2011
Cómo estudiar el Libro de Mormón
Octubre de 2011


Cómo estudiar el Libro de Mormón

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Elder D. Todd Christofferson

Hace veinticinco años, el presidente Ezra Taft Benson (1899–1994) expuso las “…tres grandes razones por las cuales los Santos de los Últimos Días deberían hacer del estudio del Libro de Mormón un esfuerzo de toda la vida”1. Las razones fueron éstas:

  • Primero, el Libro de Mormón es la piedra clave de nuestra religión, de nuestro testimonio de Jesucristo, de nuestra doctrina y de nuestro testimonio en general.

  • Segundo, el Libro de Mormón se escribió para nuestros días.

  • Tercero, el Libro de Mormón nos ayuda a acercarnos más a Dios.

Estas razones por las que debemos estudiar el Libro de Mormón también sugieren algunas maneras de cómo estudiar ese libro de Escrituras tan singular.

La piedra clave de nuestra religión

Ya que el Libro de Mormón es la piedra clave de nuestro testimonio de Cristo y de la plenitud de Su evangelio, es importante que al estudiarlo pongamos especial atención a las muchas enseñanzas y testimonios del Salvador que contiene. Algunas personas lo han hecho al obtener un ejemplar nuevo y barato del Libro de Mormón y marcar todos los versículos que se refieren al Salvador, a Su ministerio y a Su misión, o que enseñan acerca de ellos. Esto brinda tanto un testimonio más profundo de que Jesús es el Hijo de Dios como un aprecio renovado por lo que Él ha hecho y sigue haciendo por nosotros.

Se escribió para nuestros días

Los autores del Libro de Mormón escribieron teniendo en mente a las generaciones futuras, específicamente a las de los últimos días. Al compendiar los anales nefitas, Mormón dijo que no podía incluir “ni la centésima parte” (véase 3 Nefi 5:8; véase también Palabras de Mormón 1:5). Moroni comentó: “…os hablo como si os hallaseis presentes, y sin embargo, no lo estáis. Pero he aquí, Jesucristo me os ha mostrado, y conozco vuestras obras” (Mormón 8:35). Estos dos autores y otros, obrando bajo inspiración, escribieron lo que sería de mayor beneficio para nosotros en estos últimos días.

Por lo tanto, debemos estudiar con estas preguntas en mente: “¿Por qué se incluyó esto? ¿Cómo se aplica a nuestros días y a mí?”. El presidente Benson comentó, por ejemplo, que en el Libro de Mormón hallamos un modelo para prepararnos para la Segunda Venida del Salvador. Aprendemos cómo viven los discípulos de Cristo en tiempos de guerra, cómo enfrentan la persecución y la apostasía, cómo llevan a cabo la obra misional y cómo responden a los peligros del materialismo2. Tal como lo hizo Nefi, al estudiar debemos “aplicar” las Escrituras a nosotros mismos, es decir, tratar de descubrir cómo poner en práctica lo que encontramos en el Libro de Mormón (véase 1 Nefi 19:23).

Acercarnos más a Dios

Para citar nuevamente al presidente Benson: “No es sólo que el Libro de Mormón nos enseña la verdad, aunque realmente sí lo hace; no es sólo que el Libro de Mormón da testimonio de Cristo, aunque de hecho, también lo hace; sino que hay algo más. Hay un poder en el libro que empezará a fluir a la vida de ustedes en el momento en que empiecen a estudiarlo seriamente”3.

De hecho, el estudio del Libro de Mormón invita al Espíritu, y el Espíritu es el medio por el cual se recibe revelación. Eso nos sugiere que estudiemos con detenimiento y meditación, reflexionando, orando y quizás tomando notas al leer, lo cual nos prepara para recibir más luz y entendimiento, tanto acerca de lo que estemos estudiando como de otros asuntos. A veces es útil leer todo el Libro de Mormón en un período relativamente breve a fin de captar el alcance de su historia y mensaje. Pero generalmente es mejor dedicar suficiente tiempo cada día al estudio del libro en lugar de leer un número fijo de versículos o páginas por día.

Ayudas para el estudio

Somos afortunados hoy en día por tener varias ayudas para facilitar nuestro estudio del Libro de Mormón. Algunas están incluidas con las Escrituras, por ejemplo, la Guía de temas y el Diccionario bíblico en la versión en inglés, y la Guía para el Estudio de las Escrituras en los demás idiomas; y en las ediciones Santo de los Últimos Días de las Escrituras, contamos con numerosas notas al pie de página y referencias correlacionadas en todas las páginas.

Otras ayudas para el estudio que se encuentran impresas son: la Guía de estudio para el miembro de la clase de la Escuela Dominical, la Guía de estudio para el alumno de seminario y el Manual del alumno de Instituto. Algo nuevo en nuestra época es la creciente cantidad de ayudas electrónicas, las cuales se describen en el recuadro de la página 31.

Un instrumento de conversión

El Libro de Mormón es un tesoro incomparable y el instrumento de conversión que el Señor ha diseñado y proporcionado para nuestra dispensación. Reconozco que es el fundamento de mi propio testimonio en cuanto a Jesucristo, al llamamiento profético de José Smith y a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días como “…el reino del Señor que de nuevo se ha establecido sobre la tierra”4. Me da gusto unir mi testimonio al de Jesucristo de que “…vive vuestro Señor y vuestro Dios, que es verdadero” (D. y C. 17:6). Ruego que el estudio del Libro de Mormón a lo largo de toda la vida profundice su conversión y los guíe por un curso directo hacia la vida eterna.

Notas

  1. Véase Ezra Taft Benson, “El Libro de Mormón: La [piedra] clave de nuestra religión”, Liahona, enero de 1987, págs. 3–7. Este discurso clásico se ha vuelto a imprimir en este ejemplar en las páginas 52–58.

  2. Véase Ezra Taft Benson, “El Libro de Mormón: La [piedra] clave de nuestra religión”, Liahona, enero de 1987, págs. 4, 6.

  3. Véase Ezra Taft Benson, “El Libro de Mormón: La [piedra] clave de nuestra religión”, Liahona, enero de 1987, pág. 6.

  4. Introducción al Libro de Mormón.

Ilustración fotográfica por Craig Dimond.