Llamamientos misionales
Lección 4: Los mandamientos


“Lección 4: Los mandamientos”, Predicad Mi Evangelio: Una guía para el servicio misional, 2018, págs. 73–83

“Lección 4”, Predicad Mi Evangelio, págs. 73–83

Lección 4

Los mandamientos

Imagen
Moisés con las tablas

Cómo enseñar esta lección

Hay muchas maneras de enseñar los mandamientos que se cubren en esta lección; por ejemplo, podría enseñar algunos de los mandamientos de esta lección como parte de las primeras tres lecciones, o podría enseñar varios de ellos como una sola lección. Lo que decida hacer lo deberán determinar las necesidades de aquellos a quienes enseñe y la guía del Espíritu.

Prepararse para enseñar

Su objetivo al enseñar los mandamientos es ayudar a las personas a ejercer la fe en Jesucristo y arrepentirse al prepararse para el bautismo y la confirmación, así como ayudarlas a permanecer fieles después del bautismo. Ayude a las personas a las que enseñe a entender que perseverar hasta el fin incluye guardar los mandamientos de Dios. Al obedecer los mandamientos, las personas crecerán en su testimonio del Evangelio, demostrarán que tienen “un corazón quebrantado y un espíritu contrito” y comenzarán a arrepentirse de todos sus pecados (véanse Moroni 6:1–4; Doctrina y Convenios 20:37).

Esta lección está organizada de manera diferente de las primeras tres, las cuales explican el fundamento doctrinal del evangelio de Jesucristo. En esta lección se explican los mandamientos específicos que Dios ha dado para ayudarnos a aplicar los principios del Evangelio a nuestra vida.

Hay muchas maneras de enseñar esta lección. El método que utilice lo deben determinar las necesidades, intereses y situación de las personas a quienes enseñe, así como la guía del Espíritu. Con espíritu de oración, decida qué enseñar y qué invitaciones hacer; Esté al tanto de las preguntas y el nivel de comprensión de aquellos a quienes enseña.

Piense y ore constantemente acerca de la manera de ayudarles a vivir el Evangelio. Algunas ideas son:

  • Enseñar uno o más mandamientos como parte de otra lección. Al hacerlo, considere el principio que se enseña en Alma 12:32: “… después de haberles dado a conocer el plan de redención, Dios les dio mandamientos” (cursiva agregada). Ciertos mandamientos, como la oración y el estudio de las Escrituras, quizás podrían enseñarse mejor como parte de las primeras tres lecciones. Tal vez otros mandamientos podrían enseñarse mejor después de haber establecido el fundamento doctrinal del Evangelio, el cual se encuentra en esas primeras tres lecciones.

  • Enseñar dos o tres mandamientos como una sola lección.

  • Enseñar un solo mandamiento como una lección.

  • Enseñar los mandamientos dentro del contexto del Evangelio. Repase brevemente la lección sobre el evangelio de Jesucristo antes de enseñar uno o más de los mandamientos. Al hacerlo, podrá ayudar a las personas a ver cómo los mandamientos encajan en la perspectiva más amplia del ejercicio de la fe en el Salvador y el arrepentirse para prepararse para el bautismo y la confirmación. Ellos serán bendecidos si consideran el evangelio de Jesucristo un modelo de vida.

Tal vez pueda enseñar a algunas personas en unas cuantas visitas, pero otros quizás requieran más visitas. Usted tiene la flexibilidad de enseñar las lecciones de la manera que sea de mayor utilidad a las personas para estar completamente preparadas para el bautismo y la confirmación. Su objetivo no es solo cubrir el material, sino ayudar a otras personas a venir a Cristo mediante la fe en Jesucristo, el arrepentimiento, el bautismo, la recepción del don del Espíritu Santo y el perseverar hasta el fin.

En muy pocas ocasiones una lección debe durar más de 45 minutos. Tal vez se dé cuenta de que solo habrá tiempo para visitas más cortas; en ese caso, tal vez tenga que hacer visitas cortas y frecuentes en las que cubra menos material.

