2002
Juntos para siempre
febrero de 2002


Tiempo Para Compartir

Juntos para siempre

“Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos” (Mateo 16:19).

Julia estaba triste. Su abuelita estaba en el hospital y su madre había ido a visitarla

“¿Qué te pasa, Julia?”, le preguntó Ángela, su hermana mayor.

“¿La abuela va a ponerse bien?”, quiso saber Julia.

“No lo sé”, respondió Ángela.

“¿Por qué no estás triste tú? ¿Acaso no quieres a la abuela?”, preguntó Julia.

“Claro que la quiero”, dijo Ángela. “Pero incluso si muere, podemos estar juntos para siempre”.

“Creía que estar juntos para siempre quería decir que nadie iba a morir”, dijo Julia.

Ángela sonrió. “Estar juntos para siempre significa que podemos estar juntos como familia en el reino de nuestro Padre Celestial”.

Julia suspiró. “No entiendo”.

“El mes que viene, Marcos y yo vamos a casarnos”, explicó Ángela. “¿Sabes dónde?”

“En el templo”, respondió Ángela. “Llevas meses planeándolo”.

“En realidad desde que tengo memoria he estado haciendo planes para casarme en el templo”, explicó Ángela. “En el templo seremos sellados como una unidad familiar eterna. Como los abuelos también se sellaron en el templo, al igual que mamá y papá, todos estamos sellados como familia aun después de esta vida”.

“¿Y es así de fácil?”, preguntó Julia.

“También debemos esforzarnos por vivir desde ahora como una familia eterna. Tenemos que vivir el Evangelio, amarnos unos a otros y ayudarnos mutuamente”.

“Me alegra que seas mi hermana para siempre”, dijo Julia.

“A mí también”, respondió Ángela.

Instrucciones

Separa la página 5 de la revista y pégala en cartulina gruesa. Recorta la sección del templo por las líneas de puntos y haz unas rendijas en las líneas punteadas del templo y del terreno. Una vez hecho el doblez, dobla la figura por la línea sólida al igual que las tres lengüetas. Recorta las figuras de la familia y pégalas a las lengüetas (fíjate en la ilustración). Recorta los arbustos y en el que está en blanco escribe algo que vayas a hacer para prepararte a ir algún día al templo. Mete los arbustos en las rendijas de los terrenos del templo. Te recordarán las cosas que tu familia puede hacer para estar junta para siempre.

Ideas para el Tiempo para compartir

  1. 1. Divida los niños en cinco grupos y haga que cada uno lea uno de los siguientes pasajes de las Escrituras: (1) Moisés 5:2, 12; (2) 1 Nefi 1:13; 2:1–4; (3) Mosíah 27:11–16; (4) Helamán 5:12–14; (5) Alma 56:47–48. Pida a cada grupo que comente sobre cómo ayudaron a sus hijos los padres que se mencionan en estos pasajes. Pida a cada grupo que haga un dibujo de los versículos que les hayan tocado y que los expliquen al resto de los niños. Canten canciones o himnos que se relacionen con cada pasaje. Ayúdeles a entender y memorizar: “Honra a tu padre y a tu madre” (Éxodo 20:12).

  2. 2. Explique que los niños pueden ayudar a sus familias a estar juntas para siempre al ser comprensivos. Hábleles de Salomón, quien pidió a Dios un corazón entendido (véase 1 Reyes 3:5, 9–12). Comenten lo que significa tener un corazón entendido. Recorte varios corazones de papel y escriba una situación en cada uno. Por ejemplo: (1) Tu hermano se ha lastimado el brazo; (2) Tu madre llega tarde a hacer la cena porque ha estado ayudando a una vecina; (3) Tu amigo quiere que te quedes a jugar, pero tú ves a tu padre trabajando en el patio. Explique a los niños que ellos tienen un corazón entendido y pregúnteles qué harían en cada situación. Canten una canción o un himno sobre la familia. Ayude a los niños a hacer tarjetas para dar a sus familias. Por delante escriban: “Puedo tener un corazón entendido al…”. Pida a los niños que escriban o dibujen en las tarjetas lo que pueden hacer para ser más comprensivos.