Seminario
Unidad 5: Día 3, Doctrina y Convenios 19:1–22


Unidad 5: Día 3

Doctrina y Convenios 19:1–22

Introducción

En junio de 1829, José Smith contrató los servicios del impresor Egbert B. Grandin para que imprimiera 5 000 ejemplares del Libro de Mormón por el precio de $3 000 dólares estadounidenses. Sin embargo, Grandin no quería comenzar la impresión, ni siquiera comprar la tipografía, hasta que se le garantizara el pago de su trabajo. En la revelación que se halla en Doctrina y Convenios 19, recibida probablemente en el verano de 1829, el Señor mandó a Martin Harris: “Da una parte de tus bienes… [y paga] la deuda que has contraído con el impresor” (D. y C. 19:34–35). Martin Harris garantizó personalmente el pago del precio de la impresión poniendo como aval su granja por si acaso la venta del libro no llegara a cubrir el costo.

El presidente Joseph Fielding Smith describió esa revelación, con sus enseñanzas sobre la Expiación, como “una de las grandes revelaciones recibidas en esta dispensación; hay muy pocas que la superen en importancia” (Church History and Modern Revelation, 2 tomos, 1953, tomo I, pág. 85).

Doctrina y Convenios 19:1–3

El Salvador declara que Él ha cumplido la voluntad del Padre

Lee Doctrina y Convenios 19:1–3 y determina lo que el Salvador dice en cuanto a quién es Él y lo que hizo. Marca las palabras o frases que enseñen que Jesucristo cumplió la voluntad de Su Padre y que Jesucristo nos juzgará de acuerdo con nuestras obras.

  1. En tu diario de estudio de las Escrituras, describe la forma en que el conocimiento de esas verdades sobre el Salvador pudo haber ayudado a Martin Harris a sentir paz y pudo haberle dado fortaleza para hacer la voluntad del Señor.

Doctrina y Convenios 19:4–12

Jesucristo explica el castigo eterno y el castigo sin fin

El Señor explicó algunas verdades que pueden ayudarnos a comprender mejor Su sacrificio expiatorio. Lee Doctrina y Convenios 19:4 y busca las palabras que completen la siguiente declaración doctrinal: Toda persona debe o . Si lo deseas, marca esa frase en tu ejemplar de las Escrituras.

Lee Doctrina y Convenios 19:5. ¿Cómo describió el Salvador el padecimiento de quienes no se arrepienten y sobre quienes, por lo tanto, sobrevienen Sus juicios? ¿De qué modo el conocimiento de esa verdad nos da una razón adicional para arrepentirnos de nuestros pecados?

Repasa Doctrina y Convenios 19:6–7 en busca de frases que a veces se usan para describir la condición de quienes no se arrepienten. Marca las frases “tormento sin fin” y “condenación eterna”. ¿Qué ideas acuden a tu mente al leer esas dos frases?

Repasa Doctrina y Convenios 19:8–12 en busca de datos que te ayuden a comprender por qué esas frases no se refieren al período en que las personas padecerán por sus pecados.

¿Has notado que “Sin Fin” es uno de los nombres de Dios? Eso significa que “castigo sin fin” o “castigo eterno” es “castigo de Dios”. ¿Qué crees que signifique “castigo de Dios”?

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Élder James E. Talmage

El élder James E. Talmage, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó: “El infierno tiene una salida así como una entrada. El infierno no es un lugar al que un juez vengativo envía prisioneros para que sufran y sean castigados únicamente para su propia gloria, sino que es un lugar preparado para enseñar y disciplinar a quienes no aprendieron aquí en la tierra lo que debieron haber aprendido. Es cierto que leemos sobre el castigo eterno, el sufrimiento interminable, la condenación eterna; esas son expresiones terribles; pero en Su misericordia, el Señor aclaró lo que dichas palabras significan. ‘Castigo eterno’, dice Él, es castigo de Dios, puesto que Él es eterno, y esa condición o estado o posibilidad existirá siempre para el pecador que merezca y en verdad necesite tal condenación; mas eso no significa que a la persona que padece o ha pecado se la hará soportar o sufrir eterna y sempiternamente. Ningún hombre se ha de mantener en el infierno más de lo que sea necesario para adecuarlo a fin de ir a un lugar mejor. Cuando llegue a esa etapa se abrirán las puertas de la prisión y habrá gozo entre las huestes que le darán la bienvenida a un estado mejor. El Señor no ha cambiado en nada lo que ha dicho en dispensaciones anteriores concerniente a la forma en que operan Su ley y Su evangelio, sino que en todo ello nos ha dejado en claro Su bondad y misericordia, puesto que Su obra y Su gloria es llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre” (en Conference Report, abril de 1930, pág. 97).

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Presidente Joseph Fielding Smith

El presidente Joseph Fielding Smith ofreció esta reflexión: “El mismo castigo siempre viene después de la misma ofensa, de acuerdo con las leyes de Dios, quien es eterno y sin fin; por lo tanto al castigo se le llama castigo sin fin y castigo eterno, porque es el castigo que Dios ha fijado de acuerdo con la ley inmutable. El hombre puede participar del tormento eterno y cuando ha pagado la deuda de sus transgresiones es liberado, pero el castigo permanece y espera al próximo culpable y así para siempre” (Doctrina de Salvación, comp. por Bruce R. McConkie, 3 tomos, 1979, tomo II, pág. 215).

El presidente J. Reuben Clark, de la Primera Presidencia, proporcionó más información al enseñar sobre la verdadera naturaleza de Dios. Al leer la explicación, piensa sobre la forma en que comprender la naturaleza de Dios nos ayuda a entender en cuanto el castigo de Dios.

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Presidente J. Reuben Clark

“No puedo adherirme a la doctrina moderna de que Dios no castiga, puesto que no puedo desechar todas los pasajes de las Escrituras que existen a fin de llegar a esa conclusión; [en cambio] siento que cuando el Señor venga a darnos nuestro galardón… y nuestro castigo… nos dará el menor castigo de los que se apliquen a nuestra transgresión. Creo que Él sumará a Su justicia todo el amor infinito, las bendiciones, la misericordia, la bondad y la comprensión que Él posee…

“Además, por otro lado, creo que cuando se trate de los galardones por nuestra buena conducta, nos dará lo máximo que le sea posible dar, teniendo presente la ofensa que hayamos cometido” (“As Ye Sow…”, Brigham Young University Speeches of the Year, 3 de mayo de 1955, págs. 6–7).

Doctrina y Convenios 19:13–22

El Salvador habla de Su padecimiento por el pecado

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Cristo en Getsemaní

El Salvador quiere que recibamos bendiciones y nuestra vida mejore por medio de Su sacrificio expiatorio. Lee Doctrina y Convenios 19:13–17 y completa esta afirmación: Quienes decidan no arrepentirse .

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Élder Neal A. Maxwell

El élder Neal A. Maxwell, del Cuórum de los Doce Apóstoles, nos recordó que tenemos que tomar una decisión: “Al fin, terminaremos escogiendo ya sea ¡la forma de vivir de Cristo o Su forma de padecer! Se trata de ‘padecer así como yo’ (D. y C. 19:17) o de vencer ‘como [Él ha] vencido’ (Apocalipsis 3:21)” (“Al que venciere… así como yo he vencido”, Liahona, julio de 1987, pág. 72).

Medita en tus propias decisiones. ¿Te conducen a una vida más semejante a la de Cristo o te llevan a un futuro de padecimiento por tus pecados?

La mayoría de las narraciones del padecimiento de Jesucristo las relatan otra persona (véanse Mateo 26:36–39; Lucas 22:39–44). Doctrina y Convenios 19 contiene el relato del Salvador de Su propio padecimiento.

  1. Lee Doctrina y Convenios 19:15, 18–19 y responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:

    1. ¿Cómo describió el Salvador el sufrimiento que padeció en Getsemaní?

    2. ¿Qué sientes en cuanto a que el Salvador haya sufrido el castigo por tus pecados?

    3. ¿De qué modo el conocimiento en cuanto al padecimiento del Salvador pudo haber instado a Martin Harris a arrepentirse de sus pecados, tal como el Señor le indicó que hiciera en esta revelación?

  2. Lee Doctrina y Convenios 19:20 y contesta las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:

    1. ¿Por qué crees que al retirarse el Espíritu sobreviene sufrimiento?

    2. ¿De qué forma podría ser útil recordar las ocasiones en que hemos tenido que padecer las consecuencias de nuestros pecados?

Recuerda algunos momentos en que hayas sufrido por causa de tus pecados y hayas sentido la necesidad de arrepentirte. Al meditar en dichos momentos, recuerda cuando sentiste la compañía del Espíritu y cuando sentiste que Este se había retirado. ¿Qué hiciste para gozar de la compañía del Espíritu Santo de nuevo?

  1. Utiliza Doctrina y Convenios 19:13–16, 20 para contestar la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿De qué manera el mandamiento del Señor de arrepentirse es una prueba del amor que nos tiene?

Durante la semana entrante, comparte tu testimonio con algún familiar o amigo sobre una de las doctrinas o uno de los principios que hayas aprendido al estudiar Doctrina y Convenios 19:1–22. Considera ofrecerle al maestro compartir tu experiencia la siguiente vez que se reúnan.

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Dominio de las Escrituras: Doctrina y Convenios 19:16–19

Comienza a memorizar Doctrina y Convenios 19:16–19 escribiendo el pasaje del Dominio de las Escrituras palabra por palabra en una hoja de papel. Valiéndote del papel, lee el pasaje en voz alta varias veces; luego cubre (o borra) algunas palabras o frases del papel. Sigue recitando el pasaje del Dominio de las Escrituras, repitiendo de memoria las partes cubiertas. Repite el proceso hasta que te sientas seguro de recitar el pasaje completo.

  1. En tu diario de estudio de las Escrituras, apunta, de memoria, todo lo que puedas de este pasaje del Dominio de las Escrituras.

  2. Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:

    He estudiado Doctrina y Convenios 19:1–22 y he terminado esta lección el (fecha).

    Preguntas adicionales, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con mi maestro: