Llamar a un apóstol de Dios


 

Hacia el final del ministerio terrenal de Jesús, Él fue al monte a orar. Después de una noche de oración continua, llamó a doce discípulos que asegurarían la continuación de la Iglesia que Él había establecido al darle un “fundamento de… apóstoles y profetas” (véase Efesios 2:19–20).

Ese fundamento de apóstoles y profetas vivientes —escogidos y llamados mediante profecía y revelación por la autoridad del sacerdocio, que prestan servicio en amor y unidad bajo la dirección del Cristo resucitado— continúa hoy en día.

¿Quién llama a un nuevo apóstol?

Cuando se produce una vacante, “un sustituto en el Cuórum de los Doce es llamado por el presidente de la Iglesia, quien recibe inspiración al extender el llamamiento” (“Quorum of the Twelve Apostles”, MormonNewsroom.org).

Los apóstoles son escogidos mediante inspiración por el presidente de la Iglesia, sostenidos por los miembros de la Iglesia  en general y ordenados por la Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce Apóstoles por la imposición de manos (véase Artículos de Fe 1:5).

El presidente Gordon.B. Hinckley (1910–2008) explicó el proceso en su discurso de la Conferencia General de abril de 1994 “La obra sigue adelante”.

“Les aseguro que la Iglesia está en buenas manos”, testifica el presidente Thomas S. Monson. “El sistema establecido para el Consejo de la Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce [Apóstoles] nos asegura que siempre estará en buenas manos y que, pase lo que pase, no hay necesidad de preocuparse ni de temer. Nuestro Salvador Jesucristo, a quien seguimos, a quien adoramos y a quien servimos, siempre está al frente” (“Esforcémonos por rescatar a aquellos que necesitan nuestra ayuda”, ChurchofJesusChrist.org).

¿Quién puede ser llamado como apóstol?

“El nuevo miembro de los Doce puede ser llamado de uno de los Cuórumes de los Setenta (que están compuestos por Autoridades Generales que son líderes de más antigüedad en la Iglesia) o de los miembros de la Iglesia en general de todo el mundo. La antigüedad en el Cuórum de los Doce viene determinada por la fecha en que el apóstol es llamado y no por la edad” (“Quorum of the Twelve Apostles”, MormonNewsroom.org).

El élder Russell M. Nelson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseña: “Todos los líderes de la Iglesia del Señor son llamados por la debida autoridad. De hecho, ningún profeta o cualquier otro líder de esta iglesia se ha llamado nunca a sí mismo. Ningún profeta ha sido alguna vez elegido. El Señor lo dejó claro cuando dijo: ‘No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros’ (Juan 15:16). Ustedes y yo no ‘votamos’ a los líderes de la Iglesia en ningún nivel. Sin embargo, sí tenemos el privilegio de sostenerlos” (“Sostengamos a los profetas”, Conferencia General de octubre de 2014).

¿Qué hace un apóstol?

El Señor llamó a Sus Doce Apóstoles para predicar y bendecir “libremente” a los demás.

 

 

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Doctrina y Convenios enseña que los apóstoles prestan servicio como “testigos especiales del nombre de Cristo en todo el mundo” (D. y C. 107:23).

El profeta José Smith estableció la importancia de lo testigos apostólicos cuando dijo: “Los principios fundamentales de nuestra religión son el testimonio de los apóstoles y de los profetas concerniente a Jesucristo: que murió, fue sepultado, se levantó al tercer día y ascendió a los cielos; y todas las otras cosas que pertenecen a nuestra religión son únicamente apéndices de eso” (History of the Church, 3:30).

“La Primera Presidencia y el Consejo de los Doce Apóstoles, que han sido llamados y ordenados para poseer las llaves del sacerdocio, tienen la autoridad y la responsabilidad de gobernar la Iglesia, de administrar sus ordenanzas, de exponer su doctrina y de establecer y mantener sus prácticas”, enseñó el presidente Hinckley (“La obra sigue adelante”).

Los miembros de la Primera Presidencia y el Consejo de los Doce Apóstoles prestan servicio durante el resto de sus vidas. Como el élder Dallin H. Oaks explica: “De entrada, es un llamamiento para dedicar el resto de tu vida, en jornada completa, estar a Su servicio y dedicar tu vida a testificar de Su plan, Su autoridad, Su Expiación, Su Resurrección y a participar, según la asignación, al liderazgo de la Iglesia” (“Dallin H. Oaks”, ChurchofJesusChrist.org).

El élder Jeffrey R. Holland dice que el servir en el oficio al que ha sido ordenado ha sido para él, al igual que ha sido para los demás que han aceptado el mismo llamamiento, un proceso purificador para toda la vida. “Doy todo lo que tengo y todo lo que sé para testificar y reafirmar la divinidad de la vida del Salvador y de la restauración de Su evangelio”, dijo. “No hay nada más sublime para mí ni obligación más solemne que la de testificar de Jesucristo dondequiera que vaya y con quien quiera que hable, y lo haré por el resto de mi vida” (Élder Jeffrey R. Holland: del Cuórum de los Doce Apóstoles, agosto de 1995, Liahona).

¿Cómo podemos sostener a los apóstoles?

Para sostener a los profetas y apóstoles, el presidente Henry B. Eyring, Primer Consejero de la Primera Presidencia, dice que podemos sostener a los siervos del Señor por medio de nuestra fe, oraciones, servicio y obra del templo. “Debemos examinar nuestra vida; arrepentirnos, de ser necesario; prometer guardar los mandamientos del Señor y seguir a Sus siervos”, enseñó (“La Iglesia verdadera y viviente”, Conferencia General de abril de 2008).