isaías 42:4; 51:5; 60:9), el Mediador de Israel y el Salvador de los gentiles. El no clamó ni elevó la voz en las calles; es decir, no causó un gran tumulto ni se vanaglorió de sí mismo. Mateo citó este pasaje de Isaías después de hacer notar que el Salvador mandaba a las multitudes a que no proclamaran las sanidades que efectuaba (véase Mateo 12:15-21), pues el suyo no era un reino terrenal en el que su voz y sus obras y maravillas tuvieran que ser proclamados públicamente, sino que era un reino celestial (véase Juan 18:33-37). Así, se apartó de las multitudes y evitó los honores de los hombres, y ministró con humildad y gentileza. El espíritu de juicio sería reservado hasta el Día del Juicio, en el que Cristo proclamará victoria como "Rey de reyes, y Señor de señores" (1 Timoteo 6:15).

La imagen de la caña cascada y del pábilo humeante (véase vers. 3) significa que aunque venga un juicio, no es para destruir almas sino para salvarlas. La frase "pábilo que humeare" fue traducida por Keil y Delitzsch como "mecha de luz vacilante". Ellos explicaron el empleo de esta frase en la forma siguiente: "La declaración de que en un caso como éste El no destruye o extingue completamente implica mucho más de lo que realmente se expresa. No sólo no destruirá la vida que está acabándose, sino que en realidad la salvará; su cometido no es destruir sino salvar." (Commentary on the Oíd Testament, 7:2:176.)

La frase "por medio de la verdad traerá justicia", que sigue inmediatamente a la referencia hecha a la caña y al pábilo, fue interpretada por Keil y Delitzsch "que tal conocimiento y reconocimiento de los hechos verdaderos en los complicados asuntos de la humanidad que fomentarán tanto la igualdad como la bondad". (Commentary, 7:2:176.)

(16-18) Isaías 42:5-16. ¿Quién es la luz que abre los ojos de los ciegos?

El marco de referencia de Isaías cambia de la relación del Padre con su Hijo a la relación del Salvador con Israel (su pueblo), particularmente con aquellos que responderán positivamente a la invitación del evangelio y se harán dignos de cantar el cántico de los glorificados (vivos y difuntos). (Comparar con Isaías 49:7-12; 1 Nefi 21:7-12; Apocalipsis 14:1-3; Joseph Fielding Smith, Doctrina de salvación, 1:256-57; 1 Pedro 3:18-21; 4:6; Juan 5:28.) Cuando los hombres que son ciegos porque les falta la luz del Evangelio de Jesucristo llegan a aceptarlo, son como prisioneros que han sido liberados, ya sea que estén en el mundo de los espíritus o en el desierto de las peregrinaciones terrenales.

El profeta José Smith hablaba del Cristo crucificado cuando dijo: "Entonces aquí tenemos un relato de la predicación de nuestro Salvador a los espíritus que estaban en prisión, a espíritus que habían estado encarcelados desde los días de Noé; y ¿qué les predicó? ¿Que iban a permanecer allí? ¡Ciertamente no! Que su propia declaración lo testifique. [Lucas 4:18; Isaías 42:7. ] En estas referencias es bien evidente que El no solamente fue a predicarles sino a liberarlos, a sacarlos de la prisión… Así tenemos que Dios hará lo mismo con toda la familia humana por igual, y que así como los que vivieron antes del Diluvio tuvieron su día de visitación, así los individuos mencionados por Isaías tendrán su tiempo de visitación y liberación, después de haber estado muchos días en prisión. " (History of the Church, 4:596-97.)

Todo se centra en el Salvador, Jesucristo. El es la luz del mundo y de los "gentiles" (Isaías 42:6). Su mano está extendida para fortalecer, apoyar y proteger al pueblo del convenio, Israel. Pero eso no es todo. Todo individuo del pueblo del convenio viene a ser una luz para el mundo al alzar la luz del Salvador mediante el cumplimiento fiel de sus mandamientos (véase 3 Nefi 18:24; véase también Hechos 26:17-18).

