Biblioteca
Ministerio terrenal de Jesucristo


“Ministerio terrenal de Jesucristo”, Temas y preguntas, 2023

Imagen
Cristo enseñando a las personas

Guía para el estudio del Evangelio

Ministerio terrenal de Jesucristo

“Y se llamará Jesucristo, el Hijo de Dios” (Mosíah 3:8)

El mayor de los hijos espirituales del Padre Celestial es Su Hijo Primogénito, Jesucristo. Antes de Su nacimiento terrenal, Jesús era conocido por muchos títulos, tales como el Gran Jehová y el Señor Omnipotente. Dios el Padre envió a Su Hijo a vivir en la tierra y a ofrecerse a Sí mismo como un sacrificio expiatorio infinito para hacer posible la redención de todos los hijos de Dios. Durante Su vida terrenal, Jesucristo enseñó Su Evangelio, obró grandes milagros y estableció Su Iglesia. De los relatos de las Escrituras de Su vida aprendemos que Él fue perfectamente obediente a Su Padre. Jesucristo sanó a los enfermos y afligidos, ofreció esperanza a quienes sufrían, enseñó la importancia del arrepentimiento e hizo posible el perdón. Su vida terrenal dio un ejemplo perfecto para que todos los hijos del Padre Celestial lo siguieran.

¿Qué es el ministerio terrenal de Jesucristo?

El Padre envió a Su Hijo Amado, Jesucristo, a la tierra para ser el Salvador y Redentor del mundo. Mediante Sus experiencias terrenales y Su sacrificio expiatorio, Él llegó a conocer y entender a la perfección lo que cada uno de nosotros experimenta aquí en la tierra. Jesucristo nos dio el ejemplo perfecto para que lo sigamos.

Reseña del tema: Jesucristo

Guías para el estudio del Evangelio relacionadas: Expiación de Jesucristo, Nacimiento de Jesucristo, Jesucristo, Resurrección

Sección 1

Jesucristo siempre cumplió la voluntad de Su Padre

Imagen
Jesús enseñando en el templo

Los milagrosos acontecimientos relacionados con el nacimiento de Jesucristo están bien documentados en las Escrituras (véase, por ejemplo, Lucas 2:1–19). En cuanto a Su infancia, las Escrituras solo dicen que “el niño crecía, y se fortalecía y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él” y que “Jesús crecía en sabiduría, y en estatura y en gracia para con Dios y los hombres” (Lucas 2:40, 52).

Cuando Jesús tenía doce años, viajó con Su familia a Jerusalén para conmemorar la fiesta de la Pascua. De camino a Nazaret, María y José se dieron cuenta de que Jesús no estaba entre los parientes que viajaban con ellos. Finalmente, lo encontraron en el templo de Jerusalén, enseñando a las personas y contestando sus preguntas (véase la Traducción de José Smith de Lucas 2:46 en Lucas 2:46, nota b al pie de página). Cuando María expresó su preocupación por su ausencia, Jesús dijo: “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los asuntos de mi Padre me es necesario estar?” (Lucas 2:49). Ya desde niño, Jesús estaba centrado en cumplir con la obra de Su Padre.

A lo largo de Su vida terrenal, Jesús amó y sirvió a Dios el Padre. Dijo: “He descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió” (Juan 6:38). Jesucristo desea que cada uno de nosotros haga lo mismo. Prometió que “el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” es la persona que entrará en el reino de Dios (Mateo 7:21).

Algo en qué pensar

  • Lea Juan 8:25–30, donde Jesucristo explicó: “Hago siempre lo que [al Padre] le agrada” (versículo 29). ¿Qué puede hacer usted para entender y seguir mejor la voluntad del Padre en su vida?

Actividad para aprender con otras personas

  • Invite a los miembros del grupo a leer y reflexionar sobre las preguntas que el presidente Russell M. Nelson plantea en la siguiente declaración:

    “¿Estás dispuesto a dejar que Dios prevalezca en tu vida? ¿Estás dispuesto a permitir que Dios sea la influencia más importante en tu vida? ¿Permitirás que Sus palabras, Sus mandamientos y Sus convenios influyan en lo que haces cada día? ¿Permitirás que Su voz tenga prioridad sobre cualquier otra? ¿Estás dispuesto a permitir que todo lo que Él necesite que hagas tenga prioridad sobre cualquier otra ambición? ¿Estás dispuesto a que tu voluntad sea absorbida en la de Él?”1.

    ¿Cómo pueden sus respuestas a estas preguntas llevarlos a seguir el ejemplo del Salvador de cumplir siempre con la voluntad del Padre?

Más información

Sección 2

La vida perfecta de Jesucristo es un ejemplo para todos

Imagen
Juan el Bautista bautiza a Jesucristo

Cerca del comienzo de Su ministerio público, Jesús acudió a Juan el Bautista y fue bautizado en el río Jordán. Aunque nunca pecó, Jesús explicó que debía ser bautizado para “cumplir toda justicia”. Cuando Jesús subió del agua, se oyó la voz de Dios el Padre, diciendo: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco”. El Espíritu Santo descendió sobre Jesús, como lo demuestra la señal de la paloma (véase Mateo 3:13–17).

