El 1º de marzo de 1832, el Señor reveló al profeta José Smith la revelación que ahora se encuentra registrada en Doctrina y Convenios 78. En esa revelación, el Señor le mandó al Profeta organizar una empresa (más tarde conocida como la Firma Unida) para administrar los almacenes y la labor de publicación de la Iglesia. El Señor también describió las bendiciones que los santos recibirían si obedecían el mandamiento de organizar esa empresa. A fin de proteger esa empresa operada por la Iglesia de los ataques de los enemigos de la misma, se alteró parte del lenguaje de la revelación cuando se publicó por primera vez en la edición de Doctrina y Convenios de 1835. Por ejemplo, la palabra firma fue sustituida por orden (véase D. y C. 78:4).
Aproximadamente al mismo tiempo que el Señor mandó a José Smith organizar la Firma Unida, también dio las revelaciones registradas en Doctrina y Convenios 79–80. En esas revelaciones, el Señor llamó a Jared Carter, a Stephen Burnett y a Eden Smith a servir como misioneros.
El Señor manda al profeta José Smith organizar la Firma Unida
El dinero es un componente importante del mundo en que vivimos, y puede utilizarse para propósitos justos o malignos. Anota en el espacio a continuación varias maneras en que se puede usar el dinero para propósitos justos o para propósitos malos.
Propósitos justos
Popósitos malos
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barriles y sacos de grano
En mayo de 1831, el Señor mandó que se estableciera un almacén para juntar los bienes y el dinero excedentes para el beneficio de los pobres (véase D. y C. 51). La Iglesia también necesitaba fondos para comprar tierras y financiar la publicación de las revelaciones que el profeta José Smith había recibido. Existían tres organizaciones diferentes para generar esos fondos: (1) la tienda de Newel K. Whitney en Kirtland, Ohio; (2) una tienda que operaba Sidney Gilbert en Misuri y (3) la Firma Literaria, que se había establecido para supervisar la impresión de las publicaciones de la Iglesia. Las instrucciones del Señor en Doctrina y Convenios 78:3 llevaron a consolidar esas tres organizaciones en una. La nueva organización se llamaría la Firma Unida, y estaría integrada por José Smith, Sidney Rigdon, Newel K. Whitney, Edward Partridge, Sidney Gilbert, Oliver Cowdery, John Whitmer, William W. Phelps y Martin Harris.
Responde la pregunta siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras: De acuerdo con Doctrina y Convenios 78:4, ¿cuál era la causa que deseaba adelantar el Señor mediante la Firma Unida?
Como se menciona en estos versículos, las cosas celestiales abarcan bendiciones de naturaleza eterna como el conocimiento, el testimonio y las oportunidades de recibir las ordenanzas de salvación.
Es conveniente saber que ser iguales en las cosas terrenales no implica que todos tendrán exactamente las mismas posesiones, sino que cada familia dispondrá de suficientes recursos para sus necesidades y carencias, de acuerdo con sus circunstancias particulares.
En tu diario de estudio de las Escrituras, escribe brevemente por qué piensas que ser iguales en las cosas terrenales nos permite ser iguales en el logro de las cosas espirituales.
Lee Doctrina y Convenios 78:7. En tu lectura, busca una razón más por la que el Señor mandó a los santos instituir la Firma Unida y velar por los pobres. Luego, completa el principio siguiente: Hacer las cosas que el Señor ha mandado nos prepara para .
¿De qué forma piensas que el obedecer el mandamiento de organizar la Firma Unida ayudaría a los santos a prepararse para heredar un lugar en el Reino Celestial?
Haz una lista en tu diario de estudio de las Escrituras de tantos mandamientos como puedas en un minuto. Entonces, selecciona uno de los mandamientos de tu lista y escribe algunas frases que expliquen cómo la obediencia a ese mandamiento puede prepararte para heredar un lugar en el Reino Celestial.
