El élder Perry habla acerca del sacerdocio; segunda parte: Los sacerdocios Aarónico y de Melquisedec


Según el élder L. Tom Perry, del Quórum de los Doce Apóstoles, los quórumes del sacerdocio desempeñan una función vital en el fortalecimiento de los poseedores del sacerdocio. Los miembros de los quórumes se fortalecen mutuamente, y los que poseen el Sacerdocio de Melquisedec ayudan a capacitar a los del Sacerdocio Aarónico o preparatorio.

El élder Perry, quien ha hablado sobre el sacerdocio en numerosos discursos de conferencia general y en capacitaciones de Autoridades Generales, compartió sus comentarios en la segunda parte de una entrevista sobre el juramento y el convenio del sacerdocio, tal y como se revela en la sección 84 de Doctrina y Convenios.

El élder Perry y el sacerdocio


A continuación, algunos discursos de la conferencia general y otros mensajes que el élder Perry ha dado sobre diferentes aspectos del sacerdocio:

Para referencias adicionales sobre el sacerdocio, véase Sacerdocio en la Guía para el Estudio de las Escrituras.

La más grande hermandad

“El sacerdocio es una clase donde se aprenden las doctrinas del reino, donde se recibe instrucción de aquéllos autorizados a enseñar las doctrinas correctas”, declaró el élder Perry. “Es una gran hermandad, tal vez la más grande hermandad que haya en la tierra”. 

El quórum tiene la responsabilidad de ayudar a los poseedores del sacerdocio a estar a la altura del juramento y el convenio del sacerdocio, señaló el élder Perry. “Desde que un jovencito es ordenado... pertenece a un quórum”. Refiriéndose al Quórum de los Doce Apóstoles, el élder Perry dijo: “Yo pertenezco a un quórum, uno muy especial. Está constituido por las más diversas ocupaciones y profesiones que pueda imaginarse”. Sin embargo, en el quórum las decisiones se toman de manera unánime antes de pasar a la acción. 

También añadió que los líderes de los quórumes deben saber llegar a las personas “con alguna dificultad para definir la manera en que deben vivir”. Y agregó que los líderes deben conocer a todos los miembros de su quórum, dar prioridad a los que tengan mayores necesidades y traerlos de nuevo al hermanamiento. Dijo que la obra misional también forma parte de la responsabilidad de un quórum, al igual que el servicio cristiano.

Ayudarse unos a otros

El élder Perry dijo que el Sacerdocio de Melquisedec tiene la responsabilidad de enseñar y capacitar al Sacerdocio Aarónico, que es un sacerdocio preparatorio. También dijo que deben enseñárseles principios de organización, ayuda mutua y unidad. Refirió cómo el hermanamiento en un quórum ayudó a un joven y a cuatro de sus amigos a permanecer fieles y prepararse para ser misioneros de tiempo completo. Agregó que una de las mayores experiencias de su vida fue el hacer la orientación familiar con su hijo.

Tal y como hiciera en la primera parte de la entrevista sobre el juramento y el convenio del sacerdocio, en el segundo segmento reiteró que el quórum actúa como una clase, una fraternidad y una unidad de servicio. “A menos que recibamos apoyo para ayudarnos en nuestras funciones a lo largo de la vida”, declaró, “creo que nos encontraremos sin un plan firme, sin una dirección clara, sin un plano fiable que nos guíe y nos oriente; creo que el quórum nos ayuda a elaborar ese mapa que nos conduce de regreso a la presencia de nuestro Padre Celestial”.


Próximamente

Ésta serie de cuatro partes dedicada al sacerdocio comenzó con un segmento sobre el juramento y el convenio del sacerdocio, continuó con comentarios sobre los sacerdocios Aarónico y de Melquisedec en la segunda parte, que versó sobre el sacerdocio y la familia en la tercera parte y que concluye con este segmento, la cuarta parte, sobre la restauración del sacerdocio.


¿Qué es un quórum del sacerdocio?

