2022
Encontrando lo perdido
Marzo de 2022


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Encontrando lo perdido

En abril de 2019 decidí visitar a un amigo. Es alguien a quien mi familia aprecia y realmente queríamos pasar un tiempo con él y su esposa. Estando allá, él decidió darme un tour por las instalaciones de BYU para conocer la universidad. Entonces llegamos al punto clímax del tour; llegando al museo de la universidad, quedé impregnada por la exhibición que tenían por Brian Kershisnik, muy en especial la pieza “Ella encontrará lo perdido”. Duré horas mirando la pieza, con un genuino asombro de lo que significaba.

En 1992 comencé la búsqueda hasta la cuarta generación de mi familia, como había pedido el profeta, y mi corazón no se detuvo hasta encontrar el primer miembro de mi familia en llegar a la isla.

La hermana Yngrid Cepeda, consultora de Historia Familiar de la Estaca San Gerónimo, compartió lo siguiente en la Jornada de Indexación de la Estaca: “Hoy tuve una hermosa experiencia con mi querida Hna. Marte del barrio Enriquillo. Ella no sabía nada de los familiares de su papá y solo tenía los nombres de sus abuelos. No había visto realizada la obra por su abuelo y decidimos imprimir la tarjeta. Al entrar en el árbol, vimos un registro sugerido y que era un acta de defunción de una tía de la cual no sabía nada. Seguimos indagando y encontramos un acta de bautismo de sus abuelos, donde encontramos los padres (sus bisabuelos). A su vez encontramos 5 hijos más de esta pareja. Todo esto en menos de 20 minutos. Gracias a que alguien indexó estos registros, la Hna. Marte tiene más de 8 tarjetas incluyendo la de su abuelo y bisabuelos. Realmente el espíritu de Elías se manifestó de una manera clara y precisa. ¿Díganme si esto es coincidencia o es obra del espíritu de Elías que ayuda a vivos y muertos a reencontrarse?”.

El hermano Elián González, del Barrio Mirador, apenas regresó de la misión puso como meta suya y de su novia asistir al templo cada sábado: “La asistencia al templo con regularidad ha llenado mi vida de incontables bendiciones. Al retornar de una misión de tiempo completo me preocupaba mucho cómo me podría mantener en un lugar santo constantemente. Al hacer el esfuerzo de que en mi hogar esté la presencia del Espíritu Santo, y que se vuelva santo, me puse la meta de asistir al templo con la mayor regularidad posible, cada semana. Al ir al templo no escapo de problemas, sino que encuentro soluciones para ellos. No me escondo del mundo, sino que encuentro las fuerzas espirituales para vencer al mundo y su afán. Al asistir constantemente al templo recibo guía del Padre Celestial y consuelo divino del Salvador. Al ayudar en la obra del templo he visto la promesa cumplirse de llegar a ser ‘salvador en el monte de Sion’. Tuve la bendición de hacer ordenanzas por mi padre; he sentido paz y un amor inmenso al saber que gracias a las ordenanzas del templo las familias pueden ser eternas. Testifico que los templos nos brindan esperanza y paz, sé que son la casa del Señor y que allí podemos ser instrumentos en Sus manos para ayudar en el recogimiento de Israel del otro lado del velo.

“Por mi parte he encontrado lo perdido en verdad, he encontrado a las mujeres fuertes de mi familia, que fueron parte activa en la Lucha por la Independencia Nacional (1844) y que fueron vanguardistas en usar pantalones en una época en que no era usual.

“Encontrarlas en este tiempo de mi vida me hace sentir más cómoda conmigo misma y me ayuda a entender que quien soy es un legado precioso de mujeres valiosas que ahora serán mujeres valiosas en el evangelio del Señor”.