Nuestro Padre Celestial está con nosotros en todo tiempo, dijo el Presidente Monson

“El compromiso de nuestro Padre hacia nosotros, Sus hijos, es inalterable”, dice el presidente Thomas S. Monson. “En verdad, Él suaviza el invierno de nuestras vidas, pero también alegra nuestros veranos. Ya sea el mejor de los tiempos o el peor, Él está con nosotros. Él nos ha prometido que eso nunca cambiará”.

El presidente Monson continúa: “Pero nosotros somos menos fieles que Él. Por naturaleza somos vanidosos, débiles e insensatos. A veces nos olvidamos de Dios. A veces dejamos de guardar los mandamientos que Él nos da para que seamos felices. A veces dejamos de comunicarnos con Él por medio de la oración. A veces olvidamos socorrer a los pobres y oprimidos que también son Sus hijos. Y nuestro olvido es en gran manera para nuestro propio perjuicio”.

Hace falta una renovación de fe

Diez años después de los horrorosos acontecimientos del 11 de septiembre, el presidente Monson hace mención del increíble giro hacia la religión y espiritualidad que se efectuó tras los atentados terroristas de 2001, pero indica que a medida que sanó este duelo colectivo, dicha renovación de fe disminuyó. Las lecciones espirituales del dolor fueron olvidadas. El presidente Monson hace estos comentarios en una serie de artículos del Washington Post en la que el periódico pregunta a algunos de los líderes espirituales más influyentes del mundo cómo afectó el 11 de septiembre a la fe y a la creencia. Leer todo el artículo.

Nuestro Padre Celestial es fiel con nosotros

Aunque Sus hijos a veces se olviden de Él, dice el presidente Monson Padre, nuestro Padre Celestial nunca se olvida de Sus hijos. El presidente Monson insta a todas las personas a que sigan buscando a nuestro inalterable Dios para recibir guía en toda situación.

“Si hay una lección espiritual que se pueda aprender de nuestra experiencia de aquel fatídico día”, dice él , “tal vez sea que le debemos a Dios la misma fidelidad que Él tiene para nosotros… Nosotros también debemos estar con Él en cada época”.

El presidente Monson amonestó acerca de que la destrucción y la tragedia deben verse como una oportunidad de reconstruir nuestra vida con Dios en nuestro corazón y mente — “debemos hablarle, escucharle y servirle”.