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Ideas para mejorar su estudio personal de las Escrituras


“Ideas para mejorar su estudio personal de las Escrituras”, Ven, sígueme — Para uso individual y familiar Nuevo Testamento 2019 (2019)

“Ideas para mejorar su estudio personal de las Escrituras”, Ven, sígueme — Para uso individual y familiar 2019

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Jovencita escribiendo

Ideas para mejorar su estudio personal de las Escrituras

A continuación se ofrecen algunas maneras sencillas para mejorar su estudio de la palabra de Dios en las Escrituras:

Buscar verdades acerca de Jesucristo

Las Escrituras nos enseñan que todas las cosas testifican de Cristo (véanse 2 Nefi 11:4; Moisés 6:63), así que busque a Cristo en los acontecimientos, los relatos y las enseñanzas del Nuevo Testamento. Considere anotar o marcar los versículos que enseñen acerca del Salvador y de cómo seguirlo.

Buscar palabras y frases inspiradoras

Tal vez encuentre que ciertas palabras y frases de las Escrituras le conmueven, como si hubieran sido escritas específicamente para usted. Sentirá que le parecen relevantes, inspiradoras y motivadoras. Considere marcarlas en sus Escrituras o anotarlas en un diario de estudio.

Buscar las verdades del Evangelio

Algunas veces, a las verdades del Evangelio (a menudo se les llama doctrina o principios) aparecen en declaraciones directas; otras veces, están implícitos en un ejemplo o relato. Pregúntese a sí mismo(a): “¿Qué verdades eternas se enseñan en estos versículos?”.

Escuchar al Espíritu

Preste atención a sus pensamientos y sentimientos, aun cuando no se relacionen con lo que está leyendo. Esas impresiones pueden ser precisamente lo que su Padre Celestial desea que aprenda.

Relacionar las Escrituras a su vida

Piense cómo los relatos y las enseñanzas de las Escrituras que está leyendo se aplican a su vida. Por ejemplo, podría preguntarse: “¿Qué experiencias he tenido que sean similares a lo que estoy leyendo?” o “¿cómo puedo seguir el ejemplo de esta persona en las Escrituras?”.

Hacer preguntas mientras estudia

Al estudiar las Escrituras pueden surgir preguntas en su mente. Esas preguntas podrían relacionarse con lo que esté leyendo o con su vida en general. Medite en esas preguntas y busque respuestas a medida que continúa estudiando las Escrituras.

Utilizar las ayudas para el estudio de las Escrituras

Para obtener conocimientos adicionales sobre los versículos que lee, consulte las notas al pie de página, la Guía para el Estudio de las Escrituras (scriptures.lds.org) y otras ayudas para el estudio.

Anotar sus pensamientos y sentimientos

Hay varias maneras de anotar las impresiones que reciba mientras estudia. Por ejemplo, podría marcar una palabra o frase significativas y registrar sus pensamientos como una nota en sus Escrituras. También podría llevar un diario con sus reflexiones, sentimientos y las impresiones que reciba.

Estudiar las palabras de los profetas y apóstoles de los últimos días

Lea lo que los profetas y apóstoles de los últimos días han enseñado sobre los principios que encuentre en las Escrituras (por ejemplo, consulte las conferencias generales conference.lds.org y las revistas de la Iglesia).

Compartir ideas

Analizar las ideas que haya tenido durante su estudio personal es una buena manera de enseñar a otras personas y, además, fortalece su comprensión de lo que ha leído.

Vivir de acuerdo con lo que aprenda

El estudio de las Escrituras no debería solamente inspirarnos, debería guiarnos a cambiar la manera en que vivimos. A medida que lea, escuche lo que el Espíritu le inspire a hacer y, entonces, comprométase a actuar de acuerdo con esas inspiraciones.

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familia leyendo las Escrituras

El presidente Thomas S. Monson dijo: “Al leer y escudriñar las Escrituras, sentiremos los dulces susurros del Espíritu dirigidos a nuestra alma; podemos encontrar respuesta a nuestras preguntas; aprendemos en cuanto a las bendiciones que se reciben al guardar los mandamientos de Dios; obtenemos un testimonio seguro de nuestro Padre Celestial y de nuestro Salvador Jesucristo, y de Su amor por nosotros. Si combinamos el estudio de las Escrituras con la oración, podemos saber con certeza que el evangelio de Jesucristo es verdadero… Si tenemos presente la oración y si tomamos el tiempo para acudir a las Escrituras, nuestra vida será infinitamente más bendecida y nuestras cargas se harán más ligeras”, (“Nunca caminamos solos”, Liahona, noviembre de 2013, pág. 122).