2009
Ejemplo de los creyentes
Jan. 2009


Lema de la Mutual para 2009

Ejemplo de los creyentes

“…sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza” (1 Timoteo 4:12).

¿Puede la influencia de un joven o de una joven fiel marcar una diferencia en el mundo? La respuesta es ¡sí!

El Salvador Jesucristo les confía Su nombre, el cual recibieron en el bautismo. Confía en ustedes para que representen a la Iglesia y a su familia mediante una vida buena y llena de gratitud. Les pide que sean “ejemplo de los creyentes”, personas que atraigan a otras personas hacia Él, que obren milagros y que le ayuden a edificar el reino de Dios en la tierra.

El lema de la Mutual para 2009 se encuentra en 1 Timoteo 4:12, donde el apóstol Pablo da consejos a su joven amigo Timoteo. Lo que Pablo le enseñó a Timoteo también se aplica hoy a ustedes, ya que, a semejanza de Timoteo, ¡también son creyentes! “Ustedes son espíritus escogidos que han nacido en esta época” en que el evangelio de Jesucristo ha sido restaurado. Forman parte de una generación reservada para desempeñar “responsabilidades de edificar el reino de Dios”.1 Pueden influir en el mundo entero mediante el poder de su fe y su ejemplo de rectitud. Pablo sabía eso de Timoteo, y ¡nosotros lo sabemos de ustedes!

El presidente Thomas S. Monson dio un consejo excelente para que logremos ser “ejemplo de los creyentes”. Dijo lo siguiente: “Antes de tomar cualquier decisión, háganse estas preguntas: ¿Cómo me afectará? ¿Cómo me beneficiará?, y vean que su código personal de conducta no recalque tanto el ‘qué pensarán los demás?’, sino, más bien, el ‘¿qué pensaré yo de mí misma?’. Déjense influenciar por la voz apacible y delicada… tengan presente que hace algunos años, un hombre con la debida autoridad puso las manos sobre la cabeza de ustedes en el momento de la confirmación y dijo: ‘Recibe el Espíritu Santo’. Abran el corazón, abran el alma misma, a los susurros de esa voz que testifica de la verdad”2.

Los creyentes tienen un testimonio personal de Jesucristo, el cual siempre está creciendo; reconocen la gran bendición que representa el testimonio personal y desean compartir su conocimiento con los demás. Ustedes pueden compartir su testimonio mediante la palabra y el ejemplo.

El presidente Monson también enseñó: “Si está bien arraigado, su testimonio del Evangelio, del Salvador y de nuestro Padre Celestial influirá en todo cuanto hagan a lo largo de su vida. Les ayudará a determinar cómo emplear el tiempo y con quiénes relacionarse. Influirá en la manera de tratar a sus familiares y en su interacción con otras personas.Traerá amor, paz y dicha a su vida”3.

Viven en un mundo que procura a toda costa acaparar su tiempo y atención. Se enfrentan a muchas presiones y hay muchas voces que les asaltan. A veces quizá se sientan confundidos en cuanto a lo que deben hacer y qué es lo correcto. Cada semana tienen la oportunidad de tomar la Santa Cena y renovar sus convenios de “recordarle siempre [al Salvador], y… guardar sus mandamientos” (D. y C. 20:77). Al hacerlo, demuestran al Padre Celestial su voluntad de tomar sobre ustedes mismos el santo nombre de Su Hijo. Sus palabras y obras ponen de manifiesto ante los demás que de verdad están guardando los convenios que han aceptado. Al renovar y guardar sus convenios, el Espíritu Santo les guiará y les “[dirá] todas las cosas que [deben] hacer” (2 Nefi 32:3).

Las normas de Para la Fortaleza de la Juventud también les fortalecerán y les ayudarán a mantenerse firmes al dar el ejemplo a los demás. Al vivir estas normas, disfrutarán de la guía y de la compañía constante del Espíritu Santo. Sus pensamientos y obras serán diferentes de los del mundo, y su ejemplo influirá en otras personas. “Tendrán un buen concepto de ustedes mismos y serán una influencia positiva en la vida de los demás”4. Serán felices, y sus amigos y familiares se sentirán atraídos hacia ustedes por la luz y felicidad que irradian.

Así que les preguntamos: “¿Puede un joven o una jovencita que se esfuerce por vivir el Evangelio y ser un digno ejemplo de los creyentes marcar la diferencia en el mundo?”. Sabemos de todo corazón que la respuesta es un sonoro ¡sí! Creemos que al tener pensamientos, conversaciones y obras de naturaleza pura, marcarán la diferencia. ¡Creemos en ustedes!

Notas

  1. Para la Fortaleza de la Juventud (2001), págs. 2–3.

  2. Thomas S. Monson, “Sean un ejemplo”, Liahona, mayo de 2005, pág. 113.

  3. Liahona, mayo de 2005, pág. 114.

  4. Para la Fortaleza de la Juventud, págs. 2–3.

Ilustraciones fotográficas por Craig Dimond, John Luke y Christina Smith.