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Élder Dallin H. Oaks
A medida que leas la siguiente declaración del élder Dallin H. Oaks, del Cuórum de los Doce Apóstoles, considera por qué es importante comprender el propósito del Señor al darnos mandamientos: “… el juicio final no es simplemente una evaluación de la suma total de las obras buenas y malas, o sea, lo que hemos hecho. Es un reconocimiento del efecto final que tienen nuestros hechos y pensamientos, o sea, lo que hemos llegado a ser. No es suficiente que cualquiera tan solo actúe mecánicamente. Los mandamientos, las ordenanzas y los convenios del Evangelio no son una lista de depósitos que tenemos que hacer en alguna cuenta celestial. El evangelio de Jesucristo es un plan que nos muestra cómo llegar a ser lo que nuestro Padre Celestial desea que lleguemos a ser” (“El desafío de lo que debemos llegar a ser”, Liahona, enero de 2001, pág. 40).
Responde la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿De qué manera el que entiendas el propósito del Señor al darnos mandamientos te ayudará a obedecerle con mayor fidelidad?
Lee Doctrina y Convenios 78:8–9 y busca los nombres de las personas señaladas por el Señor para organizar la Firma Unida.
Observa en el versículo 9, que el Señor mandó que esos hombres se sentaran en concilio con los santos de Sion, o sea, los miembros de la Iglesia en Independence, Misuri. Para obedecer ese mandamiento, José Smith, Newel K. Whitney y Sidney Rigdon tendrían que viajar casi 1600 km entre Hiram, Ohio, e Independence, Misuri, y otros tantos para volver. En abril de 1832, a menos de un mes de haberse recibido la revelación, los tres hombres obedecieron el mandamiento y viajaron a Misuri.
¿Qué aprendes de su respuesta acerca de la fe en el Señor y la obediencia a Sus mandamientos?
Poco después de su llegada a Misuri, los tres hombres celebraron un consejo en el cual organizaron la Firma Unida de conformidad con el mandato de la revelación. Las ganancias que se derivaron de las operaciones de la Firma Unida fueron colocadas en el almacén para atender a los pobres y para costear otras necesidades financieras de la Iglesia.
En Doctrina y Convenios 78:10–16, el Señor hizo hincapié en la importancia de la Firma Unida. Él explicó que si los santos seguían Sus instrucciones, tendrían Su ayuda para cumplir con Sus mandamientos, y la Iglesia se sostendría independiente de todas las demás entidades terrenales.
El Señor describe las bendiciones que están disponibles para quienes guarden Sus mandamientos
Piensa en algunos de los dones o bendiciones que recibiste cuando eras más joven y que ahora que eres mayor valoras aún más. ¿Por qué ahora valoras más esos dones o bendiciones? Piensa en cómo se relaciona esto con las bendiciones que nuestro Padre Celestial ha preparado para nosotros.
Lee Doctrina y Convenios 78:17–18, y descubre en qué sentido los santos eran como niños pequeños. (Podrías colocar tu nombre en lugar del pronombre vosotros y “te” en lugar de os para personalizar estos versículos).
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Cristo con las ovejas
Medita en cómo el saber que el Señor nos guiará (D. y C. 78:18) nos ayuda a ser de buen ánimo, aun cuando no podamos entender ni sobrellevar todas las cosas.
Escribe en tu diario de estudio de las Escrituras un discurso de dos minutos basado en Doctrina y Convenios 78:19. En tu discurso, asegúrate de incluir lo siguiente: (1) información de contexto relacionada con este pasaje, (2) el principio que enseña y (3) una experiencia personal que ilustre la verdad que este pasaje enseña. Cuando hayas terminado de preparar tu discurso, compártelo con un miembro de tu familia o con uno de tus amigos. Tu maestro de Seminario tal vez también te invite a compartirlo con la clase.
A Jared Carter, Stephen Burnett y Eden Smith se les llama a servir en una misión
En las revelaciones registradas en Doctrina y Convenios 79 y 80, el Señor llamó a tres hombres a servir como misioneros. Lee cada sección, y busca los principios que se apliquen a la obra misional. Medita sobre la manera en que puedes poner en práctica los principios que aprendiste a fin de compartir el Evangelio con algún conocido con mayor eficacia.
Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy: