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Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, págs. 51–52.

Debido a que Jesucristo se levantó de los muertos, todos los seres humanos resucitarán.

“Los principios fundamentales de nuestra religión son el testimonio de los apóstoles y de los profetas concernientes a Jesucristo: que murió, fue sepultado, se levantó al tercer día y ascendió a los cielos; y todas las otras cosas que pertenecen a nuestra religión son únicamente apéndices de eso. Pero en relación con esos principios creemos en el don del Espíritu Santo, en el poder de la fe, en disfrutar de los dones espirituales de acuerdo con la voluntad de Dios, en la restauración de la casa de Israel y en el triunfo final de la verdad”.

“‘Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados’; todos resucitarán de los muertos [1 Corintios 15:22]. El Cordero de Dios ha llevado a cabo la Resurrección, a fin de que todos se levanten de los muertos”.

“Dios ha señalado un día en que juzgará al mundo, y ha confirmado esto en que levantó a Su Hijo Jesucristo de los muertos. Ese es el punto sobre el cual fundan su esperanza de futura felicidad y gozo todos aquellos que creen en el registro inspirado; porque ‘si Cristo no resucitó’, dijo Pablo a los corintios, ‘vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron’ [1 Corintios 15:17–18]…

“Cristo ciertamente ha resucitado de los muertos; y si se ha levantado de los muertos, Él, por Su poder, hará que todos los hombres comparezcan ante Él; porque si Él se ha levantado de los muertos, las ligaduras de la muerte temporal se han desatado y no hay victoria para el sepulcro. Luego, si no hay victoria para la tumba, aquellos que guardan las palabras de Jesús y obedecen Sus enseñanzas no sólo reciben la promesa de que resucitarán de los muertos, sino la afirmación de que serán admitidos en Su reino glorioso; porque Él mismo dice: ‘Donde yo estuviere, allí también estará mi servidor’ [Juan 12:26]”.

“Los que han muerto en Jesucristo pueden esperar recibir toda la plenitud de gozo, al salir de la tumba, que tuvieron o que esperaron tener aquí… Me regocija tener el privilegio de comunicarles algunas de estas cosas que, si con atención se entienden, serán una ayuda en el fragor de los terremotos, cuando se junten los nubarrones, brillen los relámpagos y las tormentas estén a punto de caer sobre ustedes con el estruendo de los truenos. Cíñanse a estas cosas y no dejen que sus rodillas ni sus coyunturas tiemblen ni su corazón desfallezca; entonces, ¿qué podrán hacerles los terremotos, las guerras y los tornados? Nada. Todas sus pérdidas se les compensarán en la resurrección si continúan siendo fieles. Lo he visto mediante la visión del Todopoderoso …

“Dios ha manifestado a Su Hijo desde los cielos, y también la doctrina de la resurrección; y tenemos el conocimiento de que a aquellos a quienes sepultemos aquí, Dios los volverá a levantar revestidos y vivificados por el Espíritu del gran Dios; ¿y qué importa que nosotros los sepultemos o que nos sepulten con ellos cuando no podemos tenerlos con nosotros por más tiempo? Dejemos que estas verdades ahonden en nuestros corazones a fin de que aun aquí empecemos a disfrutar de aquello que allá existirá en su plenitud”.