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Lord opens eyes

El Señor abre los ojos de los que están ciegos espiritualmente

(16-19) Isaías 42:9-16. Es predicha la restauración del evangelio en los últimos días

Isaías habló de la visión de la restauración del evangelio en los últimos días explicando que las verdades y las llaves de las épocas anteriores iban a ser restauradas. Además observó la restauración de nuevas llaves en la dispensación del cumplimiento de los tiempos (véase vers. 9). Empleando la metáfora del alumbramiento o parto, describió la restauración del reino terrenal como posterior a un período de larga apostasía, durante el cual los cielos serían sellados (véase vers. 14; comparar con Apocalipsis 12:1-2, 13, 17). La Iglesia sería restaurada en los últimos días, antes de la destrucción que hará que las montañas queden como llanuras y que las aguas se sequen, y antes del retorno de las tribus esparcidas de Israel, las cuales vendrán por sendas que no han conocido, y la luz del evangelio disipará la obscuridad que tanto tiempo han soportado (véase Isaías 42:15-16). Isaías reiteró la promesa del Señor de que el evangelio restaurado no sería quitado de nuevo de la tierra y que el Señor no olvidará a los suyos. (Véase vers. 16; compare con Isaías 2:2-3; 11:11-16; 29:14-15, 18-19; Daniel 2:44-45; Joel 2:25-29.)

(16-20) Isaías 42:10. ¿En qué consiste el "nuevo cántico"?

Isaías escribió acerca del nuevo cántico después de hablar de la restauración del evangelio. El cántico es único porque solamente los que sean santificados serán dignos de cantarlo (comparar con Apocalipsis 14:1-3). El mismo espíritu se refleja en Doctrina y Convenios 84:98-102. En otro caso, el cántico sencillamente es llamado el "cántico del Cordero" (D. y C. 133:56-57).

(16-21) Isaías 42:17-25. ¿Son ciegos los siervos del Señor?

Isaías fue arrebatado en la majestuosidad de su profecía con respecto a los últimos días; sin embargo, en este punto divagó al exponer el estado espiritual del pueblo de Israel entre la época de su profecía y el día del cumplimiento de la misma. Recalcó claramente que todos aquellos, incluyendo a los israelitas que se extravían, que rinden honores a los pies de los ídolos, son sordos y ciegos al mensaje y luz del evangelio (véase vers. 17-18). José Smith el Profeta aclaró los versículos 19 a 22 declarando que no es el siervo el que está ciego, sino el Israel esparcido, cuyos integrantes han aceptado a los ídolos de sus vecinos.

(16-22) Isaías 43-47. El Señor salvará a Israel y destruirá a Babilonia

En los capítulos 43 y 44 Isaías asegura al pueblo de Israel que sólo el Señor tiene el control de todo y el poder para salvarlo, que El es su Redentor y que borrará los pecados de la nación. Entonces, hablando proféticamente pero en tiempo pasado (Isaías ya había visto el sacrificio redentor del Señor, aunque todavía no se había efectuado), declaró que la Expiación se había llevado a cabo y que la redención de Israel dependía de su retorno a El. (Véase Isaías 44:21-22.)

El capítulo 45 revela cómo y mediante quién el Señor redimiría a Judá, un resto de Israel. El capítulo 46 deplora la existencia de los ídolos y declara que los ídolos mismos están en cautiverio. El capítulo 46 revela la dramática destrucción final de la Babilonia temporal y espiritual.

(16-23) Isaías 43:1-7. Una imagen y ejemplo del que es llamado por el Señor antes de pertenecer a El

En estos versículos, al prometer Isaías la restauración final y la congregación de Israel, comparó a la nación con una persona que anda en un viaje peligroso en el cual hay amenaza de fuego y de inundación. La metáfora se aplica tanto a los individuos como también a la casa de Israel en conjunto. El Señor llamó a la nación por nombre, pues Israel es el nombre dado mediante convenio y simboliza el hecho de que finalmente sera preservada y le pertenecerá a El (véase Génesis 32:28-30). Luego prometió que cuando el pueblo encuentre peligros en su jornada de retorno, El estará presente. Ni las aguas ni los fuegos de la prueba y persecución podrán apartar al pueblo escogido de la protección del Señor. También puede haber un simbolismo espiritual en estas promesas. Cuando Israel escapó de Egipto, atravesó las aguas (el Mar Rojo) y fue dirigida bajo fuego (el pilar de fuego y humo) (véase Exodo 13:21-22; 14:21-22). Pablo vio estos fenómenos como símbolos del bautismo de agua y del Espíritu Santo (véase 1 Corintios 10:1-4). En estos versículos Isaías mostró el recogimiento de Israel. Somos recogidos en el redil mediante el bautismo; así, el simbolismo tiene significado tanto espiritual como temporal.