Jesucristo llevó una vida perfecta. Después de Su bautismo, ayunó durante cuarenta días y cuarenta noches para hablar con Dios (véase Traducción de José Smith, Mateo 4:2 en Mateo 4:2, nota b al pie de página). Después, Satanás vino a tentarlo. Sin embargo, Jesucristo resistió firmemente las tentaciones. Su vida sin pecado preparó a Jesucristo para sacrificarse por todos los pecados de los hijos de Dios. Como único ser perfecto entre los hijos de Dios, Jesucristo es el máximo ejemplo para cada uno de nosotros en nuestros esfuerzos por seguir a Dios (véase 1 Pedro 2:21–22).

Algo en qué pensar

  • Lea Mateo 4:1–11, incluidas las notas al pie de página de la Traducción de José Smith, que describen lo que sucedió cuando Satanás trató de tentar a Jesús. ¿Qué puede aprender del ejemplo de Cristo para lidiar con la tentación? ¿De qué maneras el ayuno, la oración y el conocimiento de las Escrituras pueden prepararlo para vencer la tentación?

  • El Jesucristo resucitado enseñó a los doce discípulos nefitas acerca de su función como jueces del pueblo. Lea 3 Nefi 27:27 para ver el mandamiento que Jesucristo dio a Sus discípulos. ¿Por qué es importante que los seguidores de Jesucristo sean como Él es?

Actividad para aprender con otras personas

  • Pida a los miembros de su grupo que consideren por qué era necesario que Jesucristo experimentara la tentación. Invítelos a buscar respuestas en Hebreos 2:17–18; 4:15–16. ¿Por qué es importante que comprendamos que Jesucristo experimentó tentaciones al igual que nosotros en la actualidad?

Más información

Sección 3

Jesús nos enseñó a amarnos y servirnos los unos a los otros

Imagen
Jesús sana a un hombre cojo

Jesucristo enseñó que hay dos grandes mandamientos. El primero de estos mandamientos es amar a Dios con todo nuestro corazón, alma y mente. El segundo es amar a los demás como nos amamos a nosotros mismos. (Véase Mateo 22:36–39). Jesús enseñó estas verdades con frecuencia en sermones y parábolas (por ejemplo, véanse Mateo 25:31–46; Lucas 10:25–37).

Jesucristo fue siempre un ejemplo de cómo seguir a Dios y amar a los demás. Demostró personalmente Su amor y compasión por los demás al ministrar con gran poder entre los hijos de Dios, sanando a los enfermos y efectuando muchos milagros poderosos (véanse Mateo 11:4–5; Mosíah 3:5–6).

Una parte importante del ministerio terrenal de Cristo fue establecer Su Iglesia. Al hacerlo, llamó a doce discípulos, los autorizó a predicar el Evangelio y les dio poder para sanar a los enfermos (véase Mateo 10:1–8). Estos discípulos llevaron a cabo la obra del Señor después de Su muerte y Resurrección cuando enseñaron el arrepentimiento e invitaron a otras personas a ser bautizadas y a recibir el don del Espíritu Santo (véase Hechos 2:22–24, 37–47). Valiéndose del poder del sacerdocio para sanar, ministraron a los demás y crearon oportunidades para predicar el Evangelio de Jesucristo (véase Hechos 3:1–11).

Algo en qué pensar

  • El segundo gran mandamiento es amar a los demás. El presidente Russell M. Nelson enseñó: “Como discípulos de Jesucristo, debemos ser ejemplos de cómo interactuar con los demás, especialmente cuando tenemos diferencias de opinión. Una de las maneras más sencillas de reconocer a un verdadero seguidor de Jesucristo es fijarse en qué medida trata a los demás con compasión”1. ¿Cómo puede ayudarlo el recordar el ejemplo de Jesucristo cuando sea difícil amar a los demás?

Actividad para aprender con otras personas

  • Lean juntos la siguiente declaración del élder Neil L. Andersen:

    “Nunca se den por vencidos; independientemente de lo profundas que sean las heridas de su alma, o cuál sea la causa, el momento o el lugar en que suceden, o que persistan más o menos en el tiempo… ustedes no han nacido para morir espiritualmente. Están hechos para sobrevivir espiritualmente e incrementar su fe y su confianza en Dios.

    “Dios no ha creado nuestros espíritus para que no dependamos de Él. Nuestro Señor y Salvador, Jesucristo, mediante el incalculable don de Su Expiación, no solo nos salva de la muerte y nos ofrece, por medio del arrepentimiento, el perdón de nuestros pecados, sino que también está listo para salvarnos de las penas y los dolores de nuestras almas heridas”2.

