2019
Experiencia con el Libro de Mormón
Septiembre de 2019


Noticias

Cuando recibí de los misioneros el libro de Mormón no sabía qué tanto influiría en mi vida.

Recuerdo que cuando llegaba a casa después de la universidad, mientras esperaba que mi madre sirviera mi almuerzo, mi mirada se dirigía hacia una pequeña repisa donde estaba el libro y era un sentimiento inexplicable; terminaba posponiendo mi almuerzo hasta después de leer unas cuantas hojas. Por los sentimientos que tuve al leer el libro me convertí a la Iglesia. Serví en una misión al año de conversa. El testificar a diario sobre ese maravilloso libro fortaleció mi testimonio. 

Hoy, 24 años después de haber leído por primera vez el Libro de Mormón, me deleito como aquellos primeros días; siempre encuentro algunos versículos que logran satisfacer mi necesidad de paz y consuelo cuando estoy afligida. Cuando las preocupaciones de la rutina diaria quieren menguar mis ánimos, mi solución está en tomar el libro y leer sus palabras. El valor del profeta Nefi para obedecer y seguir los susurros del Espíritu sin saber de antemano lo que tendría que hacer me inspira a confiar más en el Señor. Las palabras del rey Benjamín de considerar ese feliz estado de aquellos que guardan los mandamientos me animan a perseverar. Y las promesas de que si guardamos los mandamientos prosperaremos en la tierra son un estímulo en mi vida que ayudan a dar lo mejor de mí a mis hijos, a apoyar a mi esposo como líder en la Iglesia. Amo el Libro de Mormón y testifico de las palabras de José Smith, de que si lo leemos nos acercaremos más a Dios.