Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia
Capítulo 18: La virtud, la piedra angular sobre la cual edificar nuestra vida


Capítulo 18

La virtud, la piedra angular sobre la cual edificar nuestra vida

“Ustedes, todos y cada uno, son hijos de un divino Padre Celestial, creados de conformidad con el diseño de Él y a imagen de su Creador. Su cuerpo es sagrado y es el templo de su espíritu; no lo profanen mediante el pecado”.

De la vida de Gordon B. Hinckley

Al dirigirse a alumnos de la Universidad Brigham Young en 2007, el presidente Gordon B. Hinckley dijo:

“Observé algo muy interesante el otro día. En Salt Lake City, un sábado por la mañana muy temprano, se demolió el edificio del banco Key Bank mediante una serie de detonaciones bien ubicadas. Ocurrió en tres o cuatro segundos, con una gran nube de polvo que se desplazó hacia el noroeste. El proceso se denomina implosión, a diferencia de una explosión.

“El edificio se había construido hace casi 30 años. Supongo que la construcción se habrá extendido por un período de al menos un año o tal vez dos, y ahora había desaparecido en segundos.

“Esa, amigos míos, es la historia de muchas vidas. Las cultivamos con sumo cuidado durante el transcurso de años, pero luego nos hallamos en circunstancias de presión extrema. Se cometen errores y la castidad se ve comprometida. Hay una implosión y lo único que queda es una nube de polvo.

“Aquello acudió a mi memoria al recordar a un joven y a una jovencita que acudieron a mi oficina. Él era bien parecido y ella era hermosa; ambos eran alumnos universitarios. Su futuro parecía prometedor y bello, pero cedieron a la tentación…

“Se les llenaban los ojos de lágrimas al hablar conmigo; no obstante, no había escapatoria de la realidad que afrontaban. Su vida había sufrido una implosión y se había desplomado una torre colmada de sueños.

“No dejen que eso les suceda; no se vendan a bajo precio al poner en riesgo su lealtad a la moralidad. Ustedes, todos y cada uno, son hijos de un divino Padre Celestial; creados de conformidad con el diseño de Él y a imagen de su Creador. Su cuerpo es sagrado y es el templo de su espíritu; no lo profanen mediante el pecado.

“Ahora bien, volviendo a la analogía de la torre que se desplomó, les recuerdo que en su lugar se construirá un nuevo y bello edificio. De manera similar, quienes han transgredido pueden volverse a su Redentor, nuestro Salvador Jesucristo, y, mediante el poder de Su expiación, renovarse y purificarse de nuevo”1.

Imagen
El presidente Hinckley en el púlpito

El presidente Gordon B. Hinckley aconsejó: “Permitan que la virtud sea una piedra angular sobre la cual edifiquen su vida”.

Enseñanzas de Gordon B. Hinckley

1

Vivir de manera virtuosa brinda bendiciones magníficas y maravillosas.

No hay nada más maravilloso en este mundo que la virtud; esta resplandece sin mancha; es preciosa y bella; es de valor incalculable; no se puede comprar ni vender; es el fruto del autodominio.

… El Señor nos ha dado un maravilloso mandato; Él dijo: “Deja que la virtud engalane tus pensamientos incesantemente” (D. y C. 121:45). Ese mandato llega a ser un mandamiento que se debe observar con diligencia y disciplina, y lo acompaña la promesa de bendiciones extraordinarias y admirables. Él les ha dicho a los que viven con virtud:

“Entonces tu confianza se fortalecerá en la presencia de Dios…

“El Espíritu Santo será tu compañero constante, y tu cetro, un cetro inmutable de justicia y de verdad; y tu dominio será un dominio eterno, y sin ser compelido fluirá hacia ti para siempre jamás” (D. y C. 121:45–46).

¿Puede haber una promesa mayor o más bella que esa?2.

¿Existe alguna razón válida para ser virtuosos? Es el único modo de estar libres de remordimiento. La paz de conciencia que esta brinda es la única paz personal que no es falsa;

y además de todo eso, está la promesa inquebrantable de Dios para quienes anden en virtud. Al hablar en el monte, Jesús de Nazaret declaró: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” (Mateo 5:8). Se trata de un convenio que efectuó Aquel que tiene el poder para cumplirlo3.

Deben reconocer, tienen que reconocer, que tanto la experiencia como la sabiduría divina dictan que la virtud y la pureza moral son el camino que conduce a la fortaleza de carácter, a la paz en el corazón y a la felicidad en la vida4.

Permitan que la virtud sea una piedra angular sobre la cual edifiquen su vida5.

2

Cuando nos elevamos por encima de la impureza y la inmoralidad del mundo, disfrutamos de una mayor dicha, seguridad y paz interior.

Al observar el mundo, parecería que la moral se ha dejado de lado. La transgresión de las antiguas normas se ha convertido en algo común. Los estudios, uno tras otro, demuestran que ha habido un abandono de los principios cuya eficacia ha sido comprobada a lo largo de los años. La autodisciplina se ha olvidado y la permisividad en la promiscuidad se ha extendido.

Sin embargo, mis [queridos amigos], no podemos aceptar lo que se ha vuelto tan común en el mundo. Ustedes, como miembros de la Iglesia, tienen una norma más elevada y exigente, la que declara, como una voz desde el Sinaí, que no deben ceder, que deben controlar sus deseos6.

Las palabras de Pablo a los santos de Corinto se aplican tanto a nosotros hoy, como se aplicaban a aquellos a quienes él las escribió. Él dijo:

“¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?

“Si alguno profanare el templo de Dios, Dios le destruirá a él, porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es” (1 Corintios 3:16–17)7.

Nuevamente el consejo de Pablo a Timoteo: “Consérvate puro” (1 Timoteo 5:22).

Son palabras sencillas, pero tan infinitamente importantes. En efecto, lo que Pablo dice es que nos alejemos de aquellas cosas que nos denigrarán y destruirán espiritualmente. Aléjense de los programas de televisión que conducen a pensamientos y lenguaje impuros; aléjense de los videos que los llevarán a malos pensamientos. Eso no los ayudará; solo les hará daño. Aléjense de los libros y revistas que sean vulgares e inmundos en lo que digan e ilustren. Consérvense puros8.

Imagen
hombre y mujer

La castidad es “el camino que conduce a la felicidad en el vivir”.

El matrimonio entre un hombre y una mujer es ordenado por Dios; es la institución en la cual Él señaló que los hijos debían venir al mundo. Las relaciones sexuales bajo cualquier otra circunstancia llegan a ser transgresiones y son totalmente contrarias a las enseñanzas del evangelio de Jesucristo9.

Creemos en la castidad antes del matrimonio y en la fidelidad total al cónyuge después del matrimonio. Eso lo resume todo. Ese es el camino que conduce a la felicidad en el vivir; ese es el camino que conduce a la satisfacción; trae consigo paz al corazón y paz al hogar10.

Ninguna familia puede tener paz, ni la vida puede estar libre de las tormentas de la adversidad a menos que la familia y el hogar estén edificados sobre el cimiento de la moralidad, la fidelidad y el respeto mutuo. La paz no puede existir donde no existe confianza, ni puede haber libertad donde no hay lealtad. La cálida luz del amor no surgirá de un pantano de inmoralidad11.

Creo que todo niño debería tener la bendición de nacer en un hogar donde sea bienvenido, criado, amado y bendecido con padres —un padre y una madre— que vivan en lealtad el uno hacia al otro y hacia sus hijos… Permanezcan firmes frente a las asechanzas del mundo. Los creadores de nuestros medios de entretenimiento, los proveedores de gran parte de nuestra literatura, quieren que ustedes crean lo contrario. La sabiduría acumulada durante siglos declara con claridad y certeza que la felicidad más grande, la seguridad más grande, el mayor estado de paz interior y las fuentes más grandes de amor los experimentan solo quienes andan de conformidad con las normas comprobadas por el tiempo de la virtud antes del matrimonio y de la fidelidad total dentro del mismo12.

Vivimos en un mundo de impureza, inmoralidad y problemas. Elévense por encima de él, tengan mayor determinación, dejen atrás el mundo y anden como el Señor quiere que anden13.

3

La pornografía es adictiva y destructiva, pero podemos elevarnos por encima de ella.

Hablaré con algo de renuencia de un asunto que he tratado anteriormente. Lo hago con el espíritu de las palabras de Alma, que dijo: “… y esta es mi gloria, que quizá sea un instrumento en las manos de Dios para conducir a algún alma al arrepentimiento” (Alma 29:9).

 Me refiero a la pornografía en todas sus manifestaciones… Es diabólica; está en total contradicción con el espíritu del Evangelio, con el testimonio personal de las cosas de Dios…

Todos los que experimentan con ello se convierten en víctimas. Se explota a niños y se les perjudica gravemente la vida. La mente de los jóvenes se distorsiona con conceptos falsos. Una exposición continua a la [pornografía] lleva a una adicción de la que es casi imposible desprenderse… [Muchísimas personas] descubren que no pueden dejarla de lado, y consumen sus energías y sus intereses en su vana búsqueda de ese material vulgar y sórdido.