    Analicen el poder que tenemos a nuestro alcance debido a la capacidad del Salvador para sanar. Si es apropiado, invite a los miembros del grupo a que consideren relatar experiencias de ocasiones en que hayan sentido el poder sanador de Jesucristo en su vida.

Más información

Sección 4

Jesucristo dio Su vida para redimir a los hijos de Dios

Imagen
Jesús arrodillado

El profeta Abinadí del Libro de Mormón profetizó que Jesucristo descendería del cielo y sería azotado, echado fuera, repudiado, crucificado y muerto, todo para poder redimir a su pueblo (véase Mosíah 15:1–7). La mayor necesidad del mundo actual es que todos aprendan y comprendan la misión terrenal de nuestro Señor Jesucristo: la forma en que sufrió y pagó el precio de nuestros pecados para que podamos ser salvos.

Algunos de los acontecimientos más importantes de la historia de la tierra ocurrieron durante las últimas horas de la vida del Señor. Al acercarse la época de la Pascua judía, Jesús llevó a Sus discípulos a Getsemaní, que era un huerto de olivos en el monte de los Olivos, o cerca de él, justo fuera de los muros de Jerusalén. Fue allí donde Jesucristo oró y comenzó a tomar sobre Sí todo lo que se requería para nuestra redención. El rey Benjamín profetizó que Jesucristo sentiría “dolor en el cuerpo, hambre, sed y fatiga” y “angustia por la iniquidad y abominaciones de su pueblo” (Mosíah 3:7). No podemos comprender la intensidad y el alcance de Su sufrimiento en Getsemaní, pero la agonía hizo que Jesús sudara “como grandes gotas de sangre que caían a tierra” (Lucas 22:44; véase también Doctrina y Convenios 19:18).

Jesús fue entonces traicionado por uno de sus discípulos, arrestado, escarnecido y acusado falsamente por los líderes religiosos judíos. Los romanos lo apresaron, lo interrogaron y lo golpearon. (Véanse Mateo 26:47–68; 27:1–31). Los soldados se llevaron a Jesucristo y lo crucificaron, es decir, le clavaron las manos y los pies en una cruz (véase Lucas 23:33–38). Al levantarlo y colgarlo en la cruz, el dolor y el sufrimiento por nuestros pecados continuaron. La Expiación de Jesucristo incluye el pago que hizo en Getsemaní y en la cruz para superar los efectos del pecado de todos los que se arrepienten de sus pecados (véanse Alma 5:48; 3 Nefi 9:22; Doctrina y Convenios 19:17).

Después de Su muerte, Su cuerpo fue colocado en un sepulcro (véase Juan 19:38–42). Al tercer día después de Su crucifixión, Cristo volvió a tomar Su cuerpo y fue así la primera persona en resucitar (véase Mateo 28:1–8). Muchas personas fueron testigos del Señor resucitado y testificaron de las gloriosas noticias. Debido a que Jesucristo resucitó, el espíritu de todos los hijos de Dios se reunirá con su cuerpo y ellos recibirán la bendición de la inmortalidad (véanse 1 Corintios 15:21–22; Alma 11:44–45). Todo lo que Jesucristo soportó durante Su vida terrenal fue a causa de Su amor por todos los hijos del Padre Celestial (véanse 1 Nefi 19:9; Doctrina y Convenios 34:3).

Algo en qué pensar

  • Antes de dirigirse a Getsemaní, Jesucristo presentó la ordenanza de la Santa Cena a Sus discípulos. Lea Mateo 26:26–30. ¿Qué puede hacer para reflexionar más sobre la vida y la Expiación de Jesucristo cuando participa de la Santa Cena? ¿De qué manera la experiencia de participar de la Santa Cena puede aumentar su amor por Jesucristo?

Actividad para aprender con otras personas

  • Lean juntos la siguiente declaración del presidente Russell M. Nelson:

    “Al condescender a venir a la tierra como el Unigénito del Padre en la carne, fue brutalmente vituperado, escarnecido, escupido y azotado. En el Jardín de Getsemaní, nuestro Salvador tomó sobre sí todo dolor, todo pecado y toda angustia y sufrimiento que experimentemos alguna vez ustedes y yo, y toda persona que haya vivido o vivirá. Bajo el peso de aquella carga atroz, sangró por cada poro. Todo ese sufrimiento se intensificó cuando lo crucificaron cruelmente en la cruz del Calvario.

    “Mediante tales atroces experiencias y Su subsiguiente resurrección —Su Expiación infinita— Él otorgó la inmortalidad a todos y nos rescató a cada uno de nosotros de los efectos del pecado, con la condición de que nos arrepintamos”3.

    Analice con el grupo por qué es importante aprender sobre el sufrimiento de Jesucristo en Getsemaní y en la cruz, sobre Su muerte y sobre Su Resurrección. ¿De qué manera una mejor comprensión de lo que vivió Jesucristo puede acercarlos más a Él?

Más información