Seminario
Unidad 18: Día 1, Doctrina y Convenios 84:1–42


Unidad 18: Día 1

Doctrina y Convenios 84:1–42

Introducción

En septiembre de 1832, los misioneros regresaron a Kirtland, Ohio, luego de haber predicado el Evangelio en los estados del este de EE. UU. Durante su feliz reunión, el profeta José Smith recibió la revelación que ahora está registrada en Doctrina y Convenios 84, la cual recibió en el transcurso de dos días: 22 y 23 de septiembre. (Existen algunas evidencias históricas que señalan que el 22 de septiembre se recibieron los versículos 1–41, y el 23 de septiembre, los versículos 42–120). Tu estudio de Doctrina y Convenios 84 abarcará dos lecciones. La primera cubrirá las instrucciones del Señor relativas al sacerdocio y la manera en que este nos prepara para recibir todo lo que el Padre Celestial tiene.

Doctrina y Convenios 84:1–30

El Señor declara que se ha de construir un templo y explica los propósitos del sacerdocio

Piensa en un templo que hayas visitado o que te gustaría visitar. ¿De qué manera le explicarías a un amigo que no es de tu religión las diferencias entre el templo y otros edificios de la comunidad?

Lee Doctrina y Convenios 84:2–5 y marca las palabras o frases que empleó el Señor para hacer entender a los santos la importancia de edificar un templo.

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Templo de Santo Domingo, República Dominicana

En estos versículos se repite la profecía que en el condado de Jackson, Misuri, se construirán la ciudad de la Nueva Jerusalén y un templo. Más adelante, sin embargo, en 1841, el Señor les indicó a los santos que ya no se requería de ellos en esa época que edificaran la ciudad ni el templo en Misuri debido a la intensa persecución por parte de los enemigos de la Iglesia (véase D. y C. 124:49). La frase “esta generación” en Doctrina y Convenios 84:5 se refiere a la profecía concerniente a la edificación de la Nueva Jerusalén y del templo, que ha de acontecer aún y se cumplirá en algún tiempo futuro (véase Moisés 7:62).

Doctrina y Convenios 84 brinda la oportunidad de aprender acerca de las bendiciones importantes que puedes recibir en el templo. Antes de que sigas con tu estudio de esta sección, conviene que repases algunos términos clave relacionados con los principios que enseñó el Señor en esta revelación. En la tabla siguiente, lee detalladamente las definiciones doctrinales en la columna de la derecha. Une cada una con el término a la izquierda que le corresponda.

Término

Definición

  1. Convenio

  2. Ordenanza de salvación

  3. Sacerdocio de Melquisedec

  4. Sacerdocio Aarónico

  1. El sacerdocio mayor, el cual administra los asuntos espirituales

  2. El sacerdocio preparatorio, que tiene las llaves del ministerio de ángeles, del evangelio de arrepentimiento y del bautismo

  3. Un acuerdo sagrado entre Dios y el hombre

  4. Un acto sagrado esencial para la exaltación y acompañada de convenios

(Véanse las respuestas de esta actividad de concordancia al final de la lección).

Lee la lista siguiente de ordenanzas y bendiciones del sacerdocio, y coloca una marca en la columna izquierda junto a aquellas que se consideren ordenanzas de salvación:

Bautismo

Confirmación

Dar nombre y bendición a niños pequeños

Conferir el Sacerdocio de Melquisedec (para varones)

Bendecir a los enfermos

La investidura del templo

El sellamiento del matrimonio

Exceptuando el dar nombre y bendición a los niños pequeños y el bendecir a los enfermos, cada una de las ordenanzas en la lista es una ordenanza de salvación. Las ordenanzas del sacerdocio de dar nombre y bendición a los niños pequeños, y bendecir a los enfermos bendicen a las personas que las reciben, pero no son esenciales para la salvación.

En Doctrina y Convenios 84:6–19, aprendemos que Moisés era poseedor del Sacerdocio de Melquisedec, o el “sacerdocio mayor” (D. y C. 84:19). Él podía establecer el origen de su línea de autoridad del sacerdocio hasta Dios. Por ser un recto poseedor del sacerdocio, Moisés deseaba ayudar a las demás personas a acercarse a Dios mediante las ordenanzas salvadoras del sacerdocio.

