Enfermedades mentales


dos mujeres sonriendo

En qué consisten las enfermedades mentales

Hay muchos tipos de enfermedades mentales que afectan el funcionamiento del cerebro; pueden afectar los pensamientos, la conducta, las emociones y la capacidad de comprender la información recibida. Las enfermedades mentales van más allá de los sentimientos que se experimentan a diario, como el sentirse tristes o molestos, o de los problemas cotidianos. Tales enfermedades dificultan el llevar una vida normal.

Algunas enfermedades mentales son muy severas y causan grandes limitaciones; pueden tratarse de afecciones de por vida que pueden aliviarse, pero no sanarse. Algunas de ellas son menos severas y son más fáciles de tratar o de curar. Sólo un profesional capacitado para ello debe diagnosticar una enfermedad mental. A las demás personas con frecuencia les resulta difícil diferenciar entre la conducta natural del ser humano o los problemas de comportamiento y las enfermedades mentales.

Las enfermedades mentales suelen comprenderse muy poco. Ello evita que muchas personas busquen ayuda y reciban tratamiento. Quizás resulte difícil para quienes padecen enfermedades mentales hablar al respecto y obtener apoyo y comprensión de los demás.

Las causas de estas enfermedades son complejas. Por lo general, se producen como consecuencia de trastornos en el funcionamiento del cerebro, predisposición genética, traumas, patrones de pensamiento erróneos crónicos u otras experiencias emocionales complejas. Dichas personas no pueden valerse tan sólo de su fuerza de voluntad para curarse. Resulta perjudicial culpar de la enfermedad a quienes la sufren o a otras personas. El que los demás reaccionen compasivamente puede contribuir a que la persona se sienta más cómoda.

La mayoría de la gente que padece enfermedades mentales no es violenta ni peligrosa. Los avances recientes en el tratamiento de enfermedades mentales han posibilitado aliviar o tratar la mayor parte de ellas. La mayoría de las personas recibe ayuda mediante tratamientos aplicados por profesionales de la salud mental aptos. Otras personas también pueden ayudar al demostrar interés con cariño y brindar apoyo y aliento espiritual.

Volver arriba


Cómo prestar ayuda

  • Aprenda sobre las enfermedades mentales consultando fuentes profesionales, entre ellos los Servicios para la familia SUD y los profesionales de la salud mental. El obispo puede recomendarle un terapeuta acreditado por medio de Servicios para la familia SUD.
  • Trate a la persona con comprensión y compasión; bríndele consuelo y asegúrele que nuestro Padre Celestial la ama.
  • Recuerde que una enfermedad mental no es un castigo de Dios.
  • Comprenda que una enfermedad mental no puede superarse únicamente con fuerza de voluntad, ni significa que la persona carezca de fe, personalidad o dignidad.
  • Ayude a la persona a ganar confianza al saber que Dios la sostiene en sus esfuerzos por afrontar las dificultades y cultivar sus puntos fuertes.
  • No piense que los hechos que resulten de la enfermedad mental estén dirigidos contra usted. Las personas con enfermedades mentales pueden sentirse frustradas e irritadas debido a su afección.
  • Incluya a la persona en las actividades de la Iglesia y en las oportunidades de prestar servicio que resulten adecuadas. Consulte con la persona, con los familiares de ésta y con quienes la conozcan bien a fin de determinar sus limitaciones y sus puntos fuertes.
  • No discuta las ideas delirantes ni mencione temas que agiten a la persona. Tenga presente que el estrés puede agravar la enfermedad.
  • Las enfermedades mentales pueden demandar cambios trascendentales en la vida de una persona. Cuando resulte apropiado, consulte bajo espíritu de oración a los líderes del sacerdocio, a los familiares y a los responsables del cuidado de la persona, a los profesionales y a la persona misma en cuanto a la necesidad de efectuar cambios.

Volver arriba


Sugerencias para la enseñanza

  • Algunas enfermedades mentales disminuyen la energía y la motivación. Tenga en cuenta que puede resultar difícil leer y orar para quienes padecen enfermedades mentales.
  • Si la persona interpreta mal las Escrituras y los principios, podría sentirse angustiada. Ayúdela a centrarse en la doctrina correcta en vez de irritarse por las limitaciones provocadas por la enfermedad.
  • Utilice música inspiradora para reducir el estrés y servir de consuelo y alivio.
  • Céntrese en los puntos fuertes. Prepare actividades de acuerdo con la capacidad de la persona con el fin de que ésta experimente el sentido del logro. Si su conducta o forma de hablar en clase fueran inapropiadas, dele asignaciones tales como escoger un himno, leer un poema u otras tareas más sistemáticas.
  • Si los miembros estuvieran muy enfermos como para asistir a las reuniones y actividades, hágalos participar visitándolos en su hogar, grabando las clases o llevándoles folletos.
  • Permita que la persona participe decidiendo qué puede o qué no puede hacer. Por ejemplo, si la persona sufriera ataques de pánico al hablar en público, permita que participe de algún modo que la intimide menos.

Volver arriba


Otros recursos

  • Élder Alexander B. Morrison, “Myths about Mental Illness”, Ensign, octubre de 2005, pág. 31
  • Dawn y Jay Fox, “Easing the Burdens of Mental Illness”, Ensign, octubre de 2001, pág. 32
  • Jan Underwood Pinborough, “Mental Illness: In Search of Understanding and Hope”, Ensign, febrero de 1989, pág. 50
  • Shanna Ghaznavi, “Rising Above the Blues”, New Era, abril de 2002
  • “Light in Darkness”, Ensign, junio de 1998, pág. 16
  • M. Russell Ballard, “Lo que sabemos y lo que no sabemos sobre el suicidio”, Liahona, marzo de 1988, pág. 16
  • Sean E. Brotherson, “When Your Child Is Depressed”, Ensign, agosto de 2004, págs. 52–53
  • Janele Williams, “Helping Children Cope with Traumatic Situations”, Ensign, febrero de 2008, págs. 46–48
  • Claigh H. Jensen, “About Trauma”, Ensign, febrero de 2008, pág. 49
  • Los Servicios para la familia SUD

Otros sitios web

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no mantiene ni controla los siguientes sitios, pero se mencionan aquí como fuentes de recursos adicionales.

Volver arriba