La oración y la meditación

Mujeres Jóvenes, Manual 1, 1994


Objetivo

Que todas las jovencitas comprendan la importancia que tiene para ellas orar y meditar.

Preparación

  1. 1.

    Lámina 14, “Jesús orando en Getsemaní” (62175).

  2. 2.

    Prepare un cartel (pancarta) con estas palabras del presidente Harold B. Lee: “La vida es frágil y, por lo tanto, debe tratarse con el cuidado de la oración”.

  3. 3.

    Prepare para cada alumna una invitación como la siguiente:

  4. 4.

    Asigne a tres alumnas la lectura de los siguientes trozos que se encuentran en la lección, y pídales que se preparen: a. La poesía “La oración de Ciro”. b. Lo que dijo el élder H. Burke Peterson sobre la forma de orar. c. Las palabras del presidente David O. McKay sobre la meditación.

  5. 5.

    Pida a dos de las jóvenes que canten a dúo el himno “La oración del alma es”, Nº 79 del himnario nuevo.

  6. 6.

    Asigne a las jóvenes los pasajes de las Escrituras, relatos o citas que desee que se lean en la clase en voz alta.

Sugerencias para el desarrollo de la lección

Introducción: Extiéndales una invitación

Invitación

Distribuya entre las jóvenes las invitaciones que preparó. Dígales que en el transcurso de la lección les pedirá que lean los pasajes de las Escrituras cuyas referencias se dan en la invitación, para que descubran el mensaje que ésta encierra.

Pregúnteles si saben para quién es la invitación. Dígales que busquen Doctrina y Convenios 104:79, y lean juntas el versículo; explíqueles que esas palabras se aplican a ellas y que, por lo tanto, la invitación es para cada una de ellas.

Las Escrituras nos enseñan acerca de la oración

Análisis

Pídales que expresen su opinión acerca de las razones por las cuales el Señor nos invita a orar. Después que hayan dado sus ideas, dígales que busquen los cuatro pasajes de las Escrituras cuyas referencias aparecen junto a “POR QUE”; haga que los lean en voz alta y que determinen las razones que se mencionan en ellos.

Doctrina y Convenios 19:28 (porque es un mandamiento); 1 Tesalonicenses 5:18 (para dar las gracias en todo porque ésa es la voluntad de Dios); Santiago 1:5 (si nos hace falta sabiduría); y Alma 34:27 (para orar por nuestro bienestar y por el de otras personas).

Explíqueles que hay otras muchas razones para orar y que en esos pasajes se mencionan sólo algunas.

Poesía

Para dar introducción al análisis de la mejor forma de orar, pida a la alumna a quien haya entregado la siguiente poesía que la lea:

La oración de Ciro

“La forma propia de orar”,
dijo el cura de las Casillas,
“la única, en realidad,
es ponerse de rodillas”.
“No, yo diría que lo hacemos”,
dijo el pastor Reboledo,
“con los brazos extendidos
y la mirada en el cielo”.
“No, no, no”, dijo élder Pino,
“ésa es pose de soberbia.
Se ora de ojos cerrados
y baja y contrita cabeza”.
“Mi opinión es que las manos
piadosamente se cruzan
como señal de respeto”,
dijo el reverendo Asusa.
“Pues, anti’año me caí
en un pozo”, dijo Ciro,
“de cabeza, patas arriba,
y me di en tierra el hocico.
Y ahí mismo empecé a rezar,
el mejor rezo qu’he dicho,
el rezo más rezo’e todos,
de cabeza contra el piso”.

(Sam Walter Foss, “The Prayer of Cyrus Brown”, en Stars to Steer By, ed. por Louis Untermeyer, Nueva York: Harcourt, Brace and Co., 1941, págs. 301–302. Traducción libre).

Pasaje de las Escrituras

Diga a las jovencitas que busquen 3 Nefi 19:6, como se les indica en la invitación. Explíqueles que cuando el Salvador visitó el continente americano, les enseñó a orar a Sus discípulos, y ellos, a su vez, enseñaron a la gente. Pida a una de ellas que lea el versículo y pregúnteles qué se les enseñó a los nefitas que hicieran para orar.

Cita

Dígales que, con el fin de ayudarnos a acercarnos más a El, nuestro Padre Celestial nos ha dado y nos da, por medio de nuestros líderes, muchos consejos sobre la forma de orar. Pida a la joven a quien se lo había asignado que lea las sugerencias del élder H. Burke Peterson, de los Setenta, y luego analícelas con la clase.

“Cuando sientas la necesidad de comunicarte con el Señor o de mejorar las conversaciones que tienes con El, o sea de orar, te sugiero este procedimiento: ve adonde puedas estar solo, donde puedas pensar, donde te sea posible arrodillarte, donde puedas dirigirte a El en voz alta. El dormitorio (recámara), el cuarto de baño o cualquier otro lugar donde estés a solas será apropiado. Antes de empezar, visualízalo con los ojos de la imaginación; piensa a quién le estás hablando, controla tus pensamientos sin dejarlos ir a la deriva; háblale como tu Padre y tu Amigo que es. Dile lo que realmente sientas que debes decirle, no frases livianas que no tengan mucho sentido, sino una conversación sincera, de corazón con El. Confía en El, pídele perdón, suplícale, disfruta de ese momento de intimidad con El, agradécele, exprésale tu amor; después, presta atención a Sus respuestas… Las respuestas del Señor son casi siempre muy quedas; en realidad, son muy pocas las personas que las oyen con sus oídos. Debemos concentrarnos y prestar mucha atención, de lo contrario no las reconoceremos. La mayoría de las respuestas que El nos da las sentimos en nuestro corazón como una impresión cálida y agradable; a veces nos vienen en forma de pensamientos. Pero sólo las reciben los que están preparados y son pacientes” (“Conference Report”, octubre de 1973, pág. 13).

Análisis con lámina

Coloque a la vista de la clase la lámina del Salvador orando en Getsemaní. Dígales que se fijen bien en ella y que mencionen los detalles que se aprenden sobre la oración al observar esa lámina. Dirija este análisis para que reconozcan elementos como la humildad, la soledad, la fe, la posición de rodillas, la concentración y la meditación.

La meditación es una forma de orar

Análisis de un pasaje de las Escrituras

Diga a las alumnas que busquen y lean 3 Nefi 17:3, que se halla anotado en la invitación junto a la palabra “Cómo”. Pídales que expresen su opinión sobre el significado de la palabra meditar.

Cita

Después que hayan respondido, pida a la joven a quien le haya asignado la lectura de la cita del presidente David O. McKay que la lea a la clase.

“Creo que prestamos escasa atención a la importancia de la meditación, que es uno de los principios de devoción… La meditación es el lenguaje del alma. Es una forma de íntima devoción o ejercicio espiritual que consiste en la reflexión profunda e ininterrumpida sobre algún tema religioso. La meditación es una forma de orar…

“La meditación es una de las puertas más secretas y sagradas por las que entramos a la presencia del Señor” (David O. McKay, Man May Know for Himself, comp. por Clare Middlemiss, Salt Lake City: Deseret Book Company, 1969, págs 22–23).

Repasen brevemente los lugares que sugirió el élder Peterson para retirarse a orar. Pregúnteles a dónde irían ellas para meditar.

Análisis de pasajes de las Escrituras

Explíqueles que la manera de orar y meditar y el lugar a donde vayamos para hacerlo tienen estrecha relación entre sí. Dígales que se fijen en la invitación que tienen y busquen los pasajes de las Escrituras que aparecen junto a la palabra “Dónde”. Léanlos juntas y hablen de los lugares que el Señor nos sugiere.

Mateo 6:6 (orar en los cuartos y en secreto, o sea, en privado).

Alma 34:26 (orar en las habitaciones, en lugares secretos y en sitios solitarios, como jardines, bosques, etc.).

Pídales que piensen en cuáles son los “sitios solitarios” a los que cada una de ellas podría ir; ayúdeles a determinar algunos lugares adonde puedan retirarse para orar y meditar en privado.

Análisis de pasajes de las Escrituras

Dígales que nuestro Padre Celestial también nos ha dicho cuándo debemos orar; haga que se fijen en la invitación y busquen los pasajes que se indican en ella en los que se menciona el momento apropiado de orar.