Se da la excusa de que es difícil de evitar, de que está a la mano y de que no hay escapatoria posible.

Imagínense que se hallan en medio de una furiosa tempestad, que aúlla el viento y que nieva copiosamente. Nada pueden hacer para detenerla; pero sí pueden vestirse como es debido y buscar refugio, y la tempestad no surtirá ningún efecto en ustedes.

Del mismo modo, aun cuando internet esté saturada de material sórdido, no tienen que verlo; pueden retirarse al refugio del Evangelio y sus enseñanzas de limpieza, de virtud y de pureza de vida.

Sé que hablo directa y claramente, y lo hago porque internet ha hecho la pornografía mucho más accesible, aumentando lo que ya está disponible en DVDs, en videos, en televisión y en los puestos de revistas. Conduce a fantasías que destruyen el respeto por uno mismo; lleva a las relaciones ilícitas, con frecuencia a contraer enfermedades y a actividades delictivas y abusivas14.

Ustedes viven en un mundo de terribles tentaciones. La pornografía con su sórdida inmundicia azota la tierra como una horrorosa y devoradora marejada. Es veneno. No la vean ni la lean. Los destruirá si lo hacen. Les quitará el respeto por ustedes mismos. Les robará la sensación de las bellezas de la vida. Los denigrará y los arrastrará a un lodazal de malos pensamientos y posiblemente de malos actos. Manténganse alejados de ella. Evítenla como rehuirían una enfermedad horrorosa, puesto que es igual de mortal. Sean virtuosos en pensamiento y en obra15.

En este mundo hay muchísima inmundicia, lujuria y pornografía. Nosotros, como Santos de los Últimos Días, debemos elevarnos por encima de ella y mantenernos fuertes al afrontarla. No pueden permitirse tomarse licencias; no pueden hacerlo. No deben darle cabida en el corazón. Es adictiva como el tabaco y destruirá a aquellos que jueguen con ella. “Deja que la virtud engalane tus pensamientos incesantemente” (D. y C. 121:45)16.

4

Podemos controlar nuestros pensamientos y acciones mediante la disciplina y el esfuerzo.

Sean de mente limpia y tendrán mayor control sobre su cuerpo. En la antigüedad se dijo: “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él” (Proverbios 23:7). Los pensamientos impuros conducen a actos impuros17.

Cuando seamos tentados, podemos reemplazar los pensamientos malignos con pensamientos [de nuestro Salvador] y Sus enseñanzas. Él ha dicho: “Y si vuestra mira está puesta únicamente en mi gloria, vuestro cuerpo entero será lleno de luz y no habrá tinieblas en vosotros; y el cuerpo lleno de luz comprende todas las cosas.

“Por tanto, santificaos para que vuestras mentes se enfoquen únicamente en Dios, y vendrán los días en que lo veréis, porque os descubrirá su faz” (D. y C. 88:67–68)18.

Jesús dio el mandamiento de que controlemos nuestros pensamientos así como nuestras acciones. Él dijo: “Cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón” (Mateo 5:28)…

El control de la mente debe ser más fuerte que los apetitos físicos o los deseos de la carne. Conforme los pensamientos se pongan en completa armonía con la verdad revelada, nuestras acciones serán apropiadas… Todos nosotros, con esfuerzo y disciplina, tenemos la capacidad de controlar nuestros pensamientos y nuestras acciones. Eso es parte del proceso del desarrollo de la madurez espiritual, física y emocional…

Rogamos a la gente de todo el mundo que viva de acuerdo con las enseñanzas de nuestro Creador y supere las atracciones carnales que a menudo terminan en las tragedias que ocasiona la transgresión moral19.

5

Quienes hayan incurrido en comportamientos inmorales pueden recibir el perdón y elevarse por encima del pasado.

No deseo ser negativo, pues soy optimista por naturaleza, pero en asuntos como este [la pornografía y la inmoralidad], soy realista. Si hemos incurrido en tal comportamiento, ahora es el momento de cambiar; que esta sea la hora de la resolución. Regresemos a un camino mejor20.

Si ven que flaquean ante la presión de las circunstancias, disciplínense; deténganse antes de que sea demasiado tarde y estarán eternamente agradecidos de haberlo hecho.

Sean fieles a ustedes [mismos] y a lo mejor que llevan en su interior21.

Permítanme asegurarles que si ustedes han cometido un error, si han sido partícipes de comportamiento inmoral, no significa que todo esté perdido. Es posible que el recuerdo de ese error persista en la memoria, pero el hecho puede ser perdonado y ustedes pueden sobreponerse al pasado para llevar vidas plenamente aceptables ante el Señor si se han arrepentido. Él ha prometido que les perdonará sus pecados y no los recordará más en su contra (véase D. y C. 58:42).

… [Los] líderes de la Iglesia… [pueden] ayudarlos en sus dificultades. Ustedes pueden dejar atrás cualquier maldad en la que se hayan visto involucrados; pueden seguir adelante con una renovación de esperanza y de aceptación hacia un estilo de vida mucho mejor22.

Sugerencias para el estudio y la enseñanza

Preguntas

  • El presidente Hinckley enseñó que hay una “razón válida para ser virtuosos” (sección 1). ¿Cómo respondería usted a alguien que insistiera en que no hay razones válidas para ser virtuosos?

  • ¿Por qué la castidad es “el camino que conduce a la felicidad en el vivir”? ¿De qué modo la castidad “trae consigo paz al corazón y paz al hogar”? (Véanse las secciones 1 y 2).

  • El presidente Hinckley dijo que “nosotros, como Santos de los Últimos Días, debemos elevarnos por encima de [la pornografía] y mantenernos fuertes al afrontarla” (sección 3). ¿Qué podemos hacer para elevarnos por encima de ella? ¿Cómo podemos ayudar a otras personas a elevarse por encima de ella? ¿Qué piensa que significa mantenernos fuertes al afrontarla?

  • Al leer el consejo del presidente Hinckley de la sección 4, ¿qué ha aprendido sobre cómo controlar sus pensamientos? ¿Cuáles son algunas cosas prácticas que podemos hacer para mantener puros nuestros pensamientos?

Pasajes de las Escrituras relacionados con el tema

Salmos 24:3–4; Mateo 5:27–28; Filipenses 4:6–8; Jacob 3:2; D. y C. 46:31–33; 59:6; Artículos de Fe 1:13.

Ayuda para el estudio

A medida que lea, “subraye y marque palabras y frases para distinguir entre los conceptos que se encuentran en un solo [pasaje]… En el margen escriba referencias de las Escrituras que aclaren los pasajes que esté estudiando” (Predicad Mi Evangelio, 2004, pág. 23).

Notas

  1. Véase “True to the Faith”, devocional de la Universidad Brigham Young, 18 de septiembre de 2007, págs. 2–3, speeches.byu.edu.

  2. Véase “¿Cómo puedo convertirme en la mujer en quien sueño?”, Liahona, julio de 2001, págs. 114–115.

  3. Véase “Words of the Prophet: Blessed Are the Pure in Heart”, New Era, julio de 1999, pág. 4.

  4. Véase “La reverencia y la moralidad”, Liahona, julio de 1987, pág. 47.

  5. En Conference Report, octubre de 1964, pág. 118.

  6. Véase “Permanezcan en el sendero de la rectitud”, Liahona, mayo de 2004, pág. 114.

  7. “Creo en estos Tres”, Liahona, julio de 2006, pág. 4.

  8. Véase “Los conversos y los hombres jóvenes”, Liahona, julio de 1997, pág. 55.

  9. Véase “Firmes creced en la fe”, Liahona, septiembre de 1996, pág. 6.

  10. Véase “…pues no se ha hecho esto en algún rincón”, Liahona, enero de 1997, pág. 54.

  11. Véase “En busca de paz y libertad”, Liahona, septiembre de 1990, págs. 5, 7.

  12. Véase “Permanezcan firmes frente a las asechanzas del mundo”, Liahona, enero de 1996, pág. 114.

  13. Véase “Inspirational Thoughts”, Ensign, febrero de 2007, pág. 7.

  14. Véase “Un mal trágico entre nosotros”, Liahona, noviembre de 2004, págs. 59, 60–61.

  15. Véase “Pensamientos sobre los templos, la retención de conversos y el servicio misional”, Liahona, enero de 1998, pág. 64.

  16. Véase “Las palabras del Profeta actual”, Liahona, octubre de 1997, pág. 14.

  17. Véase “Sed limpios”, Liahona, julio de 1996, pág. 52.

  18. Véase “Un mal trágico entre nosotros”, pág. 62.

  19. Véase “La reverencia y la moralidad”, pág. 46.

  20. Véase “Un mal trágico entre nosotros”, pág. 62.

  21. Véase “Seamos verídicos y fieles”, Liahona, julio de 1996, pág. 103.

  22. Véase “¿Cómo puedo convertirme en la mujer en quien sueño?”, pág. 114.