James E. Faust, “Él sana a los quebrantados de corazón”, Liahona, julio de 2005
La Palabra de Sabiduría promete que los que se acuerden de observar este consejo y rindan obediencia a los mandamientos “recibirán salud en el ombligo y médula en los huesos”.
Quentin L. Cook, “Demos oído a las palabras del profeta”, Liahona, mayo de 2008
Como poseedores del sacerdocio de la Iglesia, tenemos la solemne responsabilidad de seguir a nuestro profeta.
L. Tom Perry, “Hágase con sencillez”, Liahona, noviembre de 2008
En nuestra búsqueda por aliviar las tensiones de la vida, ruego que sinceramente busquemos las maneras de simplificar la nuestra.
Boyd K. Packer, “Sois templo de Dios”, Liahona, enero de 2001
El cuerpo de ustedes… es el instrumento de su mente y el cimiento de su carácter.
Boyd K. Packer, “Consejo a los Hombres Jóvenes”, Liahona, mayo de 2009
Las certezas del Evangelio, la verdad, una vez que la entiendan, los ayudará a superar estos tiempos difíciles.
Dieter F. Uchtdorf, “Continuemos con paciencia”, Liahona, mayo de 2010
Las lecciones que aprendamos de la paciencia cultivarán nuestro carácter, elevarán nuestra vida y aumentarán nuestra dicha.
“La Palabra de Sabiduría”, Leales a la Fe: Una referencia del Evangelio
La Palabra de Sabiduría es una ley de salud revelada por el Señor para el beneficio físico y espiritual de Sus hijos. En esta revelación, registrada en la sección 89 de Doctrina y Convenios, el Señor nos dice qué alimentos son buenos para comer y las sustancias que no son buenas para nuestro cuerpo. Él promete bendiciones espirituales y físicas al obedecer la Palabra de Sabiduría.