Nadie más puede hacer esto

Parte una de tres. Lea las partes dos y tres.


 

“El sacerdocio de Dios es un poder como ningún otro sobre la tierra”, dijo el élder L. Tom Perry, del Quórum de los Doce Apóstoles, en una conferencia de líderes del sacerdocio para varias estacas de los alrededores de Centerville, Utah. “Debemos tener la certeza de que las personas entiendan la gran bendición que es recibir este sacerdocio y lo que significa en el reino de nuestro Padre Celestial”.

Él continuó: “somos los hijos de Abraham [y] tenemos la responsabilidad de llevar a cabo las ordenanzas del sacerdocio al mundo. Nadie más puede hacerlo sino [los que han recibido] los poderes del sacerdocio, y necesitamos a cada uno de ellos”.

Élder L. Tom Perry

Un líder del sacerdocio recibe un afectuoso saludo del élder Perry. “Tienen a su alcance el poder y la posibilidad de abrir las puertas del cielo”, dijo el élder Perry a los líderes en la conferencia de líderes del sacerdocio para las estacas dentro y alrededor de Centerville, Utah.

Gracias a la restauración del Evangelio, dijo el élder Perry, el sacerdocio, con toda la autoridad de Dios, se da una vez más a los siervos del Padre Celestial para que puedan bendecir toda la tierra. Cuando tenemos esa comprensión, también vemos la importancia de llevar a cada poseedor del sacerdocio a la actividad completa en la Iglesia. 

Una fuerza poderosa

Élderes

Los obispos y presidentes de estaca formulan preguntas y comparten experiencias con el élder Perry y otros oficiales que presiden. El élder Perry describió el sacerdocio como una “fuerza poderosa”, una organización “eficiente y eficaz” que nuestro Padre Celestial nos ha dado.

En la reunión, que se llevó a cabo el 14 de enero en el centro de estaca Farmington, el élder Perry describió el sacerdocio como una “fuerza poderosa”, una organización “eficiente y eficaz” que nuestro Padre Celestial nos ha dado, “y sin embargo, nos damos cuenta que muchos… no entienden la gran bendición que es ser poseedores del Santo Sacerdocio de Melquisedec”. Refiriéndose a Doctrina y Convenios, sección 84, dijo: “No podemos permitirles que entren en el sacerdocio sin comprender quiénes son y las responsabilidades que están tomando sobre sí al tener este santo sacerdocio ”.

Él explicó que los que reciben el sacerdocio “se convierten en agentes del Señor, para representarle, para llevar a cabo las grandes ordenanzas. Tienen a su alcance el poder y la posibilidad de abrir las puertas del cielo”. Él dijo: “El Señor lo consideró tan importante, que lo convirtió en un juramento y convenio”.

El élder Perry citó al sexto presidente de la Iglesia, Joseph F. Smith (1838–1918), quien dijo: “No hay exaltación en el reino de Dios sin la plenitud del sacerdocio”. Luego explicó que “todo hombre que recibe el sacerdocio lo hace con un juramento y convenio, y [si es fiel] será exaltado. Piensen en las bendiciones que el Señor nos da. El convenio por parte del hombre es que él está dispuesto a magnificar su llamamiento en el sacerdocio, vivir de toda palabra que sale de la boca de Dios y guarda sus mandamientos. El convenio por parte del Señor es que si un hombre hace como él promete, entonces el Señor le brindará [“todo lo que el Padre tiene].¡Qué bendición es recibir esta gran [sacerdocio]”.

Esperando la bendición

Élder L. Tom Perry

El élder Perry responde a un comentario de un líder local. Parte de la conversación se centró en la forma de rescatar a quienes que están menos activos. “Sólo piensen qué sucedería si cada barrio tuviera 10 poseedores más que fueran activos en el Sacerdocio de Melquisedec”, dijo el élder Perry. “Literalmente cambiaría la Iglesia”.

Esto significa que es importante para los que reciben el sacerdocio que entiendan lo que están recibiendo. El élder Perry dijo: “Un nuevo hermano del Sacerdocio Aarónico que está siendo avanzado debe entender qué es esto. Debemos estar seguros de que él está totalmente capacitado para entender lo que significa hacer el juramento y el convenio”. Él dijo: “Tenemos que empezar pronto. Creo que los hermanos del Sacerdocio Aarónico deben entender lo que va a pasar con ellos cuando tengan la oportunidad de vivir dignos de recibir el Sacerdocio de Melquisedec, y deberían estar entusiasmados por esa gran bendición que [les] va a llegar”.

Rescatar a quienes que están menos activos

También dijo que es importante asegurarse que los que reciben el Sacerdocio Aarónico, así como los que ahora son poseedores del Sacerdocio de Melquisedec menos activos o los futuros élderes, deben entender que dejar de lado el sacerdocio trae consecuencias.

“Espero que a veces pensemos en [la] responsabilidad que tenemos de asegurarnos de que estén bien capacitados en [el] sacerdocio antes de que se les conceda el Sacerdocio de Melquisedec y [que nosotros como líderes] nos encarguemos de que ellos entiendan las funciones y responsabilidades… Espero que este año cambiemos un poco tratando de hacer algún esfuerzo por rescatarles, para traerles de nuevo al redil. Y ellos volverán; es tan fácil recuperarles si salimos y les buscamos”.

Manos

Los líderes del sacerdocio toman nota de lo que se sienten inspirados a hacer mediante el Espíritu Santo en respuesta a las enseñanzas que se dan por un Apóstol.

Preguntó a los líderes si sabían cuántos poseedores del sacerdocio menos activos había en su estaca o barrio. “Deberían saberlo de memoria. Ahora bien, si no lo saben ahora, quiero que vayan a casa, lo averigüen y lo pongan en la puerta del refrigerador. Quiero que miren esa cifra todos los días… y piensen en ella. Estos son hermanos activos en el Sacerdocio de Melquisedec que necesitan ser llevados al redil”.

En una entrevista después de la reunión, dijo: “Ése es el trabajo de un presidente de quórum de élderes y de un líder del grupo de sumos sacerdotes, en realidad al tomar sus listas, analizar los que son menos activos, y entonces orar acerca de cómo seleccionar quizá cinco a la vez [a quienes] transmitirán el mensaje del Evangelio… Es el proceso para verdaderamente comprender y conocer a las personas lo suficiente como para que la inspiración del Señor les llegue y les diga que esta persona será receptiva, y ésa es con la que deben comenzar a trabajar”.

El élder Perry en el púlpito

Los líderes de la Iglesia, entre ellos el élder Craig G. Fisher, Setenta de Área; el obispo H. David Burton; y el élder Steven E. Snow, de los Setenta, escuchan mientras el élder Perry se reúne con los obispos y presidentes de estaca. “Somos los hijos de Abraham [y] tenemos la responsabilidad de llevar a cabo las ordenanzas del sacerdocio a todo el mundo. Nadie más puede hacerlo”, dijo el élder Perry.

Hacer un sueño realidad

Durante la reunión, dijo que su sueño era que en cada barrio de la Iglesia, el presidente del quórum de élderes estuviera “vitalmente ocupado con cinco personas menos activas”, y que el líder del grupo de los sumos sacerdotes se ocupara de cinco futuros élderes menos activos y que trabajaran con los misioneros para “entrar en los hogares y enseñarles el Evangelio”.

Él dijo: “Si ustedes tienen una buena coordinación con los misioneros de tiempo completo, ellos pueden ayudarles y trabajar con esos 10 hombres para que los misioneros estén siempre enseñando el Evangelio cada noche. Entonces, cuando les falten personas que les ayuden, empiecen a llamar a los misioneros de barrio para cumplir con la responsabilidad de enseñar a estas 10 familias los deberes de estos principios básicos del Evangelio. Y de esa manera, les traeremos otra vez a la Iglesia. Hemos encontrado que esto funciona de una manera muy eficaz si simplemente lo hacemos. Podemos edificar el reino de nuestro Padre, podemos cumplir con nuestras responsabilidades y podemos estar preparados para lo que el Señor tiene para nosotros en este gran período en el que estamos embarcados en la actualidad… Sólo piensen en lo que sucedería si cada barrio tuviera 10 miembros más que fueran activos en el Sacerdocio de Melquisedec. Literalmente cambiaría la Iglesia. Tendríamos 290.000 poseedores más del Sacerdocio de Melquisedec activos. Ahora bien, eso sería un gran grupo para superar el desafío que tenemos ante nosotros”.

Bendiciones que provienen por rescatar

El élder Perry dijo que ver a alguien que vuelve a ser activo nos brinda gran gozo. “No hay nada como un futuro élder que vuelve al redil, porque de repente cambia la perspectiva de toda su vida… Piensen en lo que eso significa para un hombre. Ante todo lo prepara espiritualmente para comprender su relación con Dios el Eterno Padre y Su Hijo, Jesús el Cristo. Lo une [al] Santo Espíritu otra vez en su vida, donde eso es una fuerza activa para dirigirlo, guiarlo e indicarle el camino. Será un mejor esposo, agradecido por su esposa, porque él aprende la verdadera doctrina que se le enseña. Están eternamente unidos por el tiempo y por toda la eternidad. Y por supuesto lo hace un mejor padre porque puede enseñar el Evangelio a [su familia], entenderlo y ser un ejemplo para ellos sobre cómo deben vivir”.

La culminación de los esfuerzos de rescate, dijo, es cuando aquellos que son rescatados van al templo. “Para mí, ésa es la fecha de graduación, cuando hemos conseguido que aprueben nuestro curso de estudio, que entiendan las doctrinas del reino, que hayan podido poner su vida en orden, que hayan podido invitar al Espíritu en sus vidas. Entonces, el evento culminante de todo este proceso será estar allí con su dulce compañera y sus familias, y que esas grandes bendiciones sean pronunciadas sobres su cabeza por tiempo y por toda la eternidad”.

El élder Perry hablando

El élder Perry recalca que el sacerdocio puede cambiar vidas por la eternidad. “¡Qué bendición es recibir este gran [sacerdocio]!”, dijo.

Fortalecer el sacerdocio

Dijo el élder Perry también a los líderes que el conocimiento de cuán vital es el sacerdocio para bendecir a todos los hijos del Padre Celestial significa ayudar a cada líder del sacerdocio a magnificar su llamamiento.

“Sólo tenemos que fortalecer al sacerdocio”, dijo. “Tenemos que aliviar la carga del obispo de… cuidar al Sacerdocio de Melquisedec y ponerlo de nuevo donde un miembro del sumo consejo en el barrio capacite al líder de grupo de sumos sacerdotes y al presidente del quórum de élderes para sacarle esa carga al obispo. El obispo es el juez en Israel, y ellos no pueden ocupar su lugar. Pero pueden enseñarles el Evangelio, fortalecer una hermandad y enseñarles [en cuanto] al servicio en el reino de nuestro Padre Celestial. Eso es un deber y responsabilidad que tenemos que asumir y nosotros tenemos que seguir adelante”.

El rescate de los poseedores del sacerdocio menos activos también promueve la fortaleza del sacerdocio en todo el barrio, dijo el élder Perry.

“Nunca he estado con un obispo que no se sintiera sobrecargado, que no necesitara más líderes en el barrio”, dijo. “Cuando ayudamos a alguien a volver a la actividad… no sólo agregan servicio a ese barrio sino que además sacan una carga más de los hombros [del obispo], porque el padre es la cabeza de su familia y lo que queremos hacer es que todos los padres sean los principales maestros de sus hijos. Cuando eso sucede, es una carga menos para el obispo, debido a que el padre asume su carga y responsabilidad. Entonces, el obispo puede dirigir sus esfuerzos hacia los miembros del Sacerdocio Aarónico, fortaleciéndolos y preparándolos para la oportunidad de recibir el Sacerdocio de Melquisedec y de llegar a ser padres”.

“El sacerdocio de Dios”, concluyó el élder Perry, “es la organización perfecta. No hay otra denominación, ni ninguna otra organización, que tenga algo tan eficaz como esto para llegar al corazón de los miembros de nuestra fe y para llegar a las personas de afuera, a quienes necesitan escuchar el Evangelio. Edifiquemos una organización del sacerdocio, fuerte, vital y viva, para que los elegidos de Dios puedan salir y cumplir con [su] asignación—proclamar el Evangelio, perfeccionar a los Santos y redimir a los muertos”.