Historia de la Iglesia
Terreno sagrado


Terreno sagrado

A medida que aumentaba el número de miembros de la Iglesia, los líderes comenzaron a comprar propiedades en todo el país para centros de reuniones y otros fines. En 1970, el maestro de Gregory Billikopf, que era sacerdote, anunció que se iba a vender su escuela católica a los “mormones”. El maestro comentó: “Ustedes los chilenos piensan que la Iglesia católica es la única religión”. Billikopf pensó: “Por supuesto, ¿qué otra más?”. A él y a los demás alumnos se les dijo que escribieran un informe sobre La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. El informe de Billikopf recibió la calificación más alta de la clase, pero, lo que es más importante, al final condujo a su conversión a la Iglesia. Más tarde, Billikopf escribió: “¿Cómo iba a saber […] que un día, en esa propiedad [la escuela católica], asistiría a la casa del Señor: el Templo de Santiago, Chile?”.

Ese templo se construyó durante un tiempo turbulento para la Iglesia en Chile. Al creer erróneamente que la Iglesia actuaba para el gobierno de los Estados Unidos, ciertos grupos políticos causaron daños o destruyeron centros de reuniones y atacaron a miembros. A pesar de los peligros, el número de miembros continuó aumentando rápidamente, lo que llevó a que en 1980 se anunciara el Templo de Santiago, Chile, el primero de habla hispana para Sudamérica. Los miembros se reunieron de todas partes del país para asistir a la dedicación en 1983.

Dos décadas más tarde, mientras servía como Presidente de Área en Chile, el élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, se refirió a los miembros chilenos como ejemplos de asistencia al templo: “Para los santos de Punta Arenas, es un viaje en autobús de ida y vuelta de 6750 km. A un matrimonio puede costarle hasta el 20 por ciento de sus ingresos anuales, solo en transporte”. También señaló el apoyo que los participantes de la caravana que viajó al templo recibían de sus compañeros santos: “Solamente 50 personas pueden ir en el autobús, pero en todas las excursiones acuden unas 250 personas más para tener un breve servicio de despedida la mañana en que se marchan”.