Cómo adaptar una lección

maestro compartiendo una lección con sus alumnos

“Los manuales de lecciones producidos por la Iglesia se preparan cuidadosamente a fin de asegurar que se conserve pura la doctrina. Tales manuales estipulan pautas para la enseñanza de clases en la Iglesia y aseguran un enfoque uniforme de los temas y principios del Evangelio. Usted debe seguir de manera fidedigna las enseñanzas y pautas que estos manuales contienen. Sin embargo… puede adaptar [las lecciones] de acuerdo con las necesidades y circunstancias de aquellos a quienes enseña” (La enseñanza: El llamamiento más importante, 1999, pág. 115, cursiva agregada).

Los materiales de la lección provistos por la Iglesia son un recurso esencial para enseñar a todos los alumnos. La adaptación de los materiales de la lección puede ayudarle a enseñar de forma más eficaz a algunos alumnos en particular. Como maestro, usted puede adaptar diversos aspectos:

  • Cambie la cantidad de ayuda que se proporciona a un alumno.

    Ejemplo: Permita que un alumno se siente junto a un compañero para ayudarle a leer.

  • Simplifique los materiales del aula.

    Ejemplo: Céntrese en una frase o en algunas palabras clave de las Escrituras en lugar de varios versículos.

  • Use un método de comunicación diferente.

    Ejemplos: Canten una canción que les ayude con la lección o use imágenes para ilustrar una idea.

  • Modifique la dificultad de una tarea.

    Ejemplo: Haga preguntas que todos los miembros de la clase puedan contestar.

Aunque es importante comprender las limitaciones que algún alumno pueda tener, es más útil concentrarse en las capacidades que tenga. A menudo, al adaptar los materiales de la lección a alguien también se benefician otros alumnos.

Es importante tener un objetivo claro al preparar las actividades para el aula. Determine los principios que serán más útiles para los alumnos.

Otros asuntos para considerar al adaptar la lección:

  • Busque maneras de que todos participen en las actividades del aula.

    Ejemplo: Pida a un miembro con una discapacidad que preste servicio en una presidencia de clase o que reparta folletos o notas.

  • Utilice materiales visuales tal como imágenes, videos y objetos que contribuyan a que los alumnos comprendan conceptos difíciles.

    Ejemplo: Use el Libro de obras de arte del Evangelio o las ilustraciones de las revistas de la Iglesia.

  • Ayude a los alumnos a relacionar ideas nuevas con conceptos que ya comprendan.

    Ejemplo: Si a un alumno le gustan los deportes, use una analogía deportiva para explicar un principio.

  • Prepare a un alumno antes de la clase para ayudarle a participar satisfactoriamente en la lección.

    Ejemplo: Entregue un bosquejo de la clase o asigne a alguien que lea un pasaje de las Escrituras con anterioridad a la lección.

  • Trate de hacer adaptaciones sin exponer de modo innecesario a algún alumno específico en frente de sus compañeros.

    Ejemplo: Pregunte a cada integrante de la clase si desea analizar un capítulo en voz alta o si prefiere hacerlo escribiendo sus ideas en un papel.

Historias del Libro de Mormón es un buen ejemplo de una provechosa adaptación para alumnos que tiendan a aprender mediante el sentido de la vista o para alguien con un nivel de lectura básico. Muchos materiales de la Iglesia también están disponibles en formatos alternativos tal como audio, impresión con letra grande, braille y lenguaje de señas.

El Señor nos habla “de acuerdo con [nuestra comprensión], para que [entendamos]” (2 Nefi 31:3) y nos da conocimiento “línea por línea, precepto por precepto, un poco aquí y un poco allí” (2 Nefi 28:30). Conforme se esfuerce por enseñar el Evangelio de un modo en que todos los alumnos entiendan, sus testimonios se fortalecerán.

Además, en cada uno de los tipos de discapacidad que se encuentran en este sitio web hay sugerencias para la enseñanza.

Otros recursos