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Cómo dirigir reuniones y realizar entrevistas


Lección 23

Cómo dirigir reuniones y realizar entrevistas

El propósito de esta lección es ayudarnos a conducir reuniones y a realizar entrevistas eficaces.

Introducción

Como miembros de la Iglesia, asistimos a muchas reuniones; y cada una de ellas debería ser organizada y planeada por anticipado.

¿A qué reuniones de la Iglesia asistimos?

¿Piensa que las reuniones se llevan a cabo sin planificación? ¿Cómo considera que la planificación adecuada, la organización y la oración contribuyen al éxito de las reuniones?

El propósito de las reuniones

El profeta Nefi nos dice que después que Cristo visitó las Américas, los nefitas “se guiaban por los mandamientos que habían recibido de su Señor y su Dios, perseverando en el ayuno y en la oración, y reuniéndose a menudo, tanto para orar como para escuchar la palabra del Señor” (4 Nefi 1:12).

¿Por qué tenemos reuniones?

En la Iglesia tenemos reuniones por muchos motivos. En algunas se enseñan principios del Evangelio; otras proveen la oportunidad de llevar a cabo ordenanzas, nos inspiran para hacer algo mejor o nos ayudan a resolver problemas en particular. La siguiente lista contiene otras razones por las que se efectúan reuniones en la Iglesia.

Ponga la gráfica o cartel que preparó antes de la clase, o escriba lo siguiente en la pizarra:

Razones por las que tenemos reuniones

  1. Para ayudarnos a guardar los mandamientos de Dios.

  2. Para fortalecer nuestros testimonios.

  3. Para enseñar las doctrinas y los principios del Evangelio.

  4. Para impartir el consejo de los Profetas.

  5. Para edificar el Reino de Dios sobre la tierra.

  6. Para sostener a nuestros líderes.

  7. Para enseñar el Evangelio y compartirlo con otras personas.

  8. Para participar de la Santa Cena.

  9. Para presentar informes y correlacionar el trabajo de la Iglesia.

  10. Para resolver problemas.

  11. Para inspirar y motivar.

  12. Para administrar las ordenanzas del Evangelio, tales como el bautismo.

Puesto que tenemos reuniones por muchas razones y propósitos, debemos saber cómo dirigir, en forma adecuada, todo tipo de reuniones. Para hacerlo, debemos comprender qué es lo que hace que una reunión sea eficaz.

Cómo dirigir reuniones eficaces

Para que las reuniones sean eficaces deben tener un propósito definido; y quienes las conducen deben hacer planes específicos para lograr este propósito. Los líderes deben conducir las reuniones en orden y dignidad, asegurarse de la participación de los presentes y proporcionar evaluación y mejoramiento.

La planificación

Se considera que una reunión es eficaz cuando se haya alcanzado el propósito que se planeó, lo que significa que una reunión se debe planear por adelantado.

Una ayuda importante en la planificación de una reunión es la de utilizar una agenda, en la que se escribirá lo que se va a hacer en la reunión y quiénes habrán de participar. Allí se define el objetivo de la reunión y se organizan los temas a tratar. Para preparar el orden del día, debemos pensar en las cosas que queremos lograr. La agenda nos recordará las cosas que debemos hacer para llevar a cabo la reunión. Una vez organizado el contenido de la reunión, éste puede ser presentado clara y eficazmente. En la agenda, los puntos a tratar se deben anotar en orden de importancia, de manera que lo más importante se considere primero.

¿Qué temas podríamos incluir para el orden del día? (Use la noche de hogar como ejemplo.) Enumere las sugerencias en la pizarra. (Al final de esta lección se encuentra un ejemplo de orden del día para una noche de hogar.)

La dignidad y el orden

Cuando dirigimos una reunión, debemos dar el ejemplo mediante nuestra buena presentación personal. Debemos evitar hablar innecesariamente y mantener la dignidad de la reunión. Algunas requerirán una breve reunión de preparación. (Esta reunión se efectúa inmediatamente antes de la reunión establecida. En ella se repasa el orden del día con quienes van a participar, y se ofrece una oración pidiendo la guía del Espíritu del Señor.)

El Señor nos dice: “…siempre se ha concedido a los élderes de mi iglesia desde el principio, y siempre será así, dirigir todas las reuniones conforme los oriente y los guíe el Santo Espíritu” (D. y C. 46:2). El Espíritu Santo establecerá un sentimiento espiritual y nos ayudará a alcanzar el propósito de la reunión. Moroni escribió: “Y los de la iglesia dirigían sus reuniones de acuerdo con las manifestaciones del Espíritu, y por el poder del Espíritu Santo; porque conforme los guiaba el poder del Espíritu Santo, bien fuese predicar, o exhortar, orar, suplicar o cantar, así se hacía” (Moroni 6:9).

La participación

Una reunión eficaz depende de participantes dispuestos y preparados. Como miembros de la Iglesia, debemos estar preparados en forma personal cuando asistimos a una reunión y pedir al Señor la ayuda que necesitamos para ser perceptivos a las instrucciones, a la capacitación y a los asuntos de la reunión. Debemos ir con el deseo de participar y aprender. Debemos estar preparados para recibir las asignaciones que se nos den y tenemos que prepararnos con objeto de participar bajo la influencia del Espíritu Santo.

“Una vez se le preguntó a una hermana casi totalmente sorda, cómo era que ella iba a las reuniones sacramentales cada domingo, parecía estar realmente interesada en lo que se decía y podía mantenerse tan alerta, cuando muchas de las personas del barrio se encontraban distraídas, o parecían estar dormidas. Su respuesta encierra una verdadera lección: ‘Anhelo estar ante la presencia física de aquellos a quienes amo y que aman el Evangelio. Puedo compartir su espíritu sin siquiera escuchar una palabra, y si sinceramente estoy a tono con el Espíritu, el Señor me susurra” (Robert K. Thomas, “Listening with the Spirit”, Ensign, enero de 1978, pág. 40).

La evaluación y el mejoramiento

Cuando establecemos el propósito de una reunión, debemos hacer planes para evaluar después el resultado que se obtenga. Nuestra evaluación podría incluir preguntas tales como:

  • ¿Se logró el propósito de la reunión?

  • ¿Podríamos habernos preparado un poco mejor?

  • ¿Tratamos todos los temas del orden del día? Si no lo hicimos, ¿cuál fue la razón?

  • ¿Se sintieron cómodos los participantes?

  • ¿Había un buen espíritu en la reunión? Si no lo hubo, ¿cómo podríamos mejorar en ese aspecto?

  • ¿Entendieron sus asignaciones los participantes?

Cómo realizar entrevistas eficaces

Muestre la ayuda visual 23-a, “Las entrevistas del sacerdocio fomentan las buenas relaciones”, o 23-b, “Las entrevistas eficaces estimulan la obra del Señor”.

Las entrevistas son reuniones que requieren preparación especial. Una entrevista puede cumplir varios propósitos. Se puede usar para: (1) obtener información; (2) entregar información; (3) aconsejar y motivar a otras personas; (4) llamar a personas para darles cargos en la Iglesia; (5) recibir informes de las mayordomías; (6) enseñar principios y doctrina y (7) determinar la dignidad de la persona entrevistada. Considerando que los líderes entrevistan a las personas por muchas razones, deberíamos conocer algunos principios básicos que se deben tener en cuenta para cuando hagamos una entrevista:

  • Demuestre interés sincero en la persona que vaya a entrevistar.

  • Hágale comprender que estamos a su disposición para ayudarle.

  • Hágale sentirse cómoda, demostrándole amistad.

  • Prepare un horario de las entrevistas para una hora determinada.

  • Mantenga confidencial la información personal.

  • Lleve a cabo la entrevista en un lugar privado.

  • Sepa escuchar bien. Esto significa escuchar los problemas de la persona y en seguida ayudarle a tomar las decisiones por las que ella se sienta responsable. Primero debe comprometerse consigo misma; entonces podrá cambiar hacia la dirección correcta.

“Es importante que aquellos a quienes entrevistemos se den cuenta de que son hijos espirituales de Dios y que nosotros les amamos. Debemos hacerles saber que les amamos y que estamos interesados en su bienestar y en ayudarles a lograr el éxito en la vida…

“Recuerden que la entrevista está basada en la consideración, en la simpatía y el amor. Esto es de vital importancia; háganle saber a las personas que les amamos y que solamente estamos tratando de ayudarles” (N. Eldon Tanner, Ensign, noviembre de 1978, págs. 41–42).

Si desea obtener información adicional sobre cómo hacer entrevistas en forma eficaz, vea el suplemento de la lección. Si el tiempo lo permite, haga una demostración de una entrevista que incluya algunos de los principios ya bosquejados. Después de la demostración, pida a la clase que identifique y analice lo que haya hecho correctamente y lo que se hizo en forma incorrecta.

Conclusión

El propósito de la Iglesia es la salvación de las almas. El tener reuniones es una manera de lograrlo; sin embargo, las reuniones que tienen un verdadero significado y que realmente nos benefician, no sólo ocurren porque sí, sino que deben ser planeadas cuidadosamente, conducidas y evaluadas teniendo presentes los propósitos específicos de por qué se llevan a cabo. El Señor dice:

“Y ahora bien, he aquí, un mandamiento os doy, que al estar reunidos os instruyáis y os edifiquéis unos a otros, para que sepáis cómo conduciros, y cómo dirigir mi iglesia, y cómo obrar de conformidad con los puntos de mi ley y mis mandamientos que he dado.

“Y así seréis instruidos en la ley de mi iglesia, y seréis santificados por lo que habéis recibido, y os obligaréis a obrar con toda santidad ante mí,

“a fin de que, si hacéis esto, se añada gloria al reino que habéis recibido. Si no lo hacéis, os será quitado aun lo que habéis recibido” (D. y C. 43:8–10).

