La parábola del buen samaritano

Primaria 7: El Nuevo Testamento, 1997


Objetivo

Que los niños sientan el deseo de demostrar amor hacia todas las personas.

Preparación

  1. 1.

    Estudie, con oración, Lucas 10:25–37 y Mateo 22:34–40. Después, estudie la lección y decida qué método empleará para enseñar a los niños el relato de las Escrituras. (Véase “Cómo preparar las lecciones”, págs. VII–VIII y “La enseñanza por medio de las Escrituras”, págs. VIII–X.)

  2. 2.

    Lectura complementaria: Juan 14:15, 21; 1 Juan 4:20–21; busque en la “Guía para el Estudio de las Escrituras lo que dice bajo “Sacerdote” y “Leví” (en este último lea especialmente lo que dice de los levitas).

  3. 3.

    Elija las preguntas para analizar y las actividades complementarias que mejor promuevan la participación de los niños y los ayuden a alcanzar el objetivo de la lección.

  4. 4.

    Materiales necesarios:

    1. a.

      Un ejemplar de la Biblia o del Nuevo Testamento para cada niño.

    2. b.

      Las láminas 7–21, El buen samaritano (Las bellas artes del Evangelio 218; 62156) y 7–22, El mapa de la Tierra Santa.

Sugerencias para el desarrollo de la lección

Pida a uno de los niños que ofrezca la primera oración.

Actividad para captar la atención

Llame a un niño por su nombre y pregúntele: “(Nombre), ¿quién es tu prójimo?” Haga la misma pregunta a varios niños. Explique que esta lección les ayudará a comprender qué enseñó Jesús acerca de quién es nuestro prójimo y sobre la forma en que debemos tratarlos.

Pida a uno de los niños que lea Mateo 22:34–40. Analice la importancia de sentir amor por los demás.

Relato de las Escrituras

Ponga a la vista las láminas del buen samaritano y el mapa de la Tierra Santa. Enseñe la parábola del buen samaritano tal como se encuentra en Lucas 10:25–37. (En “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII, encontrará varias sugerencias de cómo hacerlo.) Muestre a los niños dónde se encuentran Judea y Samaria en el mapa y explique la situación que existía entre judíos y samaritanos. Los judíos pensaban que eran mejores que los samaritanos y los despreciaban tanto que, cuando viajaban desde Jerusalén a Galilea, preferían hacer un recorrido mucho más largo a través del valle del Jordán antes que atravesar Samaria. Si lo desea, puede hacer que los niños representen este relato de las Escrituras.

Preguntas para analizar y aplicar

Al preparar la lección, estudie las preguntas y los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación. Después, utilice las preguntas que usted considere que mejor ayudarán a los niños a comprender las Escrituras y a aplicar los principios a su vida. El leer los pasajes en clase con los niños hará que éstos entiendan mejor las Escrituras.

• ¿Qué dijo Jesús que debemos hacer para heredar la vida eterna? (Lucas 10:27–28.) ¿Por qué creen ustedes que esos mandamientos son tan importantes? (Mateo 22:37–39.)

• ¿Cómo podemos demostrar el amor que sentimos por nuestro Padre Celestial y Jesús? (Juan 13:34–35; 14:15, 21.)

• ¿Quién es nuestro prójimo? ¿Piensan ustedes que Jesús se refería solamente a las personas que nos rodean?

• ¿Qué pregunta contestó Jesús cuando enseñó la parábola del buen samaritano? (Lucas 10:25, 29.)

• ¿Por qué piensan ustedes que ni el sacerdote judío ni el levita ayudaron al hombre herido, quien además era judío? (Lucas 10:31–32.)

• ¿Qué hizo el samaritano por el judío herido? (Lucas 10:33–35.)

• ¿Por qué es algo significativo que haya sido un samaritano el que ayudó al judío? ¿Qué cualidades de buen prójimo tuvo el samaritano? ¿En qué forma nos ayuda este relato a comprender quién es nuestro prójimo? ¿Cómo podemos ser mejores personas con nuestro prójimo?