Hay muchos métodos para enseñar esta lección. Lo mejor es permitir que las necesidades de las personas a quienes enseña y la guía del Espíritu determinen el mandamiento que enseñará, cuándo lo enseñará y cuánto tiempo le dedicará.

Aprenda acerca de los mandamientos y los compromisos

Al estudiar esta lección, siga el modelo que se indica a continuación:

  • Estudie la sección que describa el mandamiento y escriba un plan sencillo para la lección que conste de tres a cinco puntos principales.

  • Enseñe a su compañero una versión de dos o tres minutos. Practique la forma en que hará cada una de las invitaciones y cómo resolverá las dudas.

  • Analicen las maneras de dar seguimiento a cada uno de los compromisos que usted ha invitado a las personas a aceptar.

Obediencia

Dios nos da mandamientos para nuestro beneficio. Son instrucciones de un amoroso Padre Celestial que nos ayudan a vivir felices. Él también nos da el albedrío, o la habilidad y la oportunidad de elegir entre el bien y el mal. Cuando obedecemos a Dios, estamos siguiendo la influencia del Espíritu y optando por ceñirnos a Su voluntad. La obediencia a los mandamientos nos da paz en esta vida, y la vida eterna y la exaltación en el mundo venidero. La obediencia demuestra nuestro amor por Dios, y la desobediencia nos causa pesar.

Nuestro Padre Celestial conoce nuestras debilidades y es paciente con nosotros. Nos bendice conforme confiamos y nos apoyamos en Su Hijo y nos esforzamos por obedecer Sus mandamientos. Él espera que le obedezcamos para que pueda bendecirnos.

Estudio de las Escrituras

Albedrío

Obediencia

Invitación

  • ¿Obedecerá las leyes de Dios?

Orar a menudo

Dios nos manda que le oremos, y podemos hacerlo en cualquier momento y en cualquier lugar. El Señor nos ha enseñado a arrodillarnos a orar en la mañana y en la noche, tanto individualmente como con la familia. Nuestro Padre Celestial escucha y contesta nuestras oraciones. Por medio de la oración diaria, recibimos guía y bendiciones divinas. Siempre debemos orar con sinceridad. También debemos orar con “verdadera intención”, lo cual significa que estamos comprometidos a actuar de acuerdo con la respuesta que recibamos.

Oramos con fe a nuestro Padre Celestial en el nombre de Jesucristo (véase Moisés 5:8). Él es nuestro Padre y nosotros somos Sus hijos y, por eso, Él contestará nuestras oraciones. Comenzamos la oración dirigiéndonos a nuestro Padre Celestial y la terminamos diciendo: “En el nombre de Jesucristo. Amén”.

En la oración hablamos abierta y honestamente con nuestro amoroso Padre Celestial. Le expresamos gratitud por nuestras bendiciones y también podemos expresarle nuestro amor. Según nuestras necesidades, también pedimos ayuda, protección y guía.

Al orar con fe, sinceridad y verdadera intención, veremos la influencia de Dios en nuestra vida. Él nos guiará en la vida diaria y nos ayudará a tomar buenas decisiones. Nos bendecirá con sentimientos de consuelo y paz; nos advertirá del peligro y nos fortalecerá para resistir la tentación. Nos perdonará nuestros pecados y nos sentiremos más cerca de Él. Debemos aprender a reconocer Su influencia en nuestra vida; debemos aprender a escuchar la voz suave y apacible del Espíritu.

Podemos reconocer cuando el Espíritu Santo nos está enseñando la verdad. Nuestra mente estará llena de pensamientos inspiradores que elevan el espíritu; seremos iluminados y recibiremos conocimiento nuevo; en nuestro corazón habrá sentimientos de paz, gozo y amor y querremos hacer el bien y ayudar a los demás. Es difícil describir esos sentimientos, pero los podemos reconocer cuando los experimentemos.