(16-24) Isaías 43:4-10. El recogimiento de Israel es un acontecimiento universal

Isaías empleó los puntos cardinales (véase vers. 5-6) para representar "a las naciones" (vers. 9) del mundo entre las que Israel está dispersa y de las cuales será congregada. El recogimiento prometido debe ser efectuado en los últimos días por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días. (Véase Orson Pratt, Journal of Discourses, 18:228; Joseph Fielding Smith, Answers to Gospel Questions, 2:181-82.)

Con relación a esta promesa, lea los Comentarios sobre Isaías 42:17-25 concerniente al siervo que ve y oye, y que abrirá los ojos y oídos de los que van a ser recogidos.

(16-25) No se aplica

(16-26) Isaías 43:14-17. Para su propio bien, Israel fue llevada al cautiverio

El Señor mandó a la nación al cautiverio en Babilionia por una sabia razón. Es probable que el cautiverio haya tenido un doble propósito: el de humillar a la nación orgullosa y malvada que era Israel, y el de tener una razón indiscutible para destruir a Babilonia y mostrar al mundo que esta atractiva "hija de los caldeos" era un triste ejemplo para emular, pues dejaría de existir (véase Isaías 47:1-6). Y con toda seguridad ocurriría, así como la destrucción de los egipcios en días de Moisés, hecho que ya se había vuelto legendario.

(16-27) Isaías 43:18-21. ¿Qué se quiso indicar con "cosa nueva"?

Después de rememorar la destrucción de los egipcios en días anteriores (véase vers. 3), y de predecir la destrucción de Babilonia en su propio futuro (véase vers. 14-7), Isaías dirigió la atención del lector a otro asunto al decir: "No os acordéis de las cosas pasadas" (vers. 18), y dijo que iba a hablar de una "cosa nueva" (vers. 19).

Así, al proyectar su mente hacia otra visión proféti-ca, Isaías habló de una época milagrosa en la que la destrucción se invertiría: El desierto florecería "como la rosa" (35:1) en contraste con la flor de Babilonia que se tornaría en desierto. En un discurso dado en conferencia, el élder LeGrand Richards describió el cumplimento literal de estas palabras de Isaías:

"Isaías dijo: 'He aquí que yo hago cosa nueva', y para mi entendimiento esa cosa nueva era el gran principio del riego. Cierto es que los santos tuvieron que hacer los canales y las zanjas, y que tuvieron que levantar las presas, pero la tierra hubiera permanecido árida si el Señor no hubiera puesto en la mente de ellos la inspiración para hacerlo. Y eso es lo que Isaías vio que el Señor haría. Dijo: [Isaías 43:19-20].

"Si queréis ver los ríos en el desierto, id al territorio del estado de Idaho y ved los grandes canales que salen del Río Snake. Son más grandes que muchos de los ríos de la nación. [Isaías 43:20-21; 41:18, 20]

"De manera que cuando vosotros recojáis vuestras cosechas en el día de la recolección, recordad que fue el Señor Dios de Israel quien hizo esta cosa nueva en este gran yermo para hacerlo prosperar como una rosa y para que fuera una tierra que atrajera la atención de todo el mundo." (En Conference Report, octubre de 1948, págs. 4-45.)

Después de su interludio profético, Isaías volvió al Israel histórico (véase Isaías 43:22-28), recordándole una vez más, en el versículo 25, de un perdón futuro: un rayo de esperanza de cosas mejores que habían de venir.

(16-28) Isaías 44:1-2. ¿Qué se quiso indicar con el nombre Jesurún?

Isaías comenzó el capítulo 44 con el mismo espíritu con que empezó el capítulo 43, haciendo que Israel recordara que era el pueblo del pacto del Señor. Jacob era el padre de Israel. El Señor renovó con Jacob el convenio que había hecho con Abraham, cambiando el nombre de Jacob a Israel por causa de su rectitud (Gén. 35:9-11). Es justo, entonces, que el Señor llamara a este siervo fiel con el nombre "Jesurún", que en hebreo significa recto o justo. (Véase James Strong, The Exhaustive Concordance of the Bible, 3484 en "Hebrew and Chaldee Dictionary"; McConkie, Mormon Doctrine, pág. 323.)

(16-29) Isaías 44:5-20. "¿No es pura mentira lo que tengo en mi mano derecha?"

Con gran ironía Isaías destacó lo ilógico que es que los hombres trabajen la madera y los metales, los empleen para combustible y otros fines mundanales, y luego con los mismos materiales hagan ídolos y esperen que éstos ejerzan grandes poderes y respondan a sus oraciones. Tal idolatría precipita en el hombre "un corazón engañoso" el cual "lo desvía", o en otras palabras, tiene tal efecto negativo que le hace perder el alma. Aunque este principio es verdadero y claro para quien está alerta a las cosas espirituales, el idólatra no puede reconocer ni admitir que haya "mentira en su mano derecha". Esta frase trágica refleja las deplorables consecuencias para el que vive en la mentira. Puesto que la mano derecha es la mano del convenio (véase Smith, Doctrina de salvación, 3:101-102), esta frase implica que quien continúa buscando tesoros, o adorando a dioses falsos, es ciego a la verdad y no puede reconocer que sus convenios han sido quebrantados y se tornan en mentiras que lo condenarán en el último día.

(16-30) Isaías 44:21-28; 45:1-14. El Señor profetizó acerca de Ciro, rey de Persia

En la época en que Isaías profetizó, Babilonia todavía no había logrado su poderío, y más de cien años pasarían antes de que Babilonia llevara al cautiverio a Judá. Pero por supuesto, el calendario en ninguna forma afecta la visión de un profeta. Después de anotar numerosas profecías de la inminente destrucción de Judá y de su caída ante Babilonia, Isaías reveló que, según el plan del Señor, los de Judá serían restaurados otra vez a su tierra durante el mandato de un rey llamado Ciro. En ese momento Isaías dio su nombre, a pesar de que Ciro todavía estaba en la preexistencia.

"Numerosos comentaristas niegan que Isaías hubiera visto con tanta anticipación a Ciro y tan claramente como para poder mencionarlo por su nombre. Sostienen entonces que esta parte de Isaías fue escrita por otra persona durante el exilio y después que Ciro hubo prestado ayuda a Israel… en otras palabras, después de haberse producido los hechos. Sin embargo, es de gran interés saber que el historiador judío Josefo aceptó las palabras de Isaías y aun cita cartas de Ciro confirmando las predicciones del profeta. Parte del relato de Josefo se cita a continuación:

" '… El (Dios) tocó la mente de Ciro, y lo hizo escribir esta carta a toda Asia:

" ' "Así dice Ciro, el rey. —Puesto que Dios Todo- poderoso me ha llamado por rey de los habitantes de la tierra, creo que El es ese Dios que adora la nación de los israelitas, pues ciertamente El predijo mi nombre a través de los profetas, y dijo que yo le edificaría una casa en Jerusalén, en el territorio de Judea."

" 'Esto fue conocido por Ciro al leer el libro que Isaías dejó con sus profecías, pues este profeta dijo que Dios le había hablado en una visión secreta:

" ' "Es mi voluntad que Ciro, a quien he llamado por rey sobre muchas grandes naciones, envíe a mi pueblo de nuevo a su propia tierra, y edifique mi templo."

" 'Esto fue predicho por Isaías ciento cuarenta años antes de que el templo fuera derribado. Por consiguiente, cuando Ciro leyó esto y admiró el poder divino, le sobrecogió un profundo deseo y ambición de cumplir lo que así estaba escrito; de forma que llamó a los más eminentes judíos que había en Babilonia, y les dijo que les daba permiso para volver a su propia tierra y reconstruir su ciudad Jerusalén, y el templo de Dios, pues él les ayudaría y escribiría a los mandatarios y gobernantes que estaban en las regiones inmediatas a Judá, para que contribuyeran con oro y plata para la construcción del templo, y, además, para que proporcionaran animales para sus sacrificios.' (Antigüedades XI, 1, 2)" (Sidney B. Sperry, The Voice of Israels Prophets, págs. 107-8.)

(16-31) Isaías 45:1-4. ¿Cómo pudo Ciro, un rey persa, ser llamado "ungido" del Señor?

Alfred Martin, en su obra sobre Isaías, dio una respuesta excelente a esta pregunta: "Ciro es el único rey de los gentiles que es llamado 'ungido' de Dios. Como ésta es la traducción del vocablo hebreo 'Mesías', Ciro es, en un sentido, un 'emblema' o símbolo del Ungido, el Señor Jesucristo. El simbolismo muchas veces es mal entendido o se hace abuso de él. Un 'emblema' es un símbolo profético, ordenado divinamente, usualmente de Cristo. Cuando un individuo o una cosa es catalogado como 'símbolo', esa calificación no altera su significado literal ni niega su realidad histórica. Ciro era un rey persa, y no tenemos evidencia de que realmente conociera a Dios, aun cuando la religión persa estaba libre, relativamente, de las abominables idolatrías babilónicas. Por consiguiente, cuando se afirma que Ciro es un símbolo de Cristo, no se dice que fuera semejante al Señor Jesucristo en todo sentido. El único parecido que se intenta destacar radica en el hecho de que Ciro era el ungido que liberó al pueblo de Israel de su cautiverio. Como tal simboliza al Ungido mayor que salva a su pueblo de los pecados que comete." (Isaiah, the Salvation of Jehovah, págs. 77-78.)

(16-32) Isaías 45:3. ¿Obtuvo Ciro riquezas de la conquista de Babilonia?

Al conquistar Asia, Ciro obtuvo "oro y plata que, calculados por peso, aparecen en esta crónica convertidos en libras esterlinas, a la suma de ciento veintiséis millones doscientas veinticuatro mil libras (Adam Clarke, The Holy Bible… with a Commentary and Critical Notes, 4:178). Un cálculo basado en el promedio de la tasa de cambio de 1981 entre la libra esterlina y el dólar de los EE. UU. llevaría el tesoro que Ciro tomó de los babilonios al equivalente de unos 284 millones de dólares.

(16-33) Isaías 45:7. ¿Es el mal creado por el Señor?

En la primera parte de este versículo Isaías estableció contrastes:

"Formo la luz y creo las tinieblas."

"Hago la paz y creo la adversidad."

Puesto que lo opuesto a la paz es el pesar o las dificultades, una mejor traducción sería: "Formo la luz y creo las tinieblas, creo el bienestar y creo el pesar". La idea es que el Señor es el creador de la paz, pero que también envía juicios sobre los malvados que maduran en su iniquidad. Por lo tanto, aun cuando los malvados son castigados por los malvados (véase Mormón 4:5), esto sucede bajo la dirección del Señor.

(16-34) Isaías 45:8. ¿En qué forma los cielos rocían y destilan la justicia?

No hay duda de que Isaías se estaba refiriendo a lo mismo que aparece en Salmos 85:11: "La verdad brotará de la tierra, y la justicia mirará desde los cielos". Isaías vio que la tierra se abría y un mensaje de salvación salía de su seno —una referencia a la aparición del Libro de Mormón que saldría de los anales nefitas escondidos bajo tierra. (Comparar con Ezequiel 37:15-20; véase también James E. Talmage, A Study of the Articles of Faith, págs. 275-76; McConkie, Mormon Doctrine, pág. 99; Orson Pratt, Journal of Discourses, 17:287-88.)

Este acontecimiento de los últimos días ilustra que el día no puede decirle a su Hacedor "¿Qué haces?" (vers. 9). Los muchos hombres que conspiraron contra José Smith no solamente estaban injuriando a un hombre sino que también injuriaban a su propio Hacedor, cuyo siervo aquel hombre era.

(16-35) Isaías 45:12. ¿Qué es del Señor y qué es propiedad del hombre?

