18: Cómo determinar si los alumnos están aprendiendo

"18: Cómo determinar si los alumnos están aprendiendo," Parte B: Principios básicos de la enseñanza del Evangelio—Fomente el aprendizaje diligente, ()


Una maestra de la Primaria estaba dando una lección a una clase de niños de nueve años de edad. Los principios fundamentales de la lección eran que el Presidente de la Iglesia recibe revelaciones para toda la Iglesia y que cada persona puede recibir revelación personal para guiar su vida. La lección estaba bien preparada. Incluía marcar las Escrituras, análisis en la pizarra, actividades sugeridas en el manual y un repaso.

Casi al final de la lección, la maestra hizo una pregunta de repaso: “¿Quién tiene la autoridad para recibir revelación para toda la Iglesia?” Todos los niños levantaron la mano. Todos sabían cuál era la respuesta: el Presidente de la Iglesia.

Luego la maestra preguntó: “¿Qué clase de revelaciones pueden recibir ustedes?” El silencio fue total. Puesto que ya habían tratado este tema en la lección, la maestra se sorprendió al no recibir de ninguno la respuesta a esa pregunta. Entonces Sara, una de las niñas de la clase, levantó la mano y preguntó: “Y a todo esto, ¿qué significa revelación?”

Puesto que los miembros de la clase habían recitado respuestas correctas, la maestra no se dio cuenta de que no alcanzaron a entender los principios básicos de la lección. Si Sara no hubiese hecho esa pregunta, la lección habría sido incompleta para ella y posiblemente para el resto de la clase. Habrían aprendido muy poco que tuviera importancia para ellos. ¿Qué habría podido hacer la maestra al comenzar la lección para asegurarse de que todos sus alumnos estaban entendiendo el tema?

Cómo determinar si los alumnos están entendiendo

El élder Boyd K. Packer enseñó: “Los ojos del maestro alerta se movilizan constantemente de un extremo a otro del salón de clase, captando cada movimiento, grabando cada expresión, reaccionando prestamente ante síntomas de falta de interés o confusión. Con la mirada puede leer rápidamente la expresión del alumno que no ha comprendido y también percibir el momento cuando otro sí entendió” (Teach Ye Diligently, edición revisada [1991], págs.164–165).

Al observar el progreso de quienes enseña, usted puede hacer adaptaciones con delicadeza a la presentación de sus lecciones. Por ejemplo, puede repetir o recalcar ideas, hacer un alto para entablar un diálogo, relatar una historia o dar su testimonio. También podrá saber cuándo deberá acercarse individualmente a un miembro de la clase. Para poder prestar atención constante y para poder enfocarse en los alumnos, deberá prepararse de manera que no tenga que depender demasiado de sus anotaciones o del manual.

Algunos métodos para la enseñanza pueden ayudarle a determinar si los alumnos entienden los principios que les está enseñando. Considere las siguientes sugerencias:

  • Pida a los alumnos que repitan los principios con sus propias palabras. Esto le ayudará a saber temprano en la lección si están entendiendo ciertas palabras o ideas. Si no las entienden, usted podrá ofrecerles algunas explicaciones que contribuyan a que la lección sea más significativa para ellos.

  • Emplee varios casos breves para analizar. Planéelos de modo que algunos de ellos ilustren debidamente los principios que les está enseñando y otros no. Pida a los alumnos que determinen los casos para analizar en los que se aplican correctamente los principios. (Véase“Casos para analizar”, pág. 184.

  • Haga preguntas que requieran que los alumnos expresen su comprensión de los principios que se les están enseñando. Sus respuestas podrían indicar la necesidad de repasar ciertos puntos de la lección y de adaptar el plan de la misma.

  • Lleve a cabo un análisis. Al escuchar con atención los comentarios de los alumnos, podrá saber si han entendido correctamente los principios que les está enseñando. Recurra a las Escrituras, las enseñanzas de los profetas de los últimos días o el manual de lecciones para corregir, aclarar o reafirmar cualquier punto importante. (Véase “Cómo dirigir los análisis en clase”, págs. 68–70).