Lee Doctrina y Convenios 84:19–22 y encuentra las bendiciones que podemos recibir por medio del Sacerdocio de Melquisedec.

Observa en el versículo 20 que en las ordenanzas del Sacerdocio de Melquisedec se manifiesta el poder de la divinidad. Exceptuando el bautismo, todas las ordenanzas de la tabla anterior deben ser efectuadas por la autoridad del Sacerdocio de Melquisedec. ¿Cómo crees que se manifiesta el poder de la divinidad en esas ordenanzas?

Dos de las ordenanzas salvadoras del Sacerdocio de Melquisedec: la investidura del templo y el sellamiento, pueden recibirse únicamente en el templo. De acuerdo con Doctrina y Convenios 84:22, ¿por qué es importante que recibamos las ordenanzas salvadoras del Sacerdocio de Melquisedec?

El versículo 22 puede referirse al hecho de poder ver a Dios en esta vida, pero en definitiva se refiere a la capacidad de morar en la presencia de Dios en la eternidad. Podrías escribir el principio siguiente en el margen de tu ejemplar de las Escrituras, junto a los versículos 21–22: Para llegar a ser como Dios y morar en Su presencia, debemos recibir las ordenanzas salvadoras del Sacerdocio de Melquisedec.

  1. En tu diario de estudio de las Escrituras, escribe sobre los principios que has aprendido hasta ahora en tu estudio de Doctrina y Convenios 84 y cómo te permiten entender la importancia del sacerdocio y de los templos.

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Élder Russell M. Nelson

Al estudiar la siguiente declaración del élder Russell M. Nelson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, piensa por qué es importante que recibas todas las ordenanzas salvadoras del Evangelio, entre ellas las que solo están disponibles en los templos: “El templo es el objeto de toda actividad, de toda lección y de todo paso de progreso en la Iglesia. Todos nuestros esfuerzos por proclamar el Evangelio, perfeccionar a los santos y redimir a los muertos conducen al santo templo. Las ordenanzas del templo son absolutamente cruciales; no podemos regresar a la gloria de Dios sin ellas” (“Preparémonos para las bendiciones del templo”, Liahona, octubre de 2010, pág. 41).

Lee Doctrina y Convenios 84:23 y descubre algo que Moisés procuró hacer. Recuerda que la palabra santificar significa purificar y hacer santo. Luego lee Doctrina y Convenios 84:24–25 y observa cómo respondieron los hijos de Israel a los esfuerzos de Moisés por enseñarles. ¿Cuáles fueron las consecuencias de sus actos?

Como habrás descubierto, los hijos de Israel perdieron la oportunidad de recibir las ordenanzas salvadoras del Sacerdocio de Melquisedec. No obstante, el Señor no cesó de ayudarles a progresar. Él permitió que el sacerdocio menor, o Sacerdocio Aarónico, continuara con ellos. Lee Doctrina y Convenios 84:26–28 y determina de qué modo el Señor continuó bendiciendo a los hijos de Israel. Al estudiar esto, podrías marcar las bendiciones que recibimos mediante el Sacerdocio Aarónico.

Es conveniente que sepas que la frase en el versículo 28: “se bautizó mientras estaba aún en su niñez”, se refiere al bautismo de Juan cuando tenía ocho años. La frase “cuando tenía ocho días de edad, el ángel de Dios lo ordenó” significa que Juan fue apartado “con el objeto de… enderezar las sendas del Señor ante la faz de su pueblo, a fin de prepararlo [al pueblo] para la venida del Señor”. No se refiere al tiempo en que recibió el Sacerdocio Aarónico. La ordenación de Juan al Sacerdocio Aarónico ocurrió después de su bautismo (véase Bruce R. McConkie, The Mortal Messiah: From Bethlehem to Calvary, 4 tomos,1979–1981, tomo I, págs. 384–385).

El Sacerdocio Aarónico nos prepara para recibir las ordenanzas y bendiciones del Sacerdocio de Melquisedec. Por ejemplo, después del bautismo, que es una ordenanza del Sacerdocio Aarónico, recibimos el don del Espíritu Santo por medio de la autoridad del Sacerdocio de Melquisedec. Cuando participamos de la Santa Cena, una ordenanza del Sacerdocio Aarónico, renovamos los convenios que nos permiten santificarnos y recibir la compañía constante del Espíritu Santo y que nos ayudan a prepararnos para recibir ordenanzas y hacer convenios en el templo. El servicio de un hombre joven como poseedor del Sacerdocio Aarónico lo prepara para recibir el Sacerdocio de Melquisedec.

