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Lección 26: Responsables ante Dios


Lección 26

Responsables ante Dios

Introducción

Los profetas y apóstoles han advertido que “las personas que violan los convenios de castidad, que maltratan o abusan de su cónyuge o de sus hijos, o que no cumplen con sus responsabilidades familiares, un día deberán responder ante Dios” (“La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, Liahona, noviembre de 2010, pág. 129). Esta lección explora la manera en que esas graves violaciones a la ley de Dios traerán consecuencias en esta vida y en la próxima. También recalca que la expiación de Jesucristo proporciona esperanza y sanación a los que se arrepienten.

Lectura preparatoria

Sugerencias para la enseñanza

Mateo 18:1–6; Doctrina y Convenios 42:22–25; 93:39–44

La violación de los convenios de castidad, el abuso y el no cumplir las responsabilidades familiares

Recuerde a los alumnos que en lecciones anteriores han aprendido acerca de importantes responsabilidades familiares, entre ellas las siguientes: (1) los esposos y las esposas deben amarse y cuidar el uno del otro; (2) los hijos deben ser criados en amor y rectitud; y (3) los padres deben proveer para las necesidades de su familia.

  • ¿Qué podría pasar en una familia si los cónyuges y padres descuidan esas responsabilidades?

Para ayudar a los alumnos a descubrir lo que los profetas modernos han dicho acerca de la importancia de cumplir con las responsabilidades familiares, pídale a un alumno que lea en voz alta el párrafo 8 de “La Familia: Una Proclamación para el Mundo”. Recalque el siguiente principio: “…las personas que violan los convenios de castidad, que maltratan o abusan de su cónyuge o de sus hijos, o que no cumplen con sus responsabilidades familiares, un día deberán responder ante Dios”.

  • ¿Qué significa que las personas que cometan esas ofensas deberán responder ante Dios? (En el día del juicio compareceremos ante Dios y responderemos ante Él por los pecados por los que no nos hayamos arrepentido; véase Apocalipsis 20:11–15; 2 Nefi 9:15–16).

Muestre la siguientes declaración del élder Dennis B. Neuenschwander, de los Setenta:

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Elder Dennis B. Neuenschwander

“Nuestra responsabilidad ante Dios, como nuestro Padre y Creador, es una de las lecciones más básicas del Evangelio” (“The Path of Growth”, Ensign, diciembre de 1999, pág. 15).

  • El principio de la responsabilidad ante Dios por nuestras acciones, ¿de qué manera nos ayuda a crecer espiritualmente?

Escriba las siguientes palabras en la pizarra, como encabezados de tres columnas:

Violar los convenios de castidad

Abusar del cónyuge o de los hijos

No cumplir con las responsabilidades familiares

Divida la clase en tres grupos. Pida a la tercera parte de la clase que lea Doctrina y Convenios 42:22–25, a otra tercera parte que lea Mateo 18:1–6 y a la otra que lea Doctrina y Convenios 93:39–44. Pida a los alumnos que hagan coincidir su pasaje de las Escrituras con el encabezado correcto de la pizarra. Pídales también que busquen palabras y frases que enseñen acerca de la naturaleza grave de esas ofensas. Después de darles suficiente tiempo, pida a los alumnos que compartan lo que aprendieron. (A medida que los alumnos respondan, escriba las referencias de las Escrituras debajo del encabezado correspondiente).

  • ¿Qué palabras y frases de esos pasajes enseñan acerca de la naturaleza grave de las ofensas?

Podría señalar cada encabezado de la pizarra y hacer las siguientes preguntas en relación con cada ofensa. A medida que los alumnos respondan, anote las respuestas bajo cada encabezado.

  • ¿Cuáles son algunas actitudes o conductas que, si no se controlan, podrían llevar a que una persona cometiera esa ofensa? (Por ejemplo, las respuestas para la ofensa de abusar del cónyuge o de los hijos podrían incluir la impaciencia hacia los demás, la tendencia a criticar a otras personas y la creencia en estereotipos incorrectos acerca de los hombres o las mujeres).

  • ¿Qué consejo le darían a alguien que muestra esas actitudes o conductas?

  • ¿Cómo puede un miembro de la Iglesia superar esas actitudes o conductas? (A medida que los alumnos comparten sus respuestas, ayúdeles a comprender que cuando ponemos en práctica principios del Evangelio tales como el arrepentimiento, el servicio cristiano, la empatía, la paciencia y el perdón, podemos hacer uso del poder habilitador de la Expiación).

2 Corintios 5:17–21

Esperanza de arrepentimiento, perdón y cambio

Testifique que el evangelio de Jesucristo proporciona los medios para que las personas y las familias tengan éxito y gocen de abundantes bendiciones. Sin embargo, todos tomamos malas decisiones, y algunas de ellas pueden tener efectos de largo alcance sobre nosotros mismos u otras personas. Afortunadamente, hay esperanza.

Explique que algunos miembros de la Iglesia son víctimas de otras personas, como por ejemplo de un cónyuge infiel o de un cónyuge o un padre o madre abusivo, y las víctimas se preguntan qué pueden hacer con respecto a sus circunstancias. Pida a un alumno que lea la siguiente declaración del élder Richard G. Scott, del Cuórum de los Doce Apóstoles:

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Elder Richard G. Scott

“Si has sido víctima de este abuso, Satanás tratará de convencerte de que no hay solución, pero él sabe muy bien que sí la hay. Satanás reconoce que el alivio se obtiene por medio del amor inquebrantable que nuestro Padre Celestial tiene por cada uno de Sus hijos. También sabe que el poder para sanar es una parte fundamental de la expiación de Jesucristo; por lo tanto, su estrategia es hacer todo lo posible para separarte de tu Padre y de Su Hijo. No permitas que Satanás te convenza de que nadie puede ayudarte” (“Cómo sanar las consecuencias devastadoras del abuso”, Liahona, mayo de 2008, pág. 41).

  • ¿Por qué trata Satanás de convencer a los que han sido víctimas de abuso de que no hay una solución a sus problemas?

  • ¿Cuáles pueden ser los resultados cuando las personas piensan que no hay esperanza o solución para sus problemas?

Comparta el siguiente testimonio y consejo del élder Richard G. Scott:

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Elder Richard G. Scott

“Testifico que conozco a víctimas de grave abuso que han recorrido con éxito el difícil camino hacia la recuperación total por medio del poder de la Expiación. Después de que se resolvieron sus problemas mediante su fe en el poder sanador de la Expiación, una jovencita a quien el padre había abusado gravemente solicitó tener otra entrevista conmigo. Regresó con un matrimonio mayor; era obvio que amaba a los dos profundamente. Su rostro irradiaba felicidad. Ella dijo: ‘Élder Scott, le presento a mi papá; lo amo. Él está preocupado por algunas cosas que ocurrieron cuando yo era pequeña; a mí han dejado de preocuparme. ¿Podría usted ayudarlo a él?’. ¡Qué poderosa confirmación de la capacidad del Salvador para sanar! Ella ya no sufría las consecuencias del abuso porque tenía un buen entendimiento de la expiación del Salvador, tenía suficiente fe y era obediente a Su ley. Al estudiar a conciencia la Expiación y ejercer tu fe en que Jesucristo tiene el poder para sanar, puedes recibir el mismo alivio glorioso…

“El proceso de sanar puede comenzar con un obispo o presidente de estaca considerado, o con un sabio consejero profesional. Si tuvieras una pierna quebrada, no te la curarías tú mismo. En casos de abuso grave, la ayuda profesional también resultará beneficiosa” (“Cómo sanar las consecuencias devastadoras del abuso”, págs. 40–42).

  • ¿De qué manera podría el consejo inspirado del élder Scott ayudar a alguien que ha sido víctima de abuso?

