Espíritu


Toda persona es un hijo o una hija espiritual del Padre Celestial y existió como espíritu antes de nacer en la tierra. Durante la vida terrenal, el espíritu mora en el cuerpo físico, el cual nació de padres terrenales.

Información adicional

Las Escrituras enseñan que al momento de la muerte física, el espíritu no muere, sino que se separa del cuerpo y vive en el mundo posterrenal de los espíritus. En el momento de la resurrección, el espíritu se reúne con el cuerpo, “para no ser separados nunca más; por lo que esta unión se torna espiritual e inmortal” (Alma 11:45).

En las Escrituras también se enseña acerca de la naturaleza de los espíritus. Mediante el profeta José Smith, el Señor reveló que “todo espíritu es materia, pero es más refinado o puro, y sólo los ojos más puros pueden discernirlo” (D. y C. 131:7). El Señor también reveló que “el espíritu del hombre [es] a semejanza de su persona, como también el espíritu de los animales y toda otra criatura que Dios ha creado” (D. y C. 77:2; véase también Éter 3:7–16).

Véase también Alma; Plan de Salvación; Resurrección

—Véase Leales a la fe, 2004, pág. 71

Referencias de las Escrituras

Romanos 8:16-17
 
2 Nefi 9:10-13
 
Doctrina y Convenios 93:29, 33
 

Materiales adicionales para el estudio