El sagrado poder de la procreación

Mujeres Jóvenes, Manual 2, 1993


Objetivo

Que cada una de las jóvenes se sienta agradecida por su propio cuerpo y por el divino poder de la procreación.

Preparación

  1. 1.

    Lámina 17, Boyd K. Packer (64332); lámina 18, Una joven; lámina 19, Un matrimonio joven con su familia; lámina 20, Un grupo de adolescentes; lámina 21, Un matrimonio delante de un templo. Todas estas láminas se encuentran al final del manual.

  2. 2.

    Si fuera posible, invite al consejero del obispo encargado de las jóvenes a que lea el discurso del élder Boyd K. Packer que se encuentra en la lección. Utilice las láminas que están al final del manual para ilustrar los conceptos del discurso cuando se indique allí mismo.

  3. 3.

    Prepare tarjetas o pequeñas hojas de papel para todas las alumnas con la cita del élder Mark E. Petersen.

  4. 4.

    Dé a diversas alumnas la asignación de presentar los pasajes de las Escrituras, los relatos y las citas que usted desee.

Sugerencias para el desarrollo de la lección

El poder de la procreación se debe usar de acuerdo con el plan de Dios

Análisis y cita

Haga a la clase las siguientes preguntas:

• ¿Quién instituyó el matrimonio? (Dios.)

• ¿Cuál es el propósito del matrimonio? (Establecer la unidad de la familia aquí y en la vida venidera.)

• ¿Por qué es importante que una joven guarde la castidad mientras se prepara para formar una familia?

Lea la referencia del presidente Spencer W. Kimball que aparece a continuación:

“La existencia de la tierra no podría justificarse ni podría continuar sin el matrimonio y la familia. Tener relaciones sexuales fuera de los lazos del matrimonio, tanto entre los jóvenes como entre los adultos, es una abominación a la vista del Señor y es una desgracia que haya tanta gente que se ha cegado con respecto a estas grandes verdades” (“Dios no será burlado”, Liahona, feb. de 1975, pág. 34).

• ¿Qué significa para ustedes la castidad?

“El poderoso impulso sexual es innato en el hombre, lo cual equivale a decir que es un don de Dios, y, por lo tanto, no es malo. A fin de que este instinto pueda ser controlado y dirigido, debe dársele expresión únicamente dentro del divinamente instituido sacramento del matrimonio.” (Hugh B. Brown, The Abundant Life, Salt Lake City: Bookcraft, 1965, pág. 70).

Relato

Pida al invitado que lea el siguiente discurso del élder Boyd K. Packer. A medida que vaya leyendo, muestre las láminas que se encuentran al final del manual y haga esto conforme a las indicaciones que aparecen en el discurso mismo.

“[Muestre la fotografía del élder Packer.] Mi mensaje es de una importancia sumamente profunda para ustedes. Se relaciona con su felicidad futura … El tema debe ser de gran interés para ustedes: ‘Por qué conservarnos puros’. Abordo el tema con la más profunda reverencia.

“En el principio, antes de que naciéramos, vivimos con nuestro Padre Celestial. Él existe y yo doy testimonio de ello. “Él los conoce y a causa de Su amor por ustedes, anhela que sean felices y que progresen eternamente. Él quería que pudieran escoger libremente y así progresar mediante el poder del albedrío a fin de que pudieran llegar a ser lo más semejantes a Él. Para lograr esto, fue necesario que nos alejáramos de Su presencia; algo así como dejar de vivir con nuestros padres para ir a estudiar a algún colegio. Fue presentado un plan y cada uno convino en alejarse de la presencia de nuestro Padre Celestial para probar la vida en el estado terrenal.

“Dos cosas muy importantes nos esperaban al llegar a este mundo: La primera, íbamos a recibir un cuerpo terrenal, creado a imagen de Dios. [Muestre la lámina de la joven.] Por medio de este cuerpo y el dominio correcto del mismo, podríamos lograr la vida eterna y la felicidad. La segunda, seríamos probados y acrisolados de tal manera que pudiéramos fortalecernos y progresar.

“De acuerdo con el plan aceptado, Adán y Eva fueron enviados a la tierra para ser nuestros primeros padres. Ellos crearían cuerpos físicos para los primeros espíritus que vendrían a experimentar esta vida mortal.

“Nuestro cuerpo tenía, y esto es cosa sagrada, el poder de procrear. Una luz, por decir así, que tiene el poder de encender otras luces. Es un poder sagrado e importantísimo, además de ser bueno.

“Igual que los demás hijos de Adán y Eva, ustedes que están en la adolescencia, tienen ese poder dentro de ustedes.

“El poder de la procreación no es solamente una parte accidental del plan, sino que es esencial para el mismo. Sin él, dicho plan no podría realizarse. El uso impropio de este poder puede echarlo por tierra.

“Mucha de la felicidad que tendrán en esta vida dependerá de la manera en que utilicen este sagrado poder de la procreación. El hecho de que ustedes, los jóvenes, puedan llegar a ser padres, y que ustedes, hermanitas, puedan llegar a ser madres, es de gran importancia para ustedes. [Muestre la lámina del matrimonio joven con su familia.] A medida que este poder se vaya desarrollando dentro de ustedes, las impulsará a buscar un compañero y las facultará para amarlo y retenerlo.

“Vuelvo a repetir, este poder de participar en la procreación de la vida es sagrado. Algún día, ustedes podrán tener una familia propia. Mediante el ejercicio de este poder, podrán traer niños al mundo para que vivan con ustedes, sus propios hijitos, en cierto respecto creados a su propia imagen. Podrán establecer un hogar, un reinado donde puedan ejercer poder espiritual para influenciar para bien y dar oportunidades a sus hijos. Esto trae consigo serias responsabilidades ya que este poder creador viene acompañado de fuertes deseos e impulsos. Ya los habrán sentido en el cambio de su actitud y sus intereses.

“[Muestre la lámina del grupo de adolescentes.] Al llegar a la adolescencia, casi repentinamente, un joven o una señorita se convierte en algo nuevo y sumamente interesante. Habrán notado el cambio en la forma y el aspecto de su propio cuerpo, así como en el de otros. Comenzarán a oír los primeros susurros del deseo físico.

“Fue necesario que este impulso creador tuviera por lo menos dos características: uno, debe ser fuerte, y dos, debe ser más o menos constante.

“Si no fuera porque este impulso es tan fuerte, los hombres se mostrarían reacios a aceptar la responsabilidad de mantener un hogar y una familia. Este poder también debe ser constante, porque se convierte en el vínculo que mantiene unida a la pareja.

“Me parece que tienen la edad suficiente para mirar lo que sucede en el reino animal que los rodea. Se habrán dado cuenta de que cuando este poder de procreación es cosa pasajera, donde se expresa sólo por temporadas, no hay vida familiar.

“Es por medio de este poder que la vida continúa. Un mundo lleno de dificultades, temores y desilusiones puede ser transformado en un reino de esperanza, gozo y felicidad. Cada vez que nace un niño, el mundo en cierto modo renueva su inocencia.

“Nuevamente deseo repetir, jóvenes, que este poder que hay en ustedes es bueno. Es un don de nuestro Padre Celestial y, al emplearlo a su debido tiempo, podemos allegarnos a Él más que de ninguna otra forma. “Podemos gozar en parte de la misma influencia que nuestro Padre Celestial tiene al gobernarnos a nosotros, Sus hijos. No existe una escuela o campo de prueba más importante.

“[Muestre la lámina de un matrimonio delante de un templo.] ¿Causa admiración, pues, que el matrimonio sea tan sagrado e importante en la Iglesia? ¿Pueden comprender por qué el matrimonio, que libera estos poderes de procreación para que puedan usarlos, debe ser el paso proyectado con más solemnidad y cuidado que ningún otro? ¿Hemos de considerar fuera de lo común el que el Señor haya indicado que se construyeran templos para el propósito de efectuar ceremonias conyugales?

“Ahora bien, hay otras cosas que quisiera decirles como advertencia. En el principio, hubo entre nosotros uno que se rebeló contra el plan de nuestro Padre Celestial y que juró destruir y entorpecer dicho plan.

“Le fue vedado tener un cuerpo terrenal y se le echó fuera, prohibiéndosele para siempre establecer su propio reino. Entonces le sobrevino un celo ‘satánico’. Él sabe que este poder de procreación no es solamente parte incidental del plan, sino la clave del mismo.

“Él sabe que si puede incitarlos a usar este poder prematuramente, o a hacer mal uso de él, bien podrían perder las oportunidades de progreso eterno.

“Estamos hablando de un ser verdadero del mundo invisible que posee gran poder, y lo empleará para persuadirlos a quebrantar las leyes que han sido establecidas para proteger los sagrados poderes de la procreación.

“En tiempos pasados, era demasiado astuto para presentarse ante uno con una invitación franca de romper la ley de castidad. Más bien, furtiva y calladamente tentaba a jóvenes y a adultos a pensar irrespetuosamente en estos sagrados poderes de la procreación; a rebajar a un estado vulgar o común lo que es sagrado y bello.

“En la actualidad, ha cambiado de táctica. Lo presenta como una pasión que hay que satisfacer. Enseña que el uso de este poder no acarrea responsabilidades. Les dirá que su único objeto es proporcionar placer.

“Sus invitaciones diabólicas aparecen en carteleras. Se introducen en los chistes y se incorporan en la letra de las canciones. Se presentan en la televisión y en los teatros. En la actualidad resaltan en la mayor parte de las revistas …

“Están creciendo en una sociedad que constantemente les presenta la invitación de jugar con estos poderes sagrados.

“Deseo amonestarlos y quiero que recuerden estas palabras: ¡No permitan que nadie les toque o palpe el cuerpo con intenciones inmorales, nadie! Los que los incitan a hacer lo contrario desean que compartan su culpabilidad. Nosotros los enseñamos a guardar su inocencia.

“Apártense de cualquiera que quiera persuadirlos a experimentar con estos poderes que dan la vida …

“El único uso apropiado de este poder sagrado se encuentra dentro del convenio del matrimonio. Jamás usen impropiamente estos poderes sagrados.

“Y ahora, mis jóvenes amigos, debo decirles con seriedad y sensatez que Dios ha declarado con palabras inconfundibles que la violación de las leyes de castidad acarrean desgracia y pesar. ‘La maldad nunca fue felicidad’ (Alma 41:10). Estas leyes fueron establecidas por Él para guiar a todos Sus hijos en cuanto al uso de este don.

“Él no necesita ser rencoroso ni vengativo para que recibamos el castigo como resultado de la violación del código moral. Las leyes tienen su consecuencia lógica.

“Les espera una corona de gloria si viven dignamente. La pérdida de esa corona bien puede ser castigo suficiente. Con frecuencia, con demasiada frecuencia, además de ser castigados por nuestros pecados, ellos mismos nos castigan.

“Quizás entre todos los que oyen mi voz haya más de un joven que ya ha caído en transgresión. Algunos de ustedes, jóvenes, sin malas intenciones, pero persuadidos por las tentaciones, ya habrán usado imprudentemente este poder. Deseo que sepan, mis jóvenes amigos, que existe una forma de purificarse y ustedes pueden recurrir a ella. “Si no pertenecen a la Iglesia, el convenio del bautismo representa, entre otras cosas, un lavamiento y una purificación.

“Para los que son miembros de la Iglesia, hay una manera, que aunque no es muy fácil, les permite purificarse. Es posible presentarse otra vez limpios y sin mancha delante de Dios. Desaparecerá la culpabilidad y sentirán paz. Vayan a su obispo; él posee las llaves, o sea, tiene la autoridad para ayudarlos a purificarse.

“Entonces algún día podrán expresar completa y dignamente estos poderes y gozar de la felicidad de la vida familiar. En el momento oportuno, dentro de los vínculos del convenio del matrimonio, podrán entregarse a estas expresiones sagradas de amor cuya consumación es la creación de la vida misma.

“[Muestre la lámina de un matrimonio joven con su familia.] Algún día tendrán en sus brazos a un pequeñito o a una pequeñita y sabrán que los dos han obrado en colaboración con su Padre Celestial en la procreación de esa vida. Por motivo de que el niño les pertenecerá, podrán llegar a amar a otro ser más de lo que se aman a ustedes mismos.

“Que yo sepa, sólo se puede gozar de esta experiencia cuando se tienen hijos propios, o cuando se crían niños nacidos a otros padres o se adoptan, y llegan a formar parte del convenio familiar.

“Algunos de ustedes quizás no lleguen a conocer las bendiciones del matrimonio. No obstante, protejan esos poderes sagrados de la procreación, porque hay una ley compensatoria que bien puede aplicarse a ustedes.

“Si llegan a amar a otra persona más de lo que se quieren a sí mismos, serán verdaderamente cristianos. Entonces, sabrán, como pocos lo saben, lo que la palabra padre significa cuando se menciona en las Escrituras. Podrán entonces sentir algo parecido al amor y al interés que el Padre Eterno siente por nosotros.

“Debe ser muy significativo el hecho de que, entre todos los títulos de respeto y honor que pueden atribuírsele, Dios mismo, el más grande de todos, haya optado por ser llamado sencillamente Padre.

“Protejan y guarden ese don. La verdadera felicidad está en juego. La vida familiar eterna, hoy únicamente en sus esperanzas y sueños, puede ser una realidad porque su Padre Celestial ha conferido este don tan selecto a todos ustedes, sí, este poder creador que es la clave misma de la felicidad. Conserven sagrado y puro ese don. Úsenlo únicamente como el Señor lo ha indicado.

“Ruego que reciban las bendiciones de Dios, juventud nuestra. Que nuestro Padre Celestial los cuide y los proteja para que en la expresión de este don sagrado puedan allegarse a Él. Él vive y es nuestro Padre. De esto doy testimonio en el nombre de Jesucristo. Amén”.

Análisis

Someta a análisis las preguntas siguientes:

  • Había dos cosas importantes reservadas para cuando viniéramos a este mundo, ¿cuáles eran? (Recibir un cuerpo y ser probados para que de esa manera pudiéramos progresar.)

  • ¿Cuál es el propósito del sagrado poder de la procreación en el plan de nuestro Padre Celestial?

  • ¿Por qué ese instinto de la procreación debe ser fuerte y constante?

  • ¿Qué responsabilidad tienen desde ahora para prepararse para el convenio matrimonial que harán con sus respectivos esposos?

  • ¿Por qué deben mantenerse puras?

  • ¿Cómo puede una persona purificarse si ha hecho mal uso del poder de la procreación?

Presentación por la maestra

Explique que el convenio del matrimonio requiere de toda joven el ser fiel a su futuro esposo conservándose pura ahora y a lo largo de toda su vida.

Aclare que para obtener una recomendación para el templo, la persona que la solicite debe contestar varias preguntas que le hará el obispo o el presidente de la rama. Una de esas preguntas tiene que ver directamente con las normas morales.

La castidad trae felicidad

Análisis

Pida a las alumnas que respondan a las preguntas siguientes:

  • ¿Qué bendiciones recibe la joven que se honra a sí misma conservándose pura?

  • ¿Qué bendiciones recibirán sus respectivas familias si viven ustedes la ley de castidad del Señor?

Citas

Recalque una vez más que la ley de castidad, como las demás leyes de Dios, se nos ha dado para brindarnos felicidad. La expresión del instinto sexual es sagrada y hermosa cuando así se le considera y se le conserva dentro del vínculo del matrimonio. Lean las siguientes citas:

“El instinto sexual es tan sagrado, tan sublime, que cuando se expresa en la debida forma, aquellos que así lo hacen se convierten en cocreadores con Dios. Llegan a ser partícipes con el Altísimo en la gran empresa de dar vida” (Mark E. Petersen, Our Moral Challenge, Salt Lake City; Deseret Book Co., 1965, pág. 13).

“La castidad, y no la indulgencia, durante los años prematrimoniales, es la fuente de la armonía y de la felicidad en el hogar y el factor principal que contribuye a la salud y a la perpetuidad de la especie. Todas las virtudes que componen una bella personalidad—la lealtad, la responsabilidad, la confianza, el amor de Dios y la fidelidad hacia los hombres— son el adorno de la diadema de la virtud femenina y de la virilidad masculina” (David O. McKay, Treasures of Life, Salt Lake City: Deseret Book Co., 1962, pág. 94).

“Esta relación íntima entre marido y mujer, autorizada por Dios dentro del convenio del matrimonio, no es meramente física o biológica, ya que afecta todo el ser; afecta la compleja naturaleza del hombre y de la mujer. Esa relación, dentro de la santidad del convenio del matrimonio, con sus responsabilidades inherentes, hace al hombre y a la mujer uno en intereses, propósitos, aspiraciones y responsabilidades. Si son fieles a los convenios que se han hecho el uno al otro, a sus hijos y a Dios, los dos se unen en cuerpo y alma y llegan a ser uno intelectual y espiritualmente, y la familia que establecen es una unidad eterna. Uno de los requisitos para lograr el matrimonio ideal es el amor profundo y duradero. Esa relación perdurable requiere pureza de pensamiento, de palabra y de acción; devoción, lealtad, sacrificio, integridad, fidelidad, honradez y, repito, una virtud inmaculada. No hay verdadera decencia sin virtud, como no hay verdadera felicidad sin decencia” (Hugh B. Brown, You and Your Marriage, Salt Lake City; Bookcraft, 1960, pág. 81).

Nota a la maestra

Sea comprensiva y sensible en caso de que alguna de las jóvenes haya tenido dificultades en lo que se refiere a la castidad. Ínstelas a creer que las personas que hayan errado en este aspecto pueden ser puras otras vez. Recuérdeles las palabras del élder Packer: “Vayan a su obispo; él posee las llaves, o sea, tiene la autoridad para ayudarlos a purificarse”.

Testimonio

Ponga fin a la lección dando su testimonio del valor y de las bendiciones que se reciben al conservarse puras.

Material de consulta

A veces, los jóvenes no comprenden las definiciones explícitas de palabras que describen actos inmorales. Si lo desea, y si lo estima conveniente, podría mencionar las definiciones que ha dado el presidente Spencer W. Kimball.

Masturbación: Procurarse uno mismo goce sexual. “La masturbación … no es aprobada por el Señor ni por Su Iglesia, a pesar de lo que puedan decir otras personas que se rigen por normas menos estrictas” (véase “Vestíos de toda la armadura de Dios … “, Liahona, feb. de 1981, pág. 191).

Homosexualidad: “ ‘Inclinación carnal hacia personas del mismo sexo, o relación carnal con otra persona del mismo sexo’, bien sean hombres o mujeres” (El Milagro del Perdón, pág. 76).

Adulterio: Relaciones sexuales con una persona que no sea el propio marido o la propia esposa con el cual o la cual se esté unido legalmente. Fornicación: “Relaciones sexuales entre personas solteras” (véase “Vestíos de toda la armadura de Dios … “, pág. 188).