Dios es nuestro Padre

Hay un Dios

Al mirar el cielo por la noche podemos ver un universo interminable. Hay millones de estrellas y planetas, todos en perfecto orden, y no están ahí por casualidad. Podemos ver las obras de Dios tanto en el cielo como en la tierra. Las hermosas plantas, la variedad de animales, las montañas, los ríos y las nubes que nos proporcionan lluvia y nieve; todo ello nos testifica que hay un Dios. Un profeta de la antigüedad escribió: “Todas las cosas indican que hay un Dios, sí, aun la tierra y todo cuanto hay sobre ella, sí, y su movimiento, sí, y también todos los planetas que se mueven en su orden regular testifican que hay un Creador Supremo”.

Un profeta moderno dijo: “Si existe un diseño en este mundo en el que vivimos, tiene que haber un Diseñador. ¿Quién puede contemplar las muchas maravillas del universo sin creer que haya un diseño para toda la humanidad? ¿Quién puede dudar de que haya un Diseñador?”.

Dios es el Gobernante del universo

Dios es el Gobernante Todopoderoso del universo. Él hizo la luna, las estrellas y el sol; organizó este mundo y le dio forma, movimiento y vida. Llenó el aire y las aguas con seres vivientes. Cubrió las colinas y las planicies con toda clase de vida animal; nos dio el día y la noche; el verano y el invierno; la época de siembra y la de la cosecha.

Dios es el Ser Supremo en quien creemos y a quien adoramos. Él es omnipotente, omnisciente y está lleno de amor, misericordia, caridad y compasión. Él es el Autor del plan de nuestra felicidad.

Dios es el Padre de nuestros espíritus. Somos creados a Su imagen. Tenemos una naturaleza y un destino divinos.

 

Dios es nuestro Padre Celestial

Si bien Dios es el Creador de todas las cosas, nosotros disfrutamos de una relación con Él que es diferente a la de todas Sus otras creaciones. Todos somos Sus hijos espirituales, somos, literalmente, hijos e hijas de Dios y Él nos ha creado a Su imagen.

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Dios es perfecto en Su amor, sabiduría, atención e interés por nosotros. Nos conoce individualmente y nos ama más allá de nuestra comprensión; Él desea que encontremos la felicidad.

Dios nos conoce personalmente y nos ama más allá de nuestra comprensión.

Podemos llegar a conocerle, saber cómo es y descubrir nuestra relación con Él.