El matrimonio puede satisfacer los anhelos dignos del alma

“El matrimonio es el refugio dentro del cual se crea la familia”, dice el presidente Boyd K. Packer, del Quórum de los Doce Apóstoles. “Con todas sus satisfacciones, con toda su dicha y amor, el matrimonio sigue ofreciendo totales garantías. Es en él donde todas las aspiraciones del alma humana y todo sentir físico, emocional y espiritual se pueden ver cristalizados”.

Pida ayuda mediante la oración

Los matrimonios felices y plenos, requieren un esfuerzo genuino y la ayuda del Señor. El presidente Henry B. Eyring, Primer Consejero de la Primera Presidencia, instruye: “Pidan en oración tener el amor que les permita ver siempre lo bueno en su cónyuge”. “Pidan tener el amor que haga que las debilidades y los errores parezcan insignificantes; supliquen el amor que haga que el gozo del cónyuge sea el de ustedes también; pidan el amor que aminore la carga y alivie los pesares de su cónyuge”.

Sea desinteresado

El élder Russell M. Nelson, del Quórum de los Doce Apóstoles, nos enseña que “todos los matrimonios comienzan con dos personas con debilidades propias; se compone de dos personas imperfectas… La armonía en el matrimonio viene sólo cuando uno considera el bienestar de su esposo o esposa entre las más altas prioridades”, dice el élder Nelson. “Cuando eso realmente sucede, el matrimonio celestial se hace realidad y trae gran gozo en esta vida y en la vida venidera”.

El élder Richard G. Scott, del Quórum de los Doce Apóstoles, dice: “El matrimonio proporciona el entorno ideal para vencer cualquier tendencia a ser egoísta o egocéntrico”. Él instruye a los cónyuges a decirse mutuamente que se aman y a expresar gratitud a menudo. “Eso hará que la vida sea más plena, más placentera y con mayor sentido”.

Consagrémonos

El élder Robert D. Hales, del Quórum de los Doce Apóstoles, explica que “la expresión “matrimonio celestial” significa ser fiel a los sagrados convenios que se hacen en esa ceremonia de casamiento en el templo, o sea, vivir principios celestiales en la relación matrimonial. Después de hacer los votos, un matrimonio celestial exige una vida de continua consagración a la dignidad que conduzca a la felicidad y a la exaltación. Si obedecemos las leyes en la forma apropiada, podremos lograr un pedacito de cielo en la tierra junto con otra persona y con nuestra familia”.

El élder Jeffrey R. Holland, del Quórum de los Doce Apóstoles, declara: “Para casarnos en el sentido que Dios espera que nos casemos, debemos invertir todo lo que tenemos y todo lo que somos en la persona que está ligada a nosotros a través del poder del santo sacerdocio”. “Por supuesto que algunos días van a ser más difíciles que otros, pero si dejan la escotilla del avión abierta, porque creen que van a querer escaparse antes del despegue, les puedo prometer que, en menos de quince minutos de haberlo hecho, va a ser un viaje bastante frío. Cierren la puerta, abróchense los cinturones de seguridad y sigan a toda marcha. Esa es la única manera de hacer funcionar un matrimonio”.

El éxito es posible

Tenemos todo lo necesario para lograr matrimonios exitosos y, en última instancia, eternos, dijo el élder David A. Bednar, del Quórum de los Doce Apóstoles. “Testifico que hemos sido bendecidos con todos los recursos espirituales que necesitamos para aprender acerca del matrimonio honorable, para enseñarlo, para fortalecerlo y para defenderlo, y que, en efecto, podemos vivir juntos, en felicidad, como esposos, esposas y familias por la eternidad”.