Cuanto mejor planifiquemos, organicemos y dirijamos nuestras reuniones y entrevistas, mayor será la inspiración que reciban los demás al vivir las leyes de Dios y Sus mandamientos.

Cometidos

A los padres: Organicen y planeen el orden del día para la próxima noche de hogar. Traten de dirigir esta reunión en forma más eficaz al enseñar a su familia los principios del Evangelio.

A los líderes del sacerdocio: Sigan las sugerencias en esta lección cuando se les dé la responsabilidad de dirigir una reunión.

Pasajes adicionales de las Escrituras

  • Moroni 6:5–6 (los nefitas se reunían a menudo).

  • D. y C. 20:45 (los servicios deben ser dirigidos según guíe el Espíritu Santo).

  • D. y C. 46:28 (el que pide en el Espíritu, recibe en el Espíritu).

  • D. y C. 59:9 (ir a la casa de oración).

Suplemento

Ejemplo de orden del día de la noche de hogar

  1. Himno de apertura (nombre del miembro de la familia que dirigirá la música).

  2. Primera oración (nombre del miembro de la familia que ofrecerá la oración).

  3. Asuntos familiares (bajo la dirección del padre).

  4. Número musical por un miembro de la familia.

  5. Lección (presentada por un miembro de la familia del manual Principios del Evangelio).

  6. Análisis y planeamiento para la semana que viene.

  7. Himno final.

  8. Última oración.

  9. Actividad para divertirse (conducida por un miembro de la familia).

  10. Refrigerio (nombre del miembro de la familia asignado).

Cómo entrevistar en forma eficaz

  1. Tenga un propósito y objetivo específicos:

    1. Para obtener información.

    2. Para enseñar y dar información.

    3. Para establecer una relación más unida.

    4. Para determinar la dignidad en el caso de varios programas de la Iglesia (tales como una recomendación para el templo, una llamamiento, adelantos en el sacerdocio, llamamiento a la misión).

    5. Para aconsejar con respecto a los problemas de la vida.

  2. Trate de obtener las mejores comodidades disponibles. Estas deberían ser:

    1. Un lugar silencioso.

    2. Un lugar privado que no permita interrupciones.

    3. Un lugar cómodo (verifique la temperatura, los muebles, la iluminación).

  3. Fije citas y planifique suficiente tiempo.

  4. Siga los principios correctos para entrevistar:

    1. Haga que la persona se sienta cómoda.

    2. Explique el propósito y el objetivo de la entrevista.

    3. Antes de tratar temas de naturaleza íntima o emocional, interésese y establezca una atmósfera apropiada.

    4. Permita que la persona hable libremente. No tenga miedo si se crea el silencio mientras la persona está pensando. Escuche atentamente a lo que diga y a las implicaciones que esto tenga.

    5. Observe sus reacciones físicas (si está tenso, nervioso, enojado). Eso podría indicar cómo se siente.

    6. Inspire confianza a través de su propia actitud:

      1. Sea humilde y espiritual. (Usted en verdad necesita la ayuda del Señor.)

      2. Manténgase calmo y mantenga la confianza en sí mismo.

      3. Hable en voz baja y controlada.

      4. No se alarme por lo que escuche y no tome una actitud crítica hacia la persona.

      5. Acéptela como una persona y trate de comunicárselo, aun cuando usted no acepte su comportamiento.

      6. No haga preguntas que presionen a la persona a dar las respuestas que usted desee.

      7. No trate de terminar las frases o pensamientos de la persona; es muy posible que sus suposiciones sean incorrectas.

      8. No le hable en tono condescendiente ni trate de darle la idea de que usted es mejor.

      9. No tenga miedo de los sentimientos y reacciones de la persona.

  5. Trate de mantener la entrevista sobre el tema. Dedique tiempo adicional más tarde para otros asuntos.

  6. Cuando haya logrado el objetivo, termine la entrevista, pero no lo haga bruscamente:

    1. Recoja los papeles de su escritorio, o

    2. párese, o

    3. haga un movimiento como que se va a parar.

    4. Agradézcale su presencia.

    5. Trate de concertar otra entrevista para hablar más si fuera necesario.

  7. Si conviene, asegúrele a la persona la naturaleza confidencial de lo conversado.

  8. Consulte a su líder del sacerdocio cuando comprenda que no puede ayudar más a esa persona. Es muy posible que él pueda proporcionarle ayuda adicional.

Preparación del maestro

Antes de presentar esta lección:

  1. Prepare una gráfica que explique las razones por las que tenemos reuniones, o prepárese para escribirlas en la pizarra.

  2. Si el tiempo lo permitiera, planee demostrar una entrevista que ilustre las pautas establecidas en la lección y use miembros de la clase para hacer la demostración.

  3. Pida a varios miembros de la clase que lean o presenten las historias o los pasajes de las Escrituras que se encuentran en esta lección.