Estudio de las Escrituras

Invitación

  • ¿Se arrodillarán a orar todos los días tanto individualmente como en familia?

Estudiar las Escrituras

Las Escrituras son registros escritos de los tratos de Dios con Sus hijos, tal como los registraron los profetas bajo la guía del Espíritu Santo. Demostramos nuestra fe cuando estudiamos, creemos y obedecemos la palabra revelada de Dios. Escudriñamos diligentemente las Escrituras para entender la verdad. Nos deleitamos en ellas porque nos abren la puerta de la revelación y nos indican lo que debemos hacer y llegar a ser. Escudriñamos las Escrituras para aprender acerca de Jesucristo y Su Evangelio. La fe en Jesucristo es un don de Dios, el que recibimos al estudiar y vivir Su palabra y Su Evangelio. Las Escrituras aprobadas de la Iglesia, llamadas también los libros canónicos, son la Santa Biblia, el Libro de Mormón, Doctrina y Convenios y la Perla de Gran Precio. Debemos estudiar esos libros sagrados, y en particular el Libro de Mormón, diariamente. El Libro de Mormón testifica de Jesucristo y de la veracidad de Su doctrina.

Estudio de las Escrituras

Invitación

  • ¿Leerán las Escrituras todos los días tanto individualmente como en familia?

Santificar el día de reposo

Santificar el día de reposo es un mandamiento. Dios declaró: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo” (Éxodo 20:8). Nuestra conducta en el día de reposo refleja nuestro compromiso de honrar y adorar a Dios. Al santificar el día de reposo, le demostramos a Dios que estamos dispuestos a guardar nuestros convenios. Cada día de reposo vamos a la Iglesia para adorarlo. Una vez allí, los miembros de la Iglesia participan de la Santa Cena para recordar a Jesucristo y Su expiación. El participar de la Santa Cena nos permite renovar nuestros convenios y demostrar que estamos dispuestos a arrepentirnos de nuestros pecados y de nuestros errores.

En el día de reposo disfrutamos de un descanso de nuestras labores. Al asistir a los servicios de la Iglesia y adorar juntos, nos fortalecemos unos a otros, somos renovados por nuestra asociación con amigos y familiares y nuestra fe se fortalece al estudiar las Escrituras y al aprender más acerca del Evangelio restaurado.

Cuando una comunidad o una nación se vuelve negligente con respecto a las actividades del día de reposo, su vida religiosa decae y quedan afectados de manera negativa todos los aspectos de la vida. Las bendiciones relacionadas con la santificación del día de reposo les son retenidas. Debemos abstenernos de hacer compras en el día de reposo y de participar en otras actividades comerciales y deportivas que hacen que el día de reposo parezca ser un día común.

Para mantener ese día santo apartado de las actividades del mundo, deberíamos en cambio tener un espíritu de adoración, de gratitud, de servicio y de actividades apropiadas para el día de reposo con familiares y amigos. A medida que los miembros de la Iglesia se esfuercen por realizar actividades del día de reposo que sean compatibles con la intención y el Espíritu del Señor, su vida estará llena de gozo y de paz. Cuando santificamos el día de reposo, llega a ser una “delicia” (véase Isaías 58:13–14), un periodo de renovación espiritual (véase Éxodo 31:17) y una señal de nuestro amor y devoción hacia nuestro Padre Celestial y Jesucristo, nuestro Salvador y Redentor.

Estudio de las Escrituras

En la Iglesia, siéntese con las personas a las que esté enseñando o con los miembros

Al asistir a las reuniones sacramentales o a las conferencias de estaca, los dos compañeros misioneros deben sentarse con las personas a las que estén enseñando, con conversos recientes o con miembros. No deben sentarse en grupo con otros misioneros.

Invitaciones

  • ¿Santificará el día de reposo?

  • ¿Se preparará para participar dignamente de la Santa Cena?

Preguntas para la entrevista bautismal que se aplican

  • ¿Qué entiende en cuanto al día de reposo, incluso el participar semanalmente de la Santa Cena y prestar servicio a los demás? ¿Está dispuesto(a) a obedecer esas normas (antes y después de su bautismo)?

Bautismo y confirmación

La forma en que demostramos nuestro deseo de seguir el camino de Dios es por medio del bautismo y la confirmación. Cuando somos bautizados y confirmados, entramos en un convenio con Dios de tomar sobre nosotros el nombre de Jesucristo y de recordarle siempre y guardar Sus mandamientos. También prometemos ser testigos de Dios en todo tiempo y ayudar a los necesitados (véase Mosíah 18:8–9). A su vez, Dios promete la compañía constante del Espíritu Santo, la remisión de los pecados y el nacer de nuevo.

Invitaciones

  • ¿Será bautizado(a) y confirmado(a)?

  • ¿Invitará a sus amigos y familiares a asistir a su servicio bautismal?

Si es posible, invite a las personas a las que esté enseñando a asistir a un servicio bautismal y a una reunión sacramental en la cual se confirme a una persona.

Preguntas para la entrevista bautismal que se aplican

  • Todas las preguntas para la entrevista bautismal.

Invitación para ser bautizado(a)

Según lo indique el Espíritu, la invitación para ser bautizado(a) y confirmado(a) debe ser específica y directa: “¿Seguirá el ejemplo de Jesucristo y será bautizado(a) por alguien que posea la autoridad del sacerdocio de Dios? Tendremos un servicio bautismal el (fecha). ¿Se preparará para ser bautizado(a) en esa fecha?”.

Seguir al profeta

La verdad es tener un conocimiento de las cosas como son, como eran y como han de ser, y no cambia con las circunstancias ni con el tiempo. La verdad es la misma en toda época y toda cultura. Dios es la fuente de toda verdad. Podemos tener fe en Él porque sabemos que nos enseñará solamente la verdad. Dios desea que todos Sus hijos conozcan la verdad; por lo tanto, por medio de profetas y apóstoles revela las verdades necesarias para la salvación. Nos revela la verdad a cada uno de nosotros mediante las Escrituras y la revelación personal.

El profeta es llamado y escogido por Dios y es un hombre recto de gran fe. El Señor le revela la verdad por medio del Espíritu Santo y le manda enseñar la verdad a todas las personas. Los que creen las palabras de Dios, según las revela a Su profeta, son bendecidos.

La Iglesia de Cristo está edificada sobre el fundamento de apóstoles y profetas, los cuales dirigen la Iglesia mediante la revelación. El Señor llamó a José Smith a ser el primer profeta y cabeza de esta última dispensación. Sus sucesores, que dirigen La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en la actualidad, también son profetas y apóstoles. El actual Presidente de la Iglesia es un profeta viviente. Debemos tener fe en el profeta escogido de Dios, obtener una convicción de su llamamiento divino y seguir sus enseñanzas.

Tenemos oportunidades frecuentes de sostener públicamente a los líderes de la Iglesia. Sostener significa brindar nuestro apoyo por medio de pensamientos, palabras y hechos. Debemos prepararnos para que cuando los profetas y los apóstoles hablen, el Espíritu Santo confirme las verdades que enseñan y tomemos entonces la determinación de seguir el consejo que nos dan.

Los que escuchen y sigan el consejo de los profetas y apóstoles vivientes no se desviarán. Las enseñanzas de los profetas vivientes proporcionan un ancla de verdad eterna en un mundo de valores cambiantes y nos ayudan a evitar la desdicha y el pesar. La confusión y los conflictos del mundo no nos abrumarán, y podremos disfrutar de la convicción de estar en armonía con la voluntad de Dios.

Estudio de las Escrituras

Invitaciones

  • ¿Vendrá con nosotros para conocer al obispo de nuestra congregación local?

  • ¿Sostendrá a los líderes de la Iglesia y seguirá su consejo?

Preguntas para la entrevista bautismal que se aplican

  • ¿Cree que [nombre del actual Presidente de la Iglesia] es un profeta de Dios? ¿Qué significa eso para usted?

Guardar los Diez Mandamientos

Nuestro Padre nos da mandamientos para que sepamos qué hacer y qué evitar a fin de recibir las bendiciones que Él desea darnos (tales como gozo, una conciencia tranquila y felicidad duradera). Dios reveló los Diez Mandamientos a Moisés para guiar a Su pueblo:

  • “No tendrás dioses ajenos delante de mí” (Éxodo 20:3). Esos “dioses ajenos” pueden incluir las posesiones, el poder y la prominencia.

  • “No te harás imagen” (Éxodo 20:4).

  • “No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano” (Éxodo 20:7).

  • “Acuérdate del día de reposo para santificarlo” (Éxodo 20:8).

  • “Honra a tu padre y a tu madre” (Éxodo 20:12).

  • “No matarás” (Éxodo 20:13).

  • “No cometerás adulterio” (Éxodo 20:14).

  • “No hurtarás” (Éxodo 20:15).

  • “No dirás contra tu prójimo falso testimonio” (Éxodo 20:16).

  • “No codiciarás” (Éxodo 20:17).

Los Diez Mandamientos siguen vigentes hoy en día. Nos enseñan que debemos adorar a Dios y demostrarle reverencia. También nos enseñan cómo tratarnos unos a otros.

No adorar dioses ajenos

Las personas de muchas culturas poseen objetos o presentan sus respetos a aquellos que les recuerdan a Dios o a sus antepasados. A veces esos objetos, como estatuas, emblemas religiosos o pequeños altares, pueden convertirse también en el centro de su adoración. Ayude a quienes enseña a entender que el Señor nos ha mandado no adorar ídolos. Anímeles a quitar de su hogar cualquier objeto que adoren o al cual oren. Ayúdeles a concentrar su fe y su adoración en nuestro Padre Celestial y en Jesucristo. Enséñeles que el evangelio restaurado de Jesucristo se concentra en el Cristo viviente.

En el Evangelio restaurado, el Señor nos ha enseñado que la manera de recordarle es mediante la oración, el ayuno, la asistencia a la Iglesia, el participar de la Santa Cena y la asistencia al templo. En algunas áreas específicas, su presidente de misión le dará instrucciones adicionales.

Estudio de las Escrituras

Invitación

  • ¿Guardará los Diez Mandamientos?

Vivir la ley de castidad

Dios se deleita en la castidad. La castidad significa limitar toda relación sexual a un esposo (para las mujeres) o a una esposa (para los hombres). También significa la abstinencia estricta de relaciones sexuales antes del matrimonio y la completa fidelidad y lealtad al cónyuge después del matrimonio. Los que viven la ley de castidad disfrutan de la fortaleza que se deriva del control de sí mismo. Disfrutan de confianza en sus relaciones familiares y pueden disfrutar más plenamente de la influencia del Espíritu Santo en su vida. Los que quebrantan esa ley están sujetos a un sentimiento de vergüenza y de culpa que puede durar mucho tiempo y constituir una carga en su vida.

La castidad requiere la fidelidad tanto en el pensamiento como en los hechos. Debemos mantener limpios nuestros pensamientos y ser recatados en nuestra forma de vestir y de hablar y en nuestros actos. Debemos evitar cualquier tipo de pornografía. Debemos tratar como algo sagrado los poderes de la procreación y nuestros cuerpos, los cuales nos ha dado Dios. Las relaciones sexuales son un poder dado por Dios para procrear y fortalecer el lazo matrimonial de la pareja.

Las personas que sienten atracción hacia personas del mismo sexo también deben guardar la ley de castidad y hacer convenios con Dios. El sentir atracción hacia personas del mismo sexo o el darse a conocer como homosexual, lesbiana o bisexual no es un pecado y no prohíbe a nadie participar en la Iglesia, tener llamamientos ni asistir al templo.