Los hombres y organizaciones a menudo tratan las cosas de la tierra como si fueran sus dueños. "Tengo una casa grande", uno podría decir, o "Levanté este negocio mediante mi propio esfuerzo; por lo tanto, es mío." Si estas cosas fueran realmente ciertas, entonces podríamos entender por qué estas personas no desean compartirlas con otros o pagar al Señor la décima parte que El requiere. Pero los hombres no pueden reclamar el derecho de propiedad. Por medio de Isaías el Señor recordó a Israel que El es el Creador de la tierra y, por lo tanto, solamente El puede referirse a ella en términos de propiedad. En un lenguaje similar al de Isaías, el Señor hizo que los Santos de los Ultimos Días recordaran que El creó la tierra y que los hombres sólo son mayordomos de lo que es de El (véase D. y C. 104:13-14, 54-57). Luego hizo esta advertencia: "Y ninguno de vosotros diga que es suyo; porque no ha de llamarse suyo, no, ni parte alguna" (D. y C. 104:70).

El élder Spencer W. Kimball hizo algunas preguntas muy certeras concernientes a este tema:

" '¿Os sentís generosos cuando pagáis vuestros diezmos? ¿Os jactáis cuando la suma es grande? ¿Es generoso con sus padres el niño que lava el automóvil de la casa o que tiende su cama? ¿Sois generosos cuando pagáis vuestra renta o canceláis notas de pago en los bancos? No es que seáis generosos o dadivosos, sino que, cuando pagáis vuestros diezmos, simplemente estáis siendo honestos.' [Isaías 45:12]

"Es probable que vuestras actitudes sean el producto de vuestros conceptos erróneos.

"¿Seríais capaces de robarle un peso a un amigo? ¿o un neumático al auto de vuestro vecino? ¿Seríais capaces de pedirle prestado a una viuda el dinero de su seguro sin la menor intención de pagarle después? ¿Asaltaríais un banco? Os asombráis de tales sugerencias, seguramente. Entonces, ¿le robaríais a vuestro Dios, vuestro Señor, quien ha establecido tales arreglos tan generosos con vosotros?

"¿Tenéis algún derecho de apropiaros de los fondos de vuestro patrón para pagar vuestras deudas, comprar un auto, vestir a vuestra familia, alimentar a vuestros hijos, o construir una casa?

¿Tomaríais del dinero de vuestros vecinos para enviar a vuestros hijos a la universidad o a una misión? ¿Ayudaríais a vuestros familiares o amigos con el dinero que no os pertenece? Algunas personas mezclan sus normas y pierden la visión de sus ideales. ¿Tomaríais del dinero de vuestros diezmos para pagar el fondo de construcción o la contribución para el mantenimiento del barrio? ¿Les llevaríais regalos a los pobres con el dinero de alguna otra persona? ¿Con el dinero del Señor? (La fe precede al milagro, págs. 288-289.)

La contestación honrada a estas preguntas puede velar al Santo de los Ultimos Días cuán cerca está de andar por la misma loca y peligrosa senda elegida por Israel en la antigüedad.

(16-36) Isaías 45:15-25. El Dios de Israel es Jehová, el Salvador Jesucristo

Este es uno de los principales testimonios de Isaías. En su mayoría el mundo cristiano ha perdido de vista el hecho de que el Dios del Antiguo Testamento era Jesucristo en el estado preterrenal. A menudo hablan de la teología del Antiguo Testamento como si fuera muy distinta de la del Nuevo. O hablan en cuanto a cómo el concepto de Dios se suavizó a medida que la gente se tornó más civilizada y refinada. El ciego re-sa ver, porque no es solamente la revelación moderna la que enseña que Jehová es Cristo. Tanto los escritores del Antiguo Testamento como los del Nuevo testificaron de ello una y otra vez, y ninguno lo hizo con más frecuencia o más energía que Isaías.

