Seminario
Unidad 32: Día 2, Zacarías 9–14


Unidad 32: Día 2

Zacarías 9–14

Introducción

Zacarías vio en visión la primera venida del Mesías a la tierra y el rechazo del pueblo hacia Él. En una visión posterior, vio la segunda venida del Mesías, cuando regresará a la tierra y librará a Su pueblo de las naciones que se habrán congregado para combatir en su contra. En esa ocasión, los judíos reconocerán a Jesucristo como el Mesías y lo adorarán.

Zacarías 9–11

Zacarías profetiza que el Mesías vendrá a Jerusalén y será rechazado por Su pueblo

Imagen
Christ riding donkey

La entrada triunfal de Jesús en Jerusalén

Lee Mateo 21:6–9 para ver cómo se sintieron los del pueblo cuando Jesucristo entró cabalgando en Jerusalén.

¿Por qué crees que se regocijaba la gente?

Cuando Jesucristo cabalgó triunfante para entrar en Jerusalén, cumplió una profecía que pronunció el profeta Zacarías cientos de años antes.

Lee Zacarías 9:9 para conocer la razón por la cual los judíos de Jerusalén se habrían regocijado durante la entrada triunfal de Jesucristo.

Zacarías 9:9 es una de las profecías que más se citan de la Biblia sobre el Mesías.

Imagen
Elder James E. Talmage

El élder James E. Talmage, del Quórum de los Doce Apóstoles, escribió: “Es evidente que la ocasión [de la entrada triunfal en Jerusalén] no fue un suceso imprevisto o fortuito que [el Señor] aprovechó sin ninguna intención preconcebida. Sabía de antemano lo que iba a ocurrir, y lo que Él iba a hacer. No fue un espectáculo desprovisto de todo significado, sino el advenimiento efectivo del Rey a Su ciudad real, Su entrada en el templo, la casa del Rey de reyes. Llegó montado en un asno, como símbolo de paz, aclamado por los gritos de hosanna de las multitudes; no sobre un corcel con coraza, blandiendo la panoplia de guerra [armadura completa] al compás de clarines y trompetas… En la literatura el asno es designado como el ‘antiguo símbolo de realeza judía’ y el que lo cabalga ha sido tomado por representación del progreso pacífico” (véase Jesús el Cristo, 1975, págs. 543, 544).

En los tiempos del Nuevo Testamento, “muchos judíos esperaban solamente un libertador que los librara del poder romano y que les diera una mayor prosperidad nacional” (Guía para el Estudio de las Escrituras, “Mesías”; scriptures.lds.org). Cuando Jesucristo entró a lomo de asno en Jerusalén, muchos judíos lo aclamaron como un mesías, pero no necesariamente como el Mesías que les traería salvación eterna. Aunque algunas personas creían que Jesucristo era el Mesías, muchas estaban decepcionadas de que no destituyera el gobierno romano. Algunos de los líderes judíos lo envidiaban y lo rechazaban como un mesías, pero también como el Mesías, así que conspiraron para matarlo y persuadieron a la multitud que estaba en el atrio de Pilato para que exigiera que se liberara a Barrabás en vez de a Jesucristo, lo que ocasionó la crucifixión del Salvador (véase Mateo 27:17–20).

Lee Zacarías 9:10–12 para determinar lo que el Señor dijo que haría por las personas que se describen en esos versículos como “las naciones”, es decir, las personas que no creen en Él, y los “prisioneros de la esperanza”.

Considera la magnitud del poder que Jesucristo tiene para salvar. Él puede salvar y liberar no sólo a quienes están bajo el cautiverio del pecado en la vida terrenal, sino también a aquellos que están subyugados en el mundo de los espíritus. Según el versículo 11, ¿qué es lo que hace posible liberar a los presos?

Imagen
Elder Bruce R. McConkie

El élder Bruce R. McConkie,del Quórum de los Doce Apóstoles, explicó: “[Zacarías] presenta el mensaje mesiánico en estas palabras: ‘Por la sangre de tu convenio’ —esto es, por causa del convenio del Evangelio, el cual está en vigor gracias al derramamiento de la sangre de Cristo— ‘he sacado a tus presos del foso en el que no hay agua’ (Zacarías 9:11–16). ‘En el que no hay agua’ —¡Cuán apta y concisamente se refleja la idea de que el agua salvadora, que es el bautismo, es una ordenanza terrenal y que los seres procreados en espíritu no pueden efectuarla al morar en el mundo de los espíritus (The Promised Messiah: The First Coming of Christ, 1978, pág. 241).

En otras palabras, quienes han muerto sin haberse bautizado y se hallan cautivos en la cárcel de los espíritus pueden ser liberados de sus pecados por medio de las ordenanzas que llevan a cabo los vivos.

Una de las verdades que aprendemos en Zacarías 9:11 es que gracias a la expiación de Jesucristo, la salvación está al alcance de todo el género humano, y quienes han muerto sin haberse bautizado pueden quedar libres de la cárcel de los espíritus.

Para entender la forma en que Jesucristo hizo posible que las personas que mueren sin el Evangelio queden libres de la cárcel de los espíritus, lee la siguiente declaración del élder D. Todd Christofferson, del Quórum de los Doce Apóstoles:

Imagen
Elder D. Todd Christofferson

“Cuando Jesús aún vivía en la tierra, profetizó que él también predicaría a los muertos. Pedro nos dice que eso ocurrió en el intervalo que hubo entre la crucifixión y la resurrección del Salvador (véase 1 Pedro 3:18–19). El presidente Joseph F. Smith vio en visión que el Salvador visitó el mundo de los espíritus y que ‘organizó sus fuerzas y nombró mensajeros de entre los [espíritus] justos, investidos con poder y autoridad, y los comisionó para que fueran y llevaran la luz del evangelio a los que se hallaban en tinieblas…

“‘A ellos se les enseñó la fe en Dios, el arrepentimiento del pecado, el bautismo vicario para la remisión de los pecados, el don del Espíritu Santo por la imposición de las manos’ (D. y C. 138:30, 33 )…

“Jesucristo es el divino Redentor de todo el género humano. Su gracia y Sus promesas llegan incluso a los que en vida no le hallan. Gracias a Él, los prisioneros en verdad quedarán libres” (“La redención de los muertos y el testimonio de Jesús”, Liahona, enero de 2001, págs. 10–13).

  1. Contesta las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:

    1. ¿Cómo puedes ayudar a tus antepasados fallecidos a recibir las ordenanzas que son necesarias para la salvación?

    2. ¿Qué has sentido al efectuar la obra de historia familiar y la del templo? Si aún no has participado en la historia familiar y en la obra del templo, ¿qué te parece la idea de que puedes ayudar a tus antepasados fallecidos a recibir las ordenanzas necesarias para su salvación?

Zacarías 10 contiene la profecía de Zacarías de que el pueblo del Señor sería dispersado para luego ser congregado en los últimos días. Zacarías 11 contiene su profecía de que algunos de los judíos rechazarían a Jesucristo.

  1. Lee los siguientes pasajes de las Escrituras. En el diario de estudio de las Escrituras, explica cómo se cumplieron las profecías de Zacarías.

Profecía

Cumplimiento

Zacarías 11:12

Mateo 26:14–16

Zacarías 13:7

Mateo 26:31, 47–56

Zacarías 12–14

Jesucristo librará a Jerusalén de las naciones que se reúnan para combatir contra ella

Tras profetizar sobre el ministerio terrenal del Señor, Zacarías profetizó en cuanto a la Segunda Venida. Como sucede con muchas profecías, los detalles específicos sobre cómo se cumplirán las profecías de Zacarías no estarán claros sino hasta después de su cumplimiento. Mientras estudies Zacarías 12–14, considera cómo se diferenciará la segunda venida de Jesucristo de Su ministerio terrenal.

Imagen
Second Coming

Tal como se indica en Zacarías 12, Zacarías profetizó en cuanto a una gran batalla que precederá la segunda venida de Jesucristo. La conocemos como la batalla de Armagedón y la hemos analizado en algunas lecciones anteriores (véanse Ezequiel 38–39; Joel 2–3). Lee Zacarías 12:2–3 para determinar contra quién se reunirán todas las naciones en esa batalla.

Para conocer más sobre esa gran batalla, lee detenidamente los siguientes pasajes de las Escrituras y busca las respuestas de sus correspondientes preguntas. Si lo deseas, marca en las Escrituras lo encuentres.

Zacarías 12:8–9

¿Qué hará Jehová por el pueblo de Jerusalén?

Zacarías 14:2

¿Qué sucederá a los habitantes de Jerusalén antes de ser librados?

Zacarías 14:3–5

¿Qué ocurrirá que permitirá que el pueblo de Jerusalén sea liberado?

Zacarías 13:6

¿Qué notarán los judíos de Jerusalén en Jesucristo cuando Él venga a librarlos de sus enemigos?

La revelación moderna confirma y aclara la profecía que está en Zacarías 13:6. Lee Doctrina y Convenios 45:51–52 y busca lo que los judíos comprenderán en cuanto a Jesucristo.

En Zacarías 13:6 y Doctrina y Convenios 45:51–52 aprendemos que en la Segunda Venida, los judíos de Jerusalén reconocerán a Jesucristo como el Mesías.

¿Cómo crees que será ese momento para los judíos?

Lee Zacarías 12:10 para saber lo que los judíos harán al entender que Jesucristo es el Mesías. La palabra traspasaron se refiere a la crucifixión de Jesucristo (véase Juan 19:37).

¿Por qué crees que los judíos llorarán?

Lee Zacarías 14:6–9 en busca de los acontecimientos que ocurrirán como parte de la segunda venida del Señor.

En Zacarías 14:9 aprendemos que Jesucristo reinará sobre toda la Tierra. Si lo deseas, marca esa verdad en Zacarías 14:9.

Tal como dice en Zacarías 14:10–19, la gran batalla terminará, muchos de los que hayan luchado contra Jerusalén serán destruidos y quienes sobrevivan “[adorarán] al Rey, a Jehová de los ejércitos” (véase Zacarías 14:16) o padecerán sequías y plagas.

  1. Responde lo siguiente en el diario de estudio de las Escrituras: ¿En qué te beneficia ahora saber que un día Jesucristo reinará sobre toda la Tierra?

Imagen
Elder Neal A. Maxwell

Mientras lees la siguiente declaración del élder Neal A. Maxwell, del Quórum de los Doce Apóstoles, medita en lo que puedes hacer para prepararte para cuando el Salvador regrese: “Si creen que un día ‘toda rodilla se doblará, y toda lengua confesará’ que Jesucristo es el Señor, ¿por qué no hacerlo ahora? Porque al llegar el momento de la confesión colectiva, no tendrá tanta importancia arrodillarse, siendo que ya no será posible mantenerse de pie” (véase “¿Por qué no ahora?”, Liahona, abril de 1975, pág. 41).

  1. Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:

    He estudiado Zacarías 9–14 y he terminado esta lección el (fecha).

    Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con el maestro: