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Creación


Creación

Bajo la dirección de nuestro Padre Celestial, Jesucristo creó los cielos y la tierra (véase Mosíah 3:8; Moisés 2:1). Por las Escrituras que se revelaron a través del profeta José Smith, sabemos que en la obra de la Creación, el Señor organizó elementos que ya existían (véase Abraham 3:24). No creó el mundo “de la nada” como algunas personas creen.

Las Escrituras también enseñan que Adán fue el “primer hombre de todos los hombres” (Moisés 1:34). Dios creó a Adán y a Eva a Su propia imagen y a la de Su Hijo Unigénito (véase Moisés 2:26–27).

La Creación es una parte integral del plan de salvación de nuestro Padre Celestial; proporciona a cada uno de nosotros la oportunidad de venir a la tierra, donde recibimos un cuerpo físico y ejercemos nuestro albedrío. En el concilio de los dioses en el mundo preterrenal, se hizo la siguiente declaración: “Descenderemos, pues hay espacio allá, y tomaremos de estos materiales y haremos una tierra sobre la cual éstos puedan morar; y con esto los probaremos, para ver si harán todas las cosas que el Señor su Dios les mandare” (Abraham 3:24–25).

Tú eres un hijo espiritual de Dios y tu cuerpo fue creado a la imagen de Él. Para que demuestres gratitud por dichas bendiciones, puedes cuidar de tu cuerpo mediante la obediencia a la Palabra de Sabiduría y a otros mandamientos relacionados con la salud espiritual y física (véase D. y C. 89; véase también D. y C. 88:124), y así demostrar gratitud por esas bendiciones; y respetar a la vez a otras personas como hijos de Dios.

Como beneficiario de todas las bellezas de la Creación, debes cuidar la tierra y ayudar a preservarla para las generaciones futuras.