Muestre la siguiente declaración del presidente Boyd K. Packer, del Cuórum de los Doce Apóstoles, y pida a un alumno que la lea en voz alta:

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President Boyd K. Packer

“La misericordia y la gracia de Jesucristo no se limitan a los que cometen pecados de comisión o de omisión, sino que abarcan la promesa de paz sempiterna para todos los que lo acepten y lo sigan y vivan de acuerdo con Sus enseñanzas. Su misericordia es un gran sanador, aún para las víctimas inocentes” (“La razón de nuestra esperanza”, Liahona, noviembre de 2014, pág. 7).

  • ¿De qué forma la expiación de Jesucristo proporciona esperanza y sanación? (A medida que los alumnos comparten sus respuestas, ayúdeles a comprender el siguiente principio: Todos los que siguen a Jesucristo y Sus enseñanzas pueden obtener la sanación y la paz eterna a través de Su misericordia y gracia).

Para enseñar a los alumnos la manera en la que la expiación de Jesucristo puede ayudar a las personas que abusan de otras o que las dañan de alguna otra manera, lean 2 Corintios 5:17–21 juntos como clase.

  • ¿Qué significa convertirse en una “nueva criatura” en Cristo? (Las respuestas posibles incluye la idea de que como consecuencia de nuestra obediencia diligente a los mandamientos del Señor, Él nos bendice con dones del Espíritu, que son atributos divinos. Dichos dones producen cambios fundamentales en nosotros, y nos convertimos en nuevas criaturas que se parecen más a Dios).

  • Según el versículo 21, ¿cómo sucede eso? (Jesús fue completamente sin pecado, pero tomó sobre Sí nuestros pecados para que, con la condición de nuestro arrepentimiento, pudiéramos llegar a ser justos por medio de Él. Se convirtió en un sacrificio en nuestro favor. Cuando nos arrepentimos y procuramos seguir Su ejemplo, podemos recurrir a Su poder para que nos ayude a convertirnos en nuevas criaturas).

  • ¿Cuál es el significado de la palabra reconciliación del versículo 18? (“La reconciliación es el proceso de rescatar al hombre de su estado pecaminoso y de la obscuridad espiritual y de restaurarlo a un estado de armonía y unión con Dios. Gracias a ella, Dios y el hombre ya no son enemigos” [Bruce R. McConkie, Doctrinal New Testament Commentary, 3 tomos, 1965–1973, tomo II, pág. 422]).

Pregunte a los alumnos si conocen a alguna persona que haya experimentado la esperanza y la sanación que se han hecho posibles mediante la expiación de Jesucristo. Invite a algunos alumnos a compartir sus ejemplos, si ellos se sienten cómodos y si los ejemplos no son demasiado personales.

Lea la siguiente declaración del élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles:

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Elder Jeffrey R. Holland

“Hoy, no sé quién en esta vasta audiencia quizás tenga que escuchar el mensaje del perdón inherente en [la parábola de los obreros de la viña; véase Mateo 20:1–15], pero por más tarde que piensen que hayan llegado, por más oportunidades que hayan perdido, por más errores que piensen que hayan cometido, sean cuales sean los talentos que piensen que no tengan, o por más distancia que piensen que hayan recorrido lejos del hogar, de la familia y de Dios, testifico que no han viajado más allá del alcance del amor divino. No es posible que se hundan tan profundamente que no los alcance el brillo de la infinita luz de la expiación de Cristo…

“Por lo tanto, si han hecho convenios, guárdenlos; si no los han hecho, háganlos. Si los han hecho y los han quebrantado, arrepiéntanse y repárenlos. Nunca es demasiado tarde en tanto que el Maestro de la viña diga que hay tiempo. Por favor escuchen los susurros del Santo Espíritu diciéndoles ahora, en este mismo momento, que deben aceptar el don de la expiación del Señor Jesucristo y disfrutar de la hermandad de Su obra” (“Los obreros de la viña”, Liahona, mayo de 2012, pág. 33).

Invite a los alumnos a registrar lo que el Espíritu Santo les ha confirmado hoy.

Material de lectura para el alumno