En este capítulo se revela claramente la identidad del Dios del Antiguo Testamento. Considere los testimonios que se dan a continuación:

  1. Es el Mesías, el Salvador del mundo (véase vers. 15).

  2. El salvará a Israel con una salvación eterna (véase vers. 17).

  3. Es el Creador (véase vers. 18).

  4. Es justo y poderoso para salvar (véase vers. 21).

  5. No hay otro nombre dado mediante el cual el hombre pueda ser salvo (véase vers. 21-22).

  6. Sus palabras son verdad y justicia (véase vers. 23).

  7. Toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesús es el Cristo (véase vers. 23; comparar con Romanos 14:11; véase también Smith, Doctrina de salvación, 2:19).

  8. Es el mediador para toda la simiente de Israel (véase vers. 24).

(16-37) Isaías 45:23. ¿Qué significa decir "se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua"?

El presidente Joseph Fielding Smith dijo:

"Quiero llamar la atención sobre algo que frecuenmente se menciona en las Escrituras y es que 'se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua'. Me pregunto: ¿Cuántos de nosotros pensamos que si se dobla la rodilla y la lengua confiesa, es señal del perdón de los pecados y de la liberación de los mismos, y de que el candidato está preparado para la exaltación? Si así lo creen, están equivocados; de ninguna manera signifieso.

"Vendrá el tiempo cuando 'se doblará toda rodilla, toda lengua confesará', y aun así, la mayor parte de humanidad irá eternamente al reino telestial. Permime leeros estos versículos: 'Vendrá el tiempo cuando todos verán la salvación del Señor; cuando todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos verán ojo a ojo, y confesarán ante Dios que sus juicios son justos' [Mo-siah 16:1].

"Es maravilloso cuando los hombres llegan al nivel de estar dispuestos a confesar que los juicios contra ellos son justos, y doblan la rodilla y comprenden 'ojo a ojo'." (Doctrina de salvación, 2:28.)

La intención de Isaías era asegurar a todo el muntanto malvados como justos, de que Jesucristo es el Dios de Israel y que un día todos serán obligados a conocer ese hecho, sean o hayan sido o no, discípulos suyos.

(16-38) Isaías 46. Los ídolos son ídolos, pero Cristo Dios

El tema poético de este capítulo es a la vez conociy nuevo. Es un buen ejemplo de cómo se enseña a la mente oriental. Se repite el mismo tema una y otra con ligeras variantes. En esta forma el que escucha es llevado inevitablemente a las conclusiones del que enseña. Isaías era un experto en esa técnica y enumeró las formas en las que el Señor se había preocupado por el pueblo de Israel dejándoles con una única conclusión: "Yo soy Dios, y nada hay semejante a mi" (vers. 9).

(16-39) Isaías 46:11. ¿Qué significa el ave del oriente?

Babilonia de los caldeos

Babilonia, o la iniquidad espiritual

Isaías 47:5

Llamada "señora de reinos".

Así como la sociedad se siente atraída hacia una mujer hermosa, también los hombres se sienten atraídos por el esplendor y el poder de la Babilonia espiritual.

Isaías 47:6

No mostró misericordia hacia Israel, sino que le impuso pesadas cargas.

Aunque la iniquidad de Babilonia pueda parecer atractiva porque es fácil o agradable, lo que solamente hace es esclavizar a sus súbditos.

Isaías 47:7

Jactándose de ser indestructible, no fue capaz de ver el juicio que finalmente la destruiría.

En su ceguera, la Babilonia espiritual desata el caos sobre el mundo, y no se da cuenta de la naturaleza autodestructora de sus acciones.

Isaías 47:8

Declaró que sus placeres eran el fin y cumplimiento del sueño de la vida, no solamente el medio para llegar a él.

La Babilonia del mundo se siente triunfante cuando los hombres adoran las lujurias de la carne. Ella (Babilonia) se torna en una deidad falsa. Esta doctrina aborrecible llegaría a negar "el poder de Dios, el Santo de Israel" (2 Nefi 28:5)… "Dicen al pueblo… que no hay Dios" (ibid.) y Satanás dice: "No hay infierno;… hasta que los prende con sus terribles cadenas, de las cuales no hay rescate." (2 Nefi 28:22.)

Isaías 47:10

Mediante su propio inicuo poder, Babilonia sometió los hombres a su voluntad.

La Babilonia del mundo, a través de convenios inicuos y malos hechos, sujeta la lealtad del hombre al príncipe de las tinieblas mediante la promesa de lucro secreto (véase Helamán 6:16-25).

