2007
Ideas para la noche de hogar
Enero de 2007


Ideas para la noche de hogar

Estas ideas le resultarán útiles para emplear la revista Liahona a fin de mejorar la enseñanza en el aula y en el hogar.

“Bueno es conocerlos”, pág. 26: Pida a varios miembros de la familia que repitan alguna información que hayan aprendido de memoria y que expliquen por qué el saberla les ha sido útil. Analicen cómo le sirvió de ayuda a Kong Nhean Serey el haber memorizado los Artículos de Fe. Escoja un pasaje de las Escrituras o un himno para aprenderlo de memoria con su familia.

“Spencer W. Kimball: Un hombre de acción”, pág. 28: Pregunte a su familia a qué profeta se le conoce por haber dicho: “Hazlo” y “Tenemos que alargar el paso”. Muestre una lámina del presidente Kimball; túrnense para leer algunas de las experiencias que se relatan en el artículo e invite a los miembros de la familia a señalar los puntos más importantes. Cuando terminen de leer la última experiencia, canten “Soy un hijo de Dios” (Himnos, Nº 196). Para concluir, lean la promesa del presidente Kimball que aparece en el último párrafo del artículo.

“Para ser edificados y regocijarnos juntamente”, pág. 38: Haga la siguiente pregunta a los miembros de su familia: “¿Qué hacen si se encuentran en una reunión sacramental que les resulta aburrida?”. Analicen las diferentes respuestas. Después explique la respuesta del presidente Kimball a esa misma pregunta e inste a los miembros de su familia a seguir el ejemplo de él de ser diligente para aprender y de recibir instrucción por el Espíritu (véase D. y C. 50:13–22) cuando asistan a las reuniones de la Iglesia.

“¡Estoy orgulloso de ti, papá!”, pág. 46: Jueguen a ver quién puede permanecer callado durante más tiempo. Cuando se rompa el silencio, hablen de lo difícil que les resultó estar sin hablar. Mientras lea esta experiencia a su familia, pídales que presten atención para aprender por qué es importante abrir la boca cuando sentimos la inspiración de hacerlo. Comparta su testimonio acerca de la importancia de escuchar los susurros del Espíritu y de seguirlos.

“Lo contrario del miedo”, pág. A14: Lea los cuatro primeros párrafos de la experiencia de Tricia para comprender lo que le producía miedo. Pregunte a los niños: “¿Qué podemos hacer para superar nuestros temores?”. Termine de leer la historia de Tricia y testifique del poder de la oración y de los himnos para vencer nuestros temores.