La traición, el arresto y el juicio de Jesucristo

Primaria 7: El Nuevo Testamento, 1997


Objetivo

Fortalecer en los niños el cometido de ser valientes en el testimonio que poseen de Jesucristo.

Preparación

  1. 1.

    Estudie, con oración, Mateo 26:14–16, 47–27:31, y Lucas 22:47–23:25. Después, estudie la lección y decida qué método empleará para enseñar a los niños el relato de las Escrituras. (Véase “Cómo preparar las lecciones”, págs. VII–VIII y “La enseñanza por medio de las Escrituras”, págs. VIII–X.)

  2. 2.

    Elija las preguntas para analizar y las actividades complementarias que mejor promuevan la participación de los niños y los ayude a alcanzar el objetivo de la lección.

  3. 3.

    Escriba en tarjetas u hojas de papel por separado las siguientes palabras y frases: Hijo de Dios, Salvador, Redentor, divino, perfecto, todopoderoso, amoroso, Creador, maestro, sanador, escupido, traicionado, acusado falsamente, abofeteado, golpeado, azotado, amarrado, burlado, coronado con espinas, condenado a morir.

  4. 4.

    Materiales necesarios:

    1. a.

      Un ejemplar de la Biblia o del Nuevo Testamento para cada niño.

    2. b.

      Cinta adhesiva o lo que considere necesario para poner a la vista las tarjetas.

    3. c.

      Las láminas 7–31, La traición de Jesús (Las bellas artes del Evangelio 228; 62468), y 7–32, Pedro niega a Jesús (Las bellas artes del Evangelio 229, 62177).

Sugerencias para el desarrollo de la lección

Pida a uno de los niños que ofrezca la primera oración.

Actividad para captar la atención

Mezcle las tarjetas que ha preparado y colóquelas boca abajo sobre una mesa o el piso. Explique a los niños que algunas de esas tarjetas describen a Jesús y otras las cosas a que fue sometido en los últimos días de Su vida terrenal. Pídales que, cuando les toque el turno, escojan una de las tarjetas, la lean y la coloquen entonces en una de dos pilas. En la primera pila deben colocar las que describen a Jesús y en la otra las que se refieran a lo que le hicieron padecer casi al final de Su vida.

Repase brevemente los acontecimientos ocurridos en el huerto de Getsemaní y explique a los niños que en esta lección aprenderán acerca de los acontecimientos que sucedieron poco después de que Jesús terminara de orar allí.

Relato de las Escrituras

Enseñe a los niños el relato de cuando Jesús fue traicionado, arrestado y enjuiciado (Mateo 26:14–16, 47–27:31, y Lucas 22:47–23:25). (En “La enseñanza por medio de las Escrituras,” pág. VIII, encontrará sugerencias de cómo hacerlo.) Pida a los niños que presten atención a las palabras que describen lo que la gente le hizo a Jesús y ayúdeles a entender que Él podría haber utilizado Sus poderes para protegerse de tanto maltrato, pero que sabía que todo era parte del sufrimiento que tenía que padecer a fin de cumplir con Su misión terrenal y así llevar a cabo la Expiación (véase Mosíah 15:5).

Preguntas para analizar y aplicar

Al preparar la lección, estudie las preguntas y los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación. Después, utilice las preguntas que usted considere que mejor ayudarán a los niños a comprender las Escrituras y a aplicar los principios a su vida. El leer los pasajes en clase con los niños hará que éstos entiendan mejor las Escrituras.

• ¿Quién traicionó a Jesús? (Mateo 26:14–16.) ¿Cómo lo traicionó Judas? (Mateo 26:48.) ¿Qué le sucedió a Judas? (Mateo 27:3–5.)

• ¿Por qué detuvo Jesús a Sus Apóstoles cuando trataron de defenderlo? (Mateo 26:51–54; Lucas 22:49–51.) ¿Qué aprendieron Sus discípulos cuando Jesús sanó la oreja de uno de los hombres? ¿Por qué huyeron los Apóstoles y abandonaron a Jesús? (Mateo 26:56.) ¿Qué habrían hecho ustedes si hubieran estado allí?

• ¿Por qué no respondió Jesús a quienes lo acusaron durante el juicio? (Mateo 26:62–63; 27:12–14; Lucas 23:9.) (Véase la actividad complementaria Nº. 3.) Explique a los niños lo que respondió cuando le preguntaron a Jesús si Él era Cristo, el Hijo de Dios o el Rey de los judíos, (véase Mateo 26:63–64; 27:11). Destaque que Jesús no negó Su identidad ni trató de librarse porque sabía que tenía que ser crucificado para llevar a cabo Su misión terrenal.

• Refiérase nuevamente a la lista de palabras que describen lo que la gente le hizo a Jesús. ¿En qué piensan al leer esas palabras? ¿Qué piensan acerca de las cosas terribles que le hicieron a Jesús? ¿Alguna vez les ha ofendido alguien por creer en Jesucristo o porque asisten a las reuniones de la Iglesia? En tales casos, ¿cómo reaccionaron ustedes?

