Historia de la Iglesia
“Conozco cada clavo”


“‘Conozco cada clavo’”, Historias mundiales: Samoa Estadounidense, 2020

“‘Conozco cada clavo’”, Historias mundiales: Samoa Estadounidense

“Conozco cada clavo”

En septiembre de 1955, apenas una semana después de que Mote Siufanua, de veintiséis años, se uniera a la Iglesia, su presidente de distrito le preguntó si podría servir en una misión de trabajos manuales. Cuando Mote le dijo a su madre que tenía pensado ir, ella lo apoyó, aunque le preocupaba lo que podría pensar el padre de él, un líder de la Iglesia de la Sociedad Misional Londinense. “Como sabes, soy el diácono principal de esta iglesia”, le dijo su padre cuando Mote fue a hablar con él. “Pero me parece bien. Adelante”. Mote recibió su llamamiento el martes siguiente. Su primera asignación consistió en ir a Suva, Fiji, donde, a petición del Gobierno, los misioneros tenían que construir un centro de reuniones en menos de un año. Estando allí, Mote prestó servicio como presidente de la Asociación de Mejoramiento Mutuo y luego en la presidencia de rama. Después de que su cuadrilla terminara el centro de reuniones de Suva en tan solo diez meses, Mote prosiguió su misión en Samoa.

Aunque aún era un converso reciente, Mote aprendió sobre el Evangelio y el servicio en la Iglesia gracias a los misioneros de enseñanza. Acompañó a otros misioneros de trabajos manuales a clases matutinas y vespertinas que impartían maestros de la escuela secundaria de la Iglesia a fin de preparar a los alumnos para la educación superior. Por su parte, daba clases de lectura y redacción a otros misioneros de trabajos manuales cada día después de la cena. Tras ampliar su misión por otros dos años y finalmente volver a casa, Mote se casó con Safiono, una miembro de la Iglesia de Samoa Occidental. Tuvieron nueve hijos y sirvieron fielmente en la Iglesia en Samoa Estadounidense. En 1968, toda la familia viajó al Templo de Nueva Zelanda para sellarse.

La experiencia de Mote como misionero de trabajos manuales lo preparó para desarrollarse profesionalmente en el ámbito de la construcción, recibir otras asignaciones de la Iglesia relacionadas con la construcción de edificios y servir en el Barrio Faleniu. Siempre se aseguró de que la construcción de los edificios de la Iglesia se hiciera con excelencia. En cierta ocasión, mientras inspeccionaba una viga que se acababa de instalar, pidió a los trabajadores que la retiraran. “Cualquier cosa que hagamos para el Señor, la haremos lo mejor que sepamos”, les dijo.

En 1981, cuando se inició la construcción del Templo de Apia, Samoa, se pidió a los santos de Samoa Estadounidense que donaran de su tiempo y medios a la construcción, tal y como estaban haciendo los miembros de Samoa. “Vi la fe de las mujeres que colaboraron”, dijo Mote, quien también realizó viajes con otros hombres de Samoa Estadounidense para ayudar en la construcción. Mote formó parte del grupo al que se le asignó la construcción de la torre donde se colocaría al ángel Moroni. “Colaboré en el templo desde la base hasta el último clavo del tejado”, dijo con posterioridad. “Conozco cada clavo… Siento que formé parte del templo”.

En 2003, un incendio destruyó el templo en el que tanto habían trabajado los santos de Samoa Estadounidense y de Samoa, aunque la estatua del ángel Moroni, montada en la torre que Mote había ayudado a construir, soportó las llamas. En 2005, durante la reconstrucción del templo, la estatua nuevamente ocupó su lugar en lo más alto. Catorce años después, en 2019, el presidente Russell M. Nelson anunció los planes para edificar un templo en Pago Pago, Samoa Estadounidense, acercando así el templo un poco más a los santos de esa nación y añadiendo otro capítulo a su extenso legado de fe.