  • Alma 34:21 (orar por la mañana, a mediodía y al atardecer o por la noche).

  • 1 Tesalonicenses 5:17 (orar incesantemente).

Hágales comprender que nuestro Padre Celestial está siempre dispuesto a escucharnos y que quiere que nos comuniquemos con El. El vivir con rectitud lleva implícito el hecho de orar continuamente dando gracias al Señor.

La vida es frágil; cuidémosla con la oración

Cartel (pancarta)

Coloque a la vista de la clase el cartel con estas palabras: “La vida es frágil y, por lo tanto, debe tratarse con el cuidado de la oración” (citado por el presidente Harold B. Lee en la Conferencia de Area de México y América Central realizada en 1972; véase “Conference Report”, 1972, pág. 48).

Pizarra

Pregunte a las jóvenes cuáles son los problemas, las decisiones y las tentaciones que enfrentan y que la oración y la meditación les ayudarían a resolver mejor; anote las respuestas en la pizarra.

La oración y la meditación contribuyen a:

  1. 1.

    Aumentar el testimonio.

  2. 2.

    Sobreponerse al negativismo.

  3. 3.

    Hacer que el ayuno adquiera un significado especial.

  4. 4.

    Soportar las presiones externas (de las amistades).

  5. 5.

    Observar las normas de la Iglesia.

  6. 6.

    Resolver problemas de los estudios.

  7. 7.

    Mejorar la estimación propia.

  8. 8.

    Obedecer la Palabra de Sabiduría.

  9. 9.

    Adquirir y cultivar buenos hábitos.

  10. 10.

    Vencer las debilidades.

• Cuando oren sobre los problemas mencionados en la pizarra, ¿de qué manera hará la meditación que sus oraciones den mejores resultados?

Después que hayan contestado, léales las siguientes palabras del élder Boyd K. Packer, del Consejo de los Doce, que explican con mayor claridad esa pregunta:

“Cuando tengáis un problema, consideradlo primero mentalmente. Pensad sobre él, analizadlo y meditad; leed las Escrituras; orad para encontrar la mejor forma de resolver el problema…

“Meditad cada día acerca de los pequeños problemas y así podréis evitar las crisis propias de las grandes decisiones que deben tomarse bajo la presión de las circunstancias… he llegado a la conclusión de que los mejores momentos para luchar con los grandes problemas es temprano por la mañana… La buena noche de descanso ha limpiado la pizarra de vuestra mente; el camino está todavía despejado de las distracciones que se acumulan durante el día…la mente se encuentra fresca y alerta y el cuerpo está descansado; es el momento especial para pensar cuidadosamente y recibir la revelación personal necesaria para resolverlos” (véase “Autosuficiencia”, Liahona, abril de 1976, págs. 22–23).

Conclusión

Explíqueles que muchas invitaciones exigen una contestación, o sea, que la persona que las recibe debe decidir si acepta o no la invitación y dar su respuesta. Dígales que se fijen en la invitación que tienen y lean la promesa antes de tomar la decisión de aceptar o rechazar la invitación a orar y meditar. Pídales que lean Alma 37:37 para descubrir cuál es la promesa que el Señor nos hace (que las dirigirá para bien, que las cuidará y que las enaltecerá en el día postrero).

Dígales que reflexionen seriamente sobre la contestación que darán y que, si aceptan la invitación a orar y meditar, tendrán que comprometerse a establecerse un programa diario para cumplirla.

Vuelva a leerles el cartel: “La vida es frágil y, por lo tanto, debe tratarse con el cuidado de la oración”.

Testimonio

Aconséjeles que cuiden su vida con la oración y expréseles su testimonio del valor que hayan tenido para usted la oración y la meditación. Cuénteles alguna experiencia en la que usted haya aplicado esos principios y anímelas a contar alguna que ellas mismas hayan tenido.

Himno

Dé fin a la lección pidiendo a las jovencitas a quienes les haya dado la asignación que canten el himno “La oración del alma es”, Nº 79 del himnario nuevo.