Llamamientos misionales
Medida de protección 4


“Medida de protección 4”, Medidas de protección en el uso de la tecnología, 2015

“Medida de protección 4”, Medidas de protección en el uso de la tecnología

Medida de protección 4

Sean uno

El Señor ha dicho: “Yo os digo: Sed uno; y si no sois uno, no sois míos” (Doctrina y Convenios 38:27). Ayude a su misión a desarrollar una cultura de unidad, obediencia, compasión, cuidado, vigilancia y responsabilidad, a fin de que todos puedan fortalecerse, darse aliento y apoyarse los unos a los otros. Se debe animar a todos los misioneros a cumplir estas medidas de protección y deben sentirse cómodos para pedir ayuda cuando sea necesario. Desarrollar esta cultura de confianza le ayudará a usted y a los demás misioneros a evitar el aislamiento, desarrollar y fortalecer hábitos justos y protegerse unos a otros de la tentación.

A medida que se esfuerce por desarrollar hábitos justos, procure la ayuda de los demás misioneros y prepárese para ayudar a los misioneros que tiene cerca. Como compañerismo y como distrito, sean uno al protegerse y fortalecerse unos a otros: “Y si de entre vosotros uno es fuerte en el Espíritu, lleve consigo al que es débil, a fin de que sea edificado con toda mansedumbre para que se haga fuerte también” (Doctrina y Convenios 84:106). Recuerde también ser uno con el Señor y confiar en Él en todos sus esfuerzos por cumplir las medidas de protección.

Hable con su compañero y con los miembros de su distrito si cree que puede estar haciendo un mal uso de la tecnología. Si por alguna razón se siente tentado, pida ayuda a su compañero o a su líder de la misión. Recuerde que casi todos los retos relacionados con internet o con la pornografía ocurren cuando la persona se encuentra aislada; por lo tanto, usted nunca debe utilizar su dispositivo cuando esté solo. Esta pauta incluye no llevar consigo su dispositivo cuando vaya al baño, y no utilizarlo mientras su compañero está en el baño. Permita que su compañero y los demás misioneros le ayuden a darse cuenta de dónde podría necesitar ayuda. El ayudarse unos a otros es una manera sana de acercamiento que aumenta su fortaleza espiritual y brinda la oportunidad de expresar amor.

Ya que estas interacciones entre misioneros podrían resultar incómodas o complicadas, recuerde los siguientes principios a medida que procura ayudar a otros misioneros o usted les pide ayuda a ellos.

  • “Los compañeros… se fortalecen en tiempos de dificultad; pueden proporcionar protección de los peligros físicos, de las acusaciones falsas y de las tentaciones. Ame y respete a sus compañeros” (Manual misional, 2006, págs. 30-31).

  • Asuma siempre las mejores intenciones. Por ejemplo, si su compañero no cumple una de las medidas de protección, asuma que no se ha dado cuenta. No piense que él o ella está desobedeciendo intencionadamente las reglas.

  • No hable de sus transgresiones pasadas con otros misioneros. Acudir a los demás en busca de ayuda no significa compartir experiencias de su pasado o explicar por qué puede que usted sea vulnerable. Hable en privado con su presidente de misión si tiene que tratar cuestiones de dignidad. Recuerde que “Su lealtad es, primero, al Señor, luego a su presidente de misión y luego a su compañero” (Manual Misionalpág. 33).

  • Si sabe o es testigo de algo personal acerca de otro misionero, guarde siempre la confidencia y no cuente chismes de ese misionero a otras personas. Simplemente exprese amor y apoyo al misionero que está teniendo dificultades, y no haga preguntas indiscretas. “Todos los misioneros, sobre todo [los líderes de la misión] y los que trabajan en la oficina [de la misión], deben guardar las confidencias y no hablar con otros misioneros de los asuntos privados de otros misioneros” (Manual para el presidente de misión, 2006, pág. 22).

  • Si parece que algunos misioneros no están cumpliendo las medidas de protección, diríjase a ellos de modo que no se sientan amenazados ni juzgados. De manera amable y comprensiva, haga preguntas tales como: “¿Me puede ayudar a entender por qué hizo eso?”. Después elaboren juntos un plan. Pregunte: “¿Qué cree que debemos hacer?” o “¿cómo podemos ayudarnos el uno al otro?”.

  • Siga el proceso que se describe en la página 15 de esta guía: (1) darse cuenta y admitirlo, (2) decidir actuar, y (3) aprender y mejorar.

  • Si un misionero tiene dificultades para cumplir estas medidas de protección, hágaselo saber al presidente de misión o al líder de la misión adecuado. Busque consejo acerca de cómo puede ayudar mejor al misionero que está teniendo dificultades.

  • Por lo general, los misioneros que tienen dificultades para hacer un uso correcto de la tecnología ya saben que lo que están haciendo está mal. Cuando pidan ayuda o necesiten sentir compasión, apoyo y amor, no los avergüence ni los culpe. Reaccione con calma y procure siempre la guía del Espíritu.

  • Trabaje con su compañero y su distrito para llegar a un acuerdo en cuanto a las maneras de apoyarse los unos a los otros. Si se da cuenta de que sus hábitos están fallando, hable con su compañero o con su líder de la misión. Con su ayuda, usted podrá:

    • Trazar un nuevo plan.

    • Establecer medidas de protección adicionales.

    • Pedirles que le ayuden a asumir su responsabilidad.

    • Analizar cualquier situación que deba cambiar para poder mantenerse enfocado en su propósito.

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dos misioneras mirando el teléfono

Trabajen juntos en unidad como compañerismo dondequiera que utilicen sus dispositivos móviles.

Recuerde que el Señor confía en usted y en cada misionero a quien Él ha llamado. Él ha proporcionado compañeros y líderes para protegerle y apoyarle; conoce los desafíos que usted afronta y está preparado para ayudarle a medida que usted lo ayuda a Él en esta extraordinaria obra. Como misioneros, ser uno no solo edifica la obra, sino que también le preparará a usted para la familia y las responsabilidades en la Iglesia que seguirán a su misión.

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dos misioneras utilizando computadoras de escritorio