Preguntas y respuestas


Preguntas y respuestas: “Tengo miedo de que alguien me ofrezca una bebida alcohólica o drogas. No me gusta decir que no a la gente ni dar pie a que se enojen conmigo. ¿Cómo me preparo para ser firme y no ceder?”, Liahona, febrero de 2009

Determina con anticipación, ahora, que vas a decir que no. Si cedes una vez, será mucho más difícil decir que no en el futuro y estarán menos inclinadas a ofrecértelo de ahí en adelante. La mayoría de las personas te respetarán por vivir de acuerdo con tus normas, y estarán menos inclinadas a ofrecértelo de ahí en adelante.

Preguntas y respuestas: “¿Qué tiene de malo probar el alcohol o el tabaco sólo una vez?”, Liahona, junio de 2008

Las Escrituras nos enseñan que para ejercer nuestro albedrío, debe existir la oposición en el mundo —el bien y el mal—, y que debe “[atraernos] lo uno o lo otro” (2 Nefi 2:16). No es necesario que de vez en cuando cedas a la seducción de las malas decisiones para que tu albedrío sea auténtico. Lo que es importante es la capacidad de distinguir el bien del mal. No es necesario conocer tanto el bien como el mal, pero sí conocer la diferencia que existe entre el bien y el mal y, por consiguiente, escoger el bien.

Preguntas y respuestas: “Mi amiga ha empezado a fumar. ¿Cómo puedo ofrecerle mi ayuda para que lo deje de hacer sin que se ofenda?”, Liahona, agosto de 2009

Muchos investigadores han logrado dejar de fumar al aprender acerca de la Palabra de Sabiduría. Este cambio se produjo no sólo por su mayor motivación, sino por bendiciones espirituales. El Señor les bendice para que pierdan el deseo de fumar y adquieran el deseo de ser obedientes.

“¿Cómo puedo convencer a mis amigos de que nuestras normas en realidad nos liberan y no son una carga?”, Liahona, febrero de 2010

Las normas de la Iglesia, como las que se encuentran en Para la Fortaleza de la Juventud, se basan en las doctrinas o las verdades eternas. Por ejemplo, nuestros cuerpos son los templos de nuestros espíritus (véase 1 Corintios 3:16). Una norma basada en esa doctrina es la Palabra de Sabiduría: cuida tu cuerpo al comer alimentos buenos y evitar sustancias adictivas y dañinas.