  1. Responde la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿Qué puedes hacer ahora para prepararte para recibir todas las ordenanzas salvadoras del Evangelio?

Doctrina y Convenios 84:31–42

El Señor enseña el juramento y convenio del sacerdocio

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Moisés llama a Aarón al ministerio

Conforme estudies el juramento y convenio del sacerdocio, ten presente que “un juramento es una afirmación solemne de ser fiel a las promesas que se hayan hecho; un convenio es una promesa solemne que se hacen dos personas entre sí. El Sacerdocio Aarónico se recibe solamente por convenio. Los poseedores del Sacerdocio de Melquisedec reciben el sacerdocio tanto por un juramento tácito como por un convenio. Cuando los poseedores del sacerdocio son fieles y magnifican sus llamamientos según la dirección recibida de Dios, Él los bendice. Los que sean fieles hasta el fin y hagan todo lo que Dios les pida recibirán todo lo que el Padre tiene (D. y C. 84:33–39)” (Guía para el Estudio de las Escrituras, “Juramento y Convenio del Sacerdocio”; escrituras.lds.org). El “convenio” es el acuerdo del hombre con Dios, y el “juramento” se refiere a las promesas solemnes de Dios hacia quienes observen el convenio.

En Doctrina y Convenios 84:31–32 se enseña que los poseedores del sacerdocio en los últimos días (“los hijos de Moisés y Aarón”) trabajarán en la Casa del Señor (el templo) y serán llenos de la gloria del Señor. En Doctrina y Convenios 84:33–44 se encuentra el juramento y convenio del sacerdocio. Allí aprendemos este principio: Si los que reciben el sacerdocio magnifican sus llamamientos, Dios los santificará y les dará todo lo que Él tiene.

  1. Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras: El Señor promete… Luego estudia Doctrina y Convenios 84:33–44, y descubre al menos cinco promesas que el Señor da a quienes entran en el juramento y convenio del sacerdocio. (Puedes comparar tus respuestas con las que se indican al final de la lección).

El presidente Gordon B. Hinckley enseñó lo siguiente sobre los poseedores del sacerdocio que magnifican sus llamamientos:

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Presidente Gordon B. Hinckley

“Magnificamos nuestro sacerdocio y honramos nuestro llamamiento cuando servimos con diligencia y entusiasmo en los cargos que nos delegan las autoridades correspondientes…

“Cuando nos acercamos para ayudar a los que nos necesitan y fortalecer a los que flaquean, magnificamos nuestro llamamiento y aumentamos el potencial de nuestro sacerdocio…

“Magnificamos nuestro llamamiento cuando somos hombres honrados e íntegros” (“Magnifiquemos nuestro llamamiento”, Liahona, julio de 1989, pág. 60).

Todos los miembros de la Iglesia que reciben llamamientos y son apartados reciben bendiciones mediante el Sacerdocio de Melquisedec para magnificar sus llamamientos en la Iglesia. El presidente Thomas S. Monson ofreció una simple explicación sobre el modo en que cada uno puede magnificar su llamamiento: “¿Y cómo se magnifica un llamamiento? Simplemente llevando a cabo el servicio que le corresponde” (“El poder del sacerdocio”, Liahona, enero de 2000, pág. 60).

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Reunión de cuórum del Sacerdocio Aarónico
  1. En tu diario de estudio de las Escrituras, responde las siguientes preguntas sobre el significado de magnificar un llamamiento:

    1. ¿De qué manera un poseedor del sacerdocio magnifica su llamamiento en el sacerdocio?

    2. ¿De qué forma has sido bendecido porque alguien magnificó su llamamiento?

El deber de todos los poseedores del sacerdocio es prepararse a sí mismos y a los demás para recibir las ordenanzas salvadoras del Evangelio y vivir conforme a los convenios correspondientes, a fin de heredar la vida eterna con el Padre Celestial.

  1. Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:

    He estudiado Doctrina y Convenios 84:1–42 y he terminado esta lección el (fecha).

    Preguntas adicionales, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con mi maestro: