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Introducción a Ezequiel


Introducción a Ezequiel

¿Por qué debemos estudiar este libro?

El libro de Ezequiel contiene las visiones y las profecías de Ezequiel, al que Jehová llamó para ministrar a los judíos cautivos en Babilonia. Este libro muestra que el Señor está al tanto de Su pueblo en dondequiera que esté. Al estudiar este libro, podrás aprender que Dios llama a profetas como atalayas para advertir a Sus hijos del peligro.

A pesar de ocurrir en una época en que se estaba destruyendo a Jerusalén, el libro de Ezequiel está lleno de esperanza. El profeta Ezequiel vio más allá de las tragedias de su época a una época futura de renovación en que Jehová congregaría a Su pueblo, le daría “un corazón nuevo” y “un espíritu nuevo” y le ayudaría a vivir Sus leyes (véase Ezequiel 36:21, 24–28). El estudio del libro de Ezequiel puede fortalecer tu fe en el poder del Señor para transformar a las personas y a las naciones. Puedes aprender que todos los que se arrepientan de sus iniquidades recibirán la misericordia, el amor y el perdón de Dios.

¿Quién escribió este libro?

El profeta Ezequiel es el autor del libro de Ezequiel. Escribiendo desde la perspectiva de primera persona, Ezequiel escribió las visiones y revelaciones que recibió de Jehová. Ezequiel era un sacerdote que estaba entre los judíos cautivos que el rey Nabucodonosor llevó a Babilonia aproximadamente en el año 597 a. de J.C. (véase Ezequiel 1:3). Según el relato en 2 Reyes 24:14–16, los babilonios llevaron cautivos a los hombres principales de la tierra en aquella época. Por tanto, es posible que Ezequiel haya sido de una familia prominente e influyente (véase Bible Dictionary, “Ezekiel”). Ezequiel profetizó y comunicó las palabras de Jehová a los exiliados judíos aproximadamente en la misma época en que Jeremías profetizaba en Judá y Daniel profetizaba en la corte de Babilonia.

¿Cuándo y dónde se escribió?

El libro de Ezequiel se escribió durante el cautiverio de Ezequiel en Babilonia. Profetizó aproximadamente entre 592 a. de J.C. y 570 a. de J.C. (véase Guía para el Estudio de las Escrituras, “Ezequiel”). Después de ser llevado cautivo, Ezequiel se estableció con otros judíos en un lugar llamado Tel-Abib junto al río Quebar (véase Ezequiel 1:1–3; Bible Dictionary, “Ezekiel”). Fue allí donde Ezequiel escribió que los cielos le fueron abiertos y vio las visiones de Dios (véase Ezequiel 1:1).

¿Cuáles son algunas de las características distintivas del libro?

Más de una vez en el libro de Ezequiel leemos que Jehová comparó a Su profeta con un atalaya sobre una torre (véase Ezequiel 3:17; 33:1–9). Por medio de esa comparación, Jehová recalcó tanto la responsabilidad de los profetas de advertir a Su pueblo de peligros inminentes como la del pueblo de responder a la alarma del atalaya. Además, aprendemos que todos somos responsables de nuestros propios hechos y seremos castigados o recompensados en base a las decisiones que tomemos (véase Ezequiel 1833).

El libro de Ezequiel está repleto de relatos de visiones y profecías; por ejemplo, Jehová le mostró a Ezequiel una visión de la resurrección de la casa de Israel, afirmando que el pueblo del convenio de Jehová con el tiempo sería congregado en las tierras de su herencia (véase Ezequiel 37:1–14). Jehová también describió el recogimiento de Israel en los últimos días al compararlo con la unión del palo de José (el Libro de Mormón) y el palo de Judá (la Biblia) (véase Ezequiel 37:15–28). El libro de Ezequiel contiene una profecía de una gran batalla que precederá la segunda venida de Jesucristo (véase Ezequiel 38–39). Además, Ezequiel 40–48 contiene una descripción de un templo que se construirá en Jerusalén en los últimos días.

Bosquejo

Ezequiel 1–3. Ezequiel ve a Jehová y Su gloria. Se le llama a ser un atalaya a la casa de Israel para advertirles, reprenderles y llamarles al arrepentimiento.

Ezequiel 4–24. Jehová instruye a Ezequiel que utilice símbolos para representar la iniquidad de Israel y la destrucción de Jerusalén. Ezequiel profetiza de los juicios de Jehová sobre Jerusalén y explica por qué la hambruna, la desolación, la guerra y la pestilencia arrasarán la tierra de Israel.

Ezequiel 25–32. Jehová manda a Ezequiel que declare la iniquidad de las naciones que rodean a Israel y que profetice su destrucción.

Ezequiel 33–48. Jehová reprende a los líderes de Israel por ser malos pastores de su pueblo. Jehová será un verdadero pastor para Israel. Ezequiel escribe su visión de la restauración de Israel después del exilio y en los últimos días. Jehová promete congregar a los israelitas de su cautiverio, devolverlos a sus tierras prometidas, renovar Su convenio con ellos y volver a unir a los reinos de Israel y Judá.