El élder Perry explicó la naturaleza de un quórum del sacerdocio en su discurso “¿Qué es un quórum?”, de la conferencia general publicado en las revistas Liahona y Ensign, de noviembre de 2004. Los siguientes son fragmentos de aquel discurso:

Deseo que lo que sentimos por nuestro Consejo [del Quórum de los Doce Apóstoles] y el respeto que le tenemos pudiese ser transmitido a todo quórum de la Iglesia. ¿Podrían ustedes, los quórumes de diáconos, de maestros, de presbíteros, de élderes y de sumos sacerdotes, escuchar por un momento lo que yo creo que es una de las más grandes bendiciones que se pueda recibir al ser poseedor del sacerdocio? Esa bendición especial es el pertenecer a un quórum del sacerdocio.

El presidente Stephen L Richards, hace muchos años, nos brindó un maravilloso consejo sobre el gobierno de la Iglesia. Sus palabras son las siguientes:

“…la extraordinaria fuerza intelectual del gobierno de la Iglesia radica en gobernar por medio de consejos… Puedo apreciar la sabiduría, la sabiduría de Dios, en la creación de consejos: para gobernar Su reino. En el espíritu en el que trabajamos, hombres de aparentes puntos de vista divergentes y de muy diferentes experiencias se reúnen bajo la influencia de ese espíritu y al tomar consejo entre sí, pueden llegar a un acuerdo… Sin vacilar, les aseguro que, si se reúnen en consejo para deliberar, como se supone que lo hagan, Dios les dará las soluciones a los problemas que enfrentan…” (véase “Fortalezcamos los consejos”, Liahona, enero de 1994, pág. 89).

¿Y cuáles son los grandes beneficios que ustedes experimentarán al pertenecer a un quórum? De nuevo, Stephen L Richards dijo: “Un quórum tiene tres funciones: primero, es una clase; segundo, es una fraternidad; tercero, es una unidad de servicio” (véase “Llamados por Dios”, Liahona, noviembre de 2002, pág. 7).

Yo veo esa característica distintiva en las funciones del Quórum de los Doce Apóstoles. Somos una clase al estudiar juntos las doctrinas del reino. ¿Se pueden imaginar lo especial que sería la experiencia de estar en una reunión de quórum y que los [profetas y apóstoles] nos enseñaran la doctrina del Evangelio?... Esa misma bendición puede ser de ustedes en cada uno de sus quórumes. Las palabras de los apóstoles, pasados y presentes, siguen vivas en las Escrituras, en los discursos de las conferencias, en las revistas de la Iglesia, en los devocionales, etc. Están disponibles para llevar el poder de la doctrina del reino a la clase de su quórum. Hagan que la clase de su quórum aumente su conocimiento del Evangelio de nuestro Señor y Salvador.

En nuestro quórum existe una hermandad especial. En él procuramos elevarnos, inspirarnos y bendecirnos unos a otros de acuerdo con el espíritu de nuestro llamamiento. Si uno de nosotros tiene preocupaciones, los otros once están deseosos de animarle y de aligerar su carga. En ocasiones nos regocijamos juntos por logros alcanzados; en momentos de dolor, lloramos juntos. ¡Nunca sentimos que tenemos que enfrentar solos nuestros problemas! Siempre recibimos consejo, apoyo, ayuda y aliento de los miembros de nuestro Quórum.

En el libro Priesthood and Church Government [El sacerdocio y el gobierno de la Iglesia], leemos esta declaración... El sentimiento de hermandad debe palparse en el quórum. El primer interés de un quórum debe ser ayudar a todos los miembros que tengan necesidades, tanto temporales como mentales o espirituales. El espíritu de hermandad debe ser la fuerza directora en todos los planes y funciones del quórum...”. (Rudger Clawson, prefacio de A Guide for Quorums of the Melchizedek Priesthood [1930], pág. 3; citado en John A. Widtsoe, compilador, Priesthood and Church Government [1939], pág. 135). Animamos a cada quórum del sacerdocio de la Iglesia que cultive tal hermandad.

Finalmente, el único propósito de nuestro quórum es prestar servicio... Hagan de cada uno de sus quórumes una gran organización de servicio para el beneficio de todos los integrantes de su quórum.