Proteger a los niños


 

Los niños son muy vulnerables. Tienen poco o ningún poder para protegerse o asegurar su sustento, y poca influencia en lo mucho que es vital para su bienestar. Los niños necesitan que otros hablen por ellos, y necesitan personas que tomen decisiones poniendo el bienestar de ellos por delante de los intereses egoístas de los adultos.

Todos estamos bajo el mandato del Salvador de amarnos y cuidarnos el uno al otro y, en especial, a los más débiles e indefensos.