Isaías 47:10

Tan grande se había hecho esta "señora de reinos" que sus gobernantes se glorificaban en la idea de que eran el centro de conocimiento y sabiduría, y forzaron a los súbditos a arrodillarse delante del rey y no de Dios (véase Daniel 3:1-6; 6:1-7).

La Babilonia del mundo cree saberlo todo y exige que los hombres le rindan culto. Cuando las personas aceptan esta doctrina infernal, empiezan a creer que saben lo que otros ignoran, y se creen deidades hasta el punto de dar y quitar la vida (compare con 2 Nefi 9:20). "¡Oh ese sutil plan del maligno! ¡Oh las vanidades, y las flaquezas, y la necedades de los hombres! Cuando son instruidos se creen sabios, y no escuchan el consejo de Dios, porque lo menosprecian, suponiendo que saben de sí mismos; por tanto, su sabiduría es locura, y de nada les sirve; y perecerán." (2 Nefi 9:28; cursiva agregada.)

Esta metáfora describe a Ciro, el que estaba destinado proféticamente a humillar a Babilonia rápida y decisivamente. Esta es una inserción apropiada y sirve de preludio al capítulo 47, donde nuevamente se revela la destrucción de Babilonia.

(16-40) Isaías 47. La Babilonia espiritual es la falsificación pervertida que hacen de Jehová

Este capítulo demuestra los extremos hasta donde Satanás ha llegado para lograr su mentira eterna. Desde el comienzo Lucifer dijo en su corazón: "Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo" (Isaías 14:13-14). Así como Sión es la hija espiritual del Señor Jesucristo, Babilonia es la inicua hija de Lucifer, el que cayó y llegó a ser Satanás, "el padre de todas las mentiras" (Moisés 4:4). El cuadro anterior muestra cómo la Babilonia de este mundo ha buscado asumir el dominio sobre los hijos de los hombres.

RESUMEN ANALITICO

(16-41) "Salid… de Babilonia"

Aunque el mundo puede reclamar osadamente el poder y la grandeza, y en forma tan convincente que las multitudes hasta llegan a aceptarlo, no otorga los derechos que demanda. Para toda ofensa hay un castigo, y, ya sea que hablemos de la Babilonia real, o sea, de los gobiernos opresivos del mundo, que continuamente han oprimido a los hombres bajo fuerza dictatorial, o de la Babilonia espiritual, la que en forma igualmente literal esclaviza a sus discípulos, da lo mismo. Babilonia será destruida. Por lo tanto, el Señor, mediante sus profetas, advierte a su pueblo: "Salid… de Babilonia, de en medio de la iniquidad, que es la Babilonia espiritual" (D. y C. 133:14). Nótense las advertencias de Isaías: Babilonia será derribada hasta el polvo (véase Isaías 47:1); será condenada como esclava de su propia naturaleza inicua (véase Isaías 47:2-3); caerá de su sitial de privilegio entre los hombres (véase Isaías 47:5); se le negará todo lo que se jacta de tener: hijos (súbditos) y casamiento (lo que libraba a la mujer de la ignominia en el grupo social) (véase Isaías 47:9); sería destruida por medios que no conoce (véase Isaías 47:11); y sería quitada de la tierra como si fuera por fuego (véase Isaías 47:14).

En verdad, Isaías diría como dijo Alma: "La maldad nunca fue felicidad" (Alma 41:10).

Esperemos que las experiencias que usted tuvo al estudiar estos capítulos de Isaías hayan sido significativas, pues las palabras de Isaías fueron escritas para enseñar el gran principio de que la seguridad para los hijos de los hombres radica en seguir al Mesías, el Dios viviente de los cielos y de la tierra. Desde el punto de vista de la historia, es fácil que el hombre moderno diga: "¡Oh, esos israelitas insensatos! ¿Por qué no pudieron ver?" Pero en tanto que dice eso, él también es culpable de los mismos pecados de Babilonia, ciego a la destrucción que le espera a ella y a los que la sirven.

Ese es el mensaje de Isaías. Es tan importante para nosotros hoy día como lo fue para el antiguo Israel.