• ¿Quién creen ustedes que amó más a Jesús: el sacerdote, el levita o el samaritano? ¿Por qué?

• ¿Cómo podemos seguir las enseñanzas de Jesús y demostrar amor por otras personas? ¿Cómo debemos comportarnos con alguien que necesita nuestra ayuda? ¿Con alguien que es diferente a nosotros? ¿Con alguien que quizás no haya sido bueno con nosotros?

Pida a los niños que hablen de situaciones en las que hayan prestado servicio a alguien que lo necesitaba o cuando ellos o sus familias recibieron ayuda de otras personas. Asegúrese de que los niños no relaten nada que pueda avergonzar a algún miembro del barrio o de la rama.

• Cuando demuestran amor hacia otras personas al ayudarlas o prestarles servicio, ¿cómo se sienten? ¿Los hace sentirse más cerca de nuestro Padre Celestial y Jesús? ¿Qué gran bendición heredaremos si amamos en verdad a nuestro Padre Celestial y a nuestro prójimo? (Lucas 10:25–28.)

Actividades complementarias

En cualquier momento de la lección o como repaso, resumen o cometido, utilice una o varias de las siguientes actividades:

  1. 1.

    En hojas de papel por separado, escriba las siguientes actividades. Escriba las partes A y B en la misma hoja de papel y dé una parte a cada niño. Pida a sus alumnos que hagan de cuenta que un niño al que no conocían se ha mudado recientemente al vecindario donde ellos viven. La parte A de la hoja de papel dice algo que ellos pueden hacer para ser buenos con su prójimo y demostrar amor por ese niño; la parte B menciona una forma semejante de demostrar amor por nuestro Padre Celestial. Pida al niño que tiene el número 1 que lea su actividad, luego al número 2 y así sucesivamente.

    1. (1)

      1. a.

        Ir a visitarlo a su casa.

      2. b.

        Asistir a la Primaria y a las demás reuniones de la Iglesia.

    2. (2)

      1. a.

        Invitarlo a ir a tu casa.

      2. b.

        Hacer que tu casa sea un lugar en el cual pueda morar el Espíritu de nuestro Padre Celestial.

    3. (3)

      1. a.

        Aprender algo sobre ese niño.

      2. b.

        Leer las Escrituras.

    4. (4)

      1. a.

        Hablar con él o ella.

      2. b.

        Orar.

    5. (5)

      1. a.

        Hacer algo por ese niño.

      2. b.

        Obedecer los mandamientos.

    6. (6)

      1. a.

        Hacer algo por su familia.

      2. b.

        Prestar servicio a los demás.

    7. (7)

      1. a.

        Invitarlo a participar de tus actividades y juegos.

      2. b.

        Orar para que el Espíritu de nuestro Padre Celestial esté contigo.

  2. 2.

    Lea los Diez Mandamientos (Éxodo 20:8–17). Compárelos con los dos mandamientos que Jesús da en Mateo 22. Escriba Amar a nuestro Padre Celestial sobre un lado de la pizarra y Amar a los demás en el otro extremo. Pida a los niños que digan a qué columna corresponde cada uno de los Diez Mandamientos. Lea Juan 14:15, 21 y haga que los niños comprendan que al guardar los mandamientos demostramos amor por nuestro Padre Celestial.

  3. 3.

    Haga que los niños aprendan de memoria Mateo 22:37–39.

  4. 4.

    Canten o repitan la letra de las canciones “¿En el mundo he hecho bien?” (Himnos, N° 141) o “Amad a otros” (Himnos, N° 203 o Canciones para los niños, pág. 74).

Conclusión

Testimonio

Exprese su amor por nuestro Padre Celestial y Jesús y su gratitud por el Evangelio. Exhorte a los niños a seguir el ejemplo de Jesús de amar a los demás.

Sugerencias de lectura

Sugiera a los niños que estudien en casa Lucas 10:25–37 como repaso de la lección de hoy.

Pida a uno de los niños que ofrezca la última oración.