2004
Regalos de Navidad para todo el año
diciembre de 2004


Tiempo para compartir

Regalos de Navidad para todo el año

“Y cualquier cosa que persuada a los hombres a hacer lo bueno viene de mí; porque el bien de nadie procede, sino de mí… yo soy la luz, y la vida, y la verdad del mundo” (Éter 4:12).

María y José viajaron a Belén hace más de 2.000 años. José trató de encontrar un lugar para ellos en una posada, pero no había ningún cuarto libre, aunque sí encontraron un establo donde María podría dar a luz.

Ésa fue la primera Navidad. No hubo grandes reuniones familiares ni decoraciones ni regalos envueltos en papel brillante, aunque sí hubo villancicos, cantos y regocijo. Los ángeles del cielo formaron un gran coro de gozo y alabanza por el nacimiento del Hijo de Dios (véase Lucas 2:13–14). Nuestro Padre Celestial nos dio un gran don: envió a Su Hijo Jesucristo.

Jesús nos dio el don de la Expiación y de la vida eterna. Jesucristo es nuestro Salvador y Redentor. Nos brindó el don de un ejemplo perfecto para que lo siguiéramos; nos mostró el don del amor y nos enseñó a amarnos los unos a los otros.

También nosotros podemos dar dones de servicio y amor. Jesús dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15). Demostramos nuestro amor por Jesús al observar Sus mandamientos y servir a nuestro prójimo, no sólo en Navidad, sino durante todo el año.

Decoraciones para regalar

Recorta los regalos que aparecen en la página A11 por las líneas negras y dóblalos por las líneas de puntos y adhiere las tapas a los lados con cinta adhesiva. Haz un agujero en la parte superior de cada regalo y átale un hilo. Cuelga los regalos donde puedas verlos. De cuando en cuando, abre un “regalo” y haz la actividad que aparezca en su interior. ¡Recuerda que puedes dar esos regalos durante todo el año!

Ideas para el Tiempo para compartir

  1. 1. Muestre una lámina de la Última Cena. Antes de Su crucifixión, Jesús repartió la Santa Cena entre Sus apóstoles para que tuvieran la manera de recordarle siempre y pudieran tener Su Espíritu consigo. Lean juntos Lucas 22:19. Muestre una lámina de Cristo cuando visitó a los nefitas. Después de Su Resurrección, Jesús enseñó a los nefitas a participar de la Santa Cena. Lean juntos 3 Nefi 18:6–7, 11. Jesucristo enseñó a los discípulos que cuando participaban de la Santa Cena, estaban renovando los convenios bautismales de recordarle siempre, tomar Su nombre sobre ellos y guardar Sus mandamientos. Muestre láminas sobre la bendición y la repartición de la Santa Cena en la actualidad. También nosotros podemos participar en la misma ordenanza que instituyó Jesús. Las oraciones sacramentales nos dicen que si recordamos a Jesucristo y guardamos Sus mandamientos, siempre tendremos Su Espíritu con nosotros. Lean las oraciones sacramentales en Moroni 4:3 y 5:2. Recuerde a los niños que sin la Expiación, la cual recordamos al participar de la Santa Cena, no celebraríamos la Navidad. Canten una canción o un himno.

  2. 2. Coloque en la pizarra las láminas sugeridas en la idea anterior y analicen cada una de ellas. Encima de las láminas escriba “Domingo” y hablen de cómo pueden los niños recordar a Jesús. El domingo podemos pensar en Él durante las reuniones, durante la Santa Cena y al cantar las canciones de la Primaria. Divida los niños en seis grupos y asigne a cada grupo un día de la semana (lunes, martes, miércoles, jueves, viernes o sábado). Invíteles a escribir o a hacer dibujos de cómo pueden recordar al Salvador durante toda la semana (por ejemplo, perdonar a otras personas, escoger lo correcto, guardar los mandamientos, ser amables o agradecidos). Permita que cada grupo disponga de una oportunidad de hablar. Luego diga: “Recordaré a Jesús si _______.” Lance una bolsita o saquito lleno de arroz o frijoles a uno de los niños. Diga al niño que complete la frase y que lance la bolsita a otro niño. Repitan la acción. Recuerde a los niños que podemos acordarnos del Salvador a lo largo de la semana.