• ¿Cuántas veces negó Pedro que conocía a Jesús? (Lucas 22:54–60.) ¿Por qué hizo Pedro eso? ¿Cómo se sintió Pedro al darse cuenta de lo que había hecho? (Lucas 22:61–62.) Ayude a los niños a comprender que Pedro no había recibido aún el don del Espíritu Santo. Él era un buen hombre que después llegó a ser Presidente de la Iglesia y dio su vida por su testimonio. ¿Cómo podemos ser valientes en nuestro testimonio de Jesucristo, a pesar de los problemas que debamos enfrentar? (Véase la actividad complementaria Nº. 5.)

Actividades complementarias

En cualquier momento de la lección o como repaso, resumen o cometido, utilice una o varias de las siguientes actividades:

  1. 1.

    Pida a cada niño que mencione una de las cualidades o atributos de Jesús que aprecie más.

  2. 2.

    Repase los Artículos de Fe Nº 1 y N˚ 3. Indique a los niños que estos Artículos de Fe nos ayudan a recordar la divinidad de Jesucristo y la importancia de Su misión terrenal.

  3. 3.

    Escriba en carteles pequeños los nombres de Caifás, Pilato y Herodes. Asigne dichos carteles a tres niños y explique que cada uno de estos tres gobernantes tenía diferentes responsabilidades en el país. Disponga que los “gobernantes” se paren en distintos lugares del salón de clases y que los otros niños los observen mientras aquéllos leen los siguientes discursos. También podría pedir a los tres niños que se ubiquen frente a la clase y se turnen para leer sus respectivos discursos:

    • Caifás: Me llamo Caifás. Soy el sumo sacerdote de los judíos, es decir, su líder religioso. Yo quería que mataran a Jesús, pero necesitaba tener la aprobación del líder romano, así que lo envié ante Pilato.

    • Pilato: Soy Poncio Pilato, el gobernador romano, es decir, el líder político de Judea. Los judíos querían que yo sentenciara a muerte a Jesús, pero no encontré falta alguna en Él. Por tanto, se lo envié a Herodes.

    • Herodes: Me llamo Herodes. Soy judío y los romanos me han nombrado rey de Galilea. Pilato envió a Jesús a mi presencia porque soy el gobernante de la región donde se crió Jesús. Yo tenía mucho interés en conocer a este hombre pues deseaba que efectuara algún milagro en mi presencia, pero Jesús no quiso hablarme ni contestar mis preguntas. Así que lo envié de vuelta a Pilato.

    • Pilato: Seguía sin encontrar razón alguna para condenar a muerte a este hombre, pero la gente insistía en que lo hiciera. Finalmente, al no poder convencer al pueblo de que no había encontrado que Jesús hubiese cometido delito alguno, permití que se lo llevaran y lo crucificaran.

    Después de indicar a los tres niños que tomen asiento, analice con la clase lo que debió haber sido para Jesús presentarse ante aquellos hombres y responder a sus interrogatorios.

  4. 4.

    En tiras de papel escriba algunas situaciones que piense que a los niños les sea difícil de encarar, tales como las que se detallan a continuación (emplee situaciones apropiadas para los niños de su clase):

    • Alguien se burla de ustedes porque asisten a la Iglesia.

    • Alguien trata de convencerlos para que prueben drogas o fumen cigarrillos.

    • Ven que un niño trata mal a otro en la escuela.

    • Un amigo que no es miembro de la Iglesia pide que le expliquen acerca de nuestras creencias.

    • Un compañero en la escuela les pide que mientan para que lo saquen de un apuro.

    Pida a los niños que, por turno, escojan una de las tiras de papel y lean lo que dice. Permita a la clase que analice cada situación y decida cuál sería la mejor manera de resolverla. Recálqueles que a veces no es fácil ser valientes en el testimonio de Jesucristo, pero que si lo hacemos, seremos grandemente bendecidos.

  5. 5.

    Dé a cada niño una o dos de las tarjetas que describen a Jesús (usted podría también emplear otras palabras o frases para describirlo). Pídales que comenten qué pensaron al leer dichas tarjetas y que decidan por sí mismos si realmente saben que Jesús es el Hijo de Dios, el Salvador, el Redentor, etc. Invítelos a que expliquen cómo les ha bendecido este conocimiento y testimonio acerca de Jesucristo.

  6. 6.

    Prepare a los niños para que canten o invite a alguien más para que cante ante la clase el himno “Cantemos todos a Jesús” (Himnos, Nº 109).

Conclusión

Testimonio

Dé a los niños su testimonio en cuanto a la divinidad de Jesucristo y coménteles cuán importante es para usted ese testimonio. Exprese la gratitud que siente de que Jesús haya estado dispuesto a sufrir y morir para que todos pudiéramos resucitar y lograr la vida eterna.

Sugerencias de lectura en el hogar

Sugiera a los niños que estudien en casa Mateo 26:47–54 como repaso de la lección de hoy.

Pida a uno de los niños que ofrezca la última oración.