Los candidatos al bautismo deben vivir la ley de castidad, la cual prohíbe toda relación sexual fuera del matrimonio legal entre un hombre y una mujer. No deben participar en abortos voluntarios ni en relaciones homosexuales. Puesto que Dios ama a todos Sus hijos y se acerca a ellos con amor por medio de Jesucristo (véase Romanos 5:8), los que hayan cometido pecados sexuales pueden arrepentirse, ser perdonados y vivir de una manera feliz (véase 2 Nefi 5:27).

Parejas que viven en unión libre

Los hombres y las mujeres que vivan juntos sin estar casados no pueden bautizarse sin primeramente casarse o separarse. Las personas que estén casadas con personas del mismo sexo o que mantengan una relación con alguien del mismo sexo, o los que estén casados con más de una persona a la vez, no pueden ser bautizados. La invitación a vivir la ley de castidad podría presentar desafíos muy difíciles para las personas a quienes enseña. Pida guía en oración y sea sensible a la situación de cada persona. Sea precavido y siga las impresiones del Espíritu cuando hable de comportamiento sexual a fin de evitar situaciones o acusaciones comprometedoras. Solicite el consejo de su presidente de misión, quien le dará instrucciones específicas para cada caso.

Estudio de las Escrituras

Invitación

  • ¿Vivirá la ley de castidad?

Preguntas para la entrevista bautismal que se aplican

  • ¿Qué entiende por la ley de castidad, la cual prohíbe toda relación sexual fuera de los lazos del matrimonio legal entre un hombre y una mujer? ¿Está dispuesto(a) a obedecer esa ley (antes y después de su bautismo)?

  • ¿Ha participado alguna vez en un aborto voluntario? ¿Ha cometido alguna vez una transgresión homosexual? [Nota: La persona que conteste sí a cualquiera de estas dos preguntas debe ser entrevistada por el presidente de misión antes de ser bautizada].

Obedecer la Palabra de Sabiduría

El Señor le reveló al profeta José Smith una ley de salud llamada la Palabra de Sabiduría. Dicha ley nos enseña qué alimentos y substancias debemos usar y cuáles evitar para mantener la salud de nuestro cuerpo y para mantenernos libres de influencias malignas. El Señor promete bendiciones de salud, fuerza, protección contra el mal y una mayor receptividad a las verdades espirituales.

Recuerde que nuestros cuerpos son sagrados. Debemos tratarlos con respeto y reverencia. La Palabra de Sabiduría enseña que debemos ingerir alimentos saludables. Enseña muy específicamente que debemos evitar las substancias dañinas, incluso el alcohol, el tabaco, el té y el café. Debemos evitar el uso de cualquier tipo de droga dañina. Para ser bautizadas y confirmadas, las personas a las que usted enseñe deben dejar de usar esas substancias. Las personas que obedecen la Palabra de Sabiduría son más receptivas a las verdades espirituales.

Su presidente de misión contestará preguntas en cuanto a la relación que tengan con la Palabra de Sabiduría ciertas substancias específicas de su cultura.

Superar las adicciones

La mejor manera de ayudar a los que luchan por superar adicciones es recomendarles que acudan a los líderes locales del sacerdocio e instarles a que se familiaricen con el sitio web de la Iglesia del Programa para recuperarse de las adicciones. Es posible que también desee alentar a los líderes locales de la Iglesia a consultar los recursos disponibles en el sitio web de la Iglesia dedicado a la vida providente. Las sugerencias que figuran a continuación se aplican específicamente a la Palabra de Sabiduría, pero pueden adaptarse a otras adicciones también.

  1. Refuerce los esfuerzos de las personas por venir a Cristo y ayúdelas a ver la forma en que sus esfuerzos por recuperarse y sanar están siendo (o pueden ser) fortalecidos mediante Jesucristo y Su expiación.

  2. Ayude a las personas a fijarse metas en cuanto a cuándo y cómo vivirán la Palabra de Sabiduría.

  3. Ore por ellos en sus oraciones personales y cuando ore en la presencia de ellos.

  4. Sea positivo y apóyeles, aun cuando recaigan.

  5. Continúe enseñándoles el Evangelio. Enséñeles cómo valerse de la oración y de la fe como fuentes de fortaleza.

  6. Ayúdeles a asistir regularmente a la Iglesia y a cultivar amistad con personas que vivan la Palabra de Sabiduría y que hayan superado la misma adicción.

  7. Cuando sea apropiado hacerlo, ofrezca darles bendiciones del sacerdocio.

  8. Anímeles a deshacerse de las substancias dañinas que tengan en su hogar.

En el capítulo 10 encontrará más instrucciones sobre la manera de ayudar a las personas a superar las adicciones.

Estudio de las Escrituras

Invitación

  • ¿Obedecerá la Palabra de Sabiduría?

Preguntas para la entrevista bautismal que se aplican

  • ¿Qué entiende por la Palabra de Sabiduría? ¿Está dispuesto(a) a obedecer la Palabra de Sabiduría (antes y después de su bautismo)?

Guardar la ley del diezmo

Una de las grandes bendiciones del ser miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es el privilegio de contribuir al crecimiento del reino de Dios mediante el pago del diezmo. El diezmo es una ley divina muy antigua; por ejemplo, el profeta Abraham, del Antiguo Testamento, pagó el diezmo de todo lo que poseía (véase Alma 13:15).

A los que pagan diezmos, el Señor promete “abri[r]… las ventanas de los cielos, y derrama[r]… bendición hasta que sobreabunde” (Malaquías 3:10). Esas bendiciones podrían ser temporales o espirituales, pero las recibirán los que obedezcan esa ley divina.

Diezmo significa una décima parte y el Señor nos ha mandado dar una décima parte de nuestros ingresos para que seamos bendecidos. La ley del diezmo nos da la oportunidad de ayudar a edificar Su reino. Nuestro diezmo es santo para el Señor y cuando lo pagamos, lo honramos a Él. Dios promete bendecir abundantemente a los que paguen un diezmo íntegro. Los que no pagan el diezmo roban a Dios (véase Malaquías 3:8), porque guardan para sí algo que por derecho le pertenece a Él. Debemos buscar primeramente el reino de Dios y el diezmo es una manera importante de hacerlo. El pago del diezmo es una expresión de nuestra fe; es una señal exterior de nuestra creencia en Dios y en Su obra.

Los fondos del diezmo se utilizan para apoyar las actividades continuas de la Iglesia, tales como la construcción y el mantenimiento de templos y centros de reuniones, llevar el Evangelio a todo el mundo, prestar servicio en la obre de los templos y la historia familiar, y muchas otras actividades a escala mundial. El diezmo no se utiliza para remunerar a los líderes locales de la Iglesia, los cuales sirven voluntariamente sin recibir ningún tipo de compensación económica.

Los líderes locales de la Iglesia envían los diezmos recibidos cada semana directamente a las Oficinas Generales de la Iglesia. Un consejo compuesto por la Primera Presidencia, el Cuórum de los Doce y el Obispado Presidente determina las formas específicas en que se utilizarán los sagrados fondos del diezmo.

Estudio de las Escrituras

Diezmo

Fe

Invitación

  • ¿Vivirá la ley del diezmo cuando sea bautizado(a)?

Preguntas para la entrevista bautismal que se aplican

  • ¿Qué entiende por la ley del diezmo? ¿Está dispuesto a obedecer esa ley?

Observar la ley del ayuno

Grandes bendiciones están al alcance de los que obedecen el mandamiento de Dios de ayunar. Ayunar significa abstenerse de ingerir alimentos y bebida durante un período de tiempo. Usualmente se aparta el primer domingo del mes como un día especial para ayunar dos comidas consecutivas, para orar y dar testimonio. El ayuno y la oración van de la mano; cuando ayunamos y oramos con fe, somos más receptivos a las respuestas a nuestras oraciones y a las bendiciones del Señor. Él nos promete que nos guiará continuamente. Debemos ayunar y orar con propósitos específicos. El ayuno es privado y espiritual, y no debemos llamar la atención al hecho de que estamos ayunando.

La religión pura incluye el cuidado de los pobres, y tenemos el deber de ayudarles a satisfacer sus necesidades físicas y espirituales. Cuando ayunamos, donamos dinero a la Iglesia para el cuidado de los pobres y los necesitados, y ese donativo es lo que llamamos una ofrenda de ayuno. Damos como mínimo la cantidad de dinero que ahorramos al ayunar dos comidas; sin embargo, no tenemos que limitar nuestra contribución al costo de dos comidas. Se nos insta a ser tan generosos como nuestros medios lo permitan. Al cuidar a los pobres, ayudamos a cumplir nuestros convenios bautismales y a retener la remisión de nuestros pecados.

Estudio de las Escrituras

Ayuno

El cuidado de los pobres

Invitaciones

  • ¿Ayunará y orará este próximo domingo de ayuno por alguna necesidad especial?

  • ¿Donará una generosa ofrenda de ayuno (después de su bautismo)?

Cómo donar diezmos y ofrendas

Los diezmos y las ofrendas se pagan voluntariamente y en privado. Se insta a los miembros a pagar el diezmo al recibir sus ingresos; sin embargo, los miembros que deseen pagarlo anualmente pueden hacerlo. Los miembros pueden contribuir con fondos de ofrendas de ayuno entregándolas directamente a un miembro del obispado o a un poseedor del Sacerdocio Aarónico designado para recibir donativos de ofrendas de ayuno. Para hacer el donativo, los miembros llenan una papeleta de donativos, la cual pueden obtener del obispado. (Los donativos de diezmos, a diferencia de las ofrendas de ayuno, solo se deben entregar a un miembro del obispado). El miembro conserva la copia amarilla y sella la copia blanca y el donativo en el sobre que se proporciona, el cual se entrega a un miembro del obispado. Los miembros también pueden hacer donaciones en línea por medio de su cuenta privada de la Iglesia. Esos donativos se consideran sagrados y pertenecen al Señor. Un miembro del obispado y un secretario llevan una contabilidad detallada y confidencial de todos los donativos.

Los miembros asisten al ajuste de diezmos con el obispo al final de cada año para declarar si son fieles en el pago de los diezmos. En esa reunión privada, los miembros reciben un informe de fin de año de todos sus donativos. La información financiera se mantiene en forma estrictamente confidencial.

Enseñe cómo donar diezmos y ofrendas

Muestre un formulario de donación de diezmos y explique cómo utilizarlo. Después del bautismo de los conversos, tal vez necesite ayudarles a llenar el formulario o mostrarles cómo hacer un donativo en línea.

Obedecer y honrar la ley

Los Santos de los Últimos Días de todas partes creen en obedecer las leyes del país en el que viven. Se aconseja a los miembros de la Iglesia que sean buenos ciudadanos, que participen en el gobierno civil y en el proceso político y que den servicio a la comunidad. Sin embargo, lo hacen como ciudadanos responsables, y no como representantes de la Iglesia.

Estudio de las Escrituras

Invitación

  • ¿Obedecerá las leyes del país en el que vive?

Preguntas para la entrevista bautismal que se aplican

  • ¿Alguna vez ha cometido un delito grave? Si es así, ¿está en período de prueba o libertad condicional? [Nota: La persona que conteste sí a cualquiera de estas dos preguntas debe ser entrevistada por el presidente de misión antes de ser bautizada].

Actividad

Para cada mandamiento de esta lección, escriba una lista de las promesas que hace el Señor en las Escrituras a los que guarden el mandamiento. Escriba en su diario de estudio las promesas que se han cumplido en su propia vida.