Historia de la Iglesia
Llevando el Evangelio restaurado a Noruega


Llevando el Evangelio restaurado a Noruega

En marzo de 1842, George P. Dykes, un misionero enviado desde Nauvoo, Illinois, comenzó a predicar entre los inmigrantes noruegos en Fox River, Illinois. Antes de terminar el año, cerca de cien conversos noruegos fueron bautizados, y se organizó una rama. Dos años después, los líderes de la Iglesia visitaron la región, compraron la tierra e hicieron el trazado de un asentamiento al que llamaron Noruega. Brigham Young lo llamó “un lugar de recogimiento para el pueblo escandinavo”, donde se construiría un templo en el que podrían recibir las ordenanzas en su propio idioma.

A medida que aumentaban los problemas en Illinois, los planes para edificar Noruega (igual que Nauvoo) pronto se dejaron de lado. Aunque Noruega nunca se construyó, el deseo de llevar la plenitud del Evangelio al pueblo noruego en su propio idioma persistió.

En octubre de 1849, el presidente Brigham Young llamó a Erastus Snow, uno de los miembros más recientes del Cuórum de los Doce Apóstoles, a predicar en Escandinavia. Al llegar a Copenhague, Dinamarca, en junio de 1850, Snow y sus compañeros establecieron las oficinas de la misión.

El 3 de septiembre de 1851, Svend Larsen, un marino mercante noruego, se preparaba para zarpar del puerto de Aalborg y regresar a Noruega, cuando escuchó que Snow se encontraba en un pueblo cercano y buscó la ocasión para hablar con él sobre aquella nueva religión. Después de que Snow hiciera a Larsen un breve resumen del Evangelio restaurado, este se ofreció a llevar al misionero Hans F. Petersen a Noruega.

Ellos llegaron a Risør el 11 de septiembre de 1851. Petersen comenzó a predicar en la región, pero pronto encontró oposición, preguntas del Gobierno y finalmente rechazo. A pesar de que legalmente se les impedía predicar en público y efectuar ordenanzas en el país, Petersen y los misioneros que llegaron después de él predicaban en privado y de vez en cuando bautizaban conversos.

Los misioneros hicieron frente a constantes desafíos legales. Muchos eran arrestados, encarcelados y deportados por causa de sus actividades religiosas. En esa época, los Santos de los Últimos Días en Utah practicaban abiertamente el matrimonio plural. En Noruega, los ministros de otras religiones condenaban esa práctica y disuadían a sus feligreses de escuchar a los misioneros. También incitaron a los funcionarios del Gobierno a perseguir a los Santos de los Últimos Días, cuyas doctrinas consideraban impropias de un cristiano.