2003
Se dirigen a nosotros
Mayo de 2003


Se dirigen a nosotros

Informe de la Conferencia General Anual número 173, del 5 y 6 de abril de 2003, para los niños de la Iglesia

Presidente Gordon B. Hinckley: El Evangelio de Jesucristo es el camino de la paz. En la medida en que lo sigamos y lo incorporemos a nuestras vidas, en la misma proporción seremos bendecidos y prosperados. ¡Qué prodigioso es ser parte de esta obra maravillosa! Regocijémonos en nuestra gran oportunidad. Sirvamos con alegría.

Presidente Thomas S. Monson, Primer Consejero de la Primera Presidencia: El desear no reemplazará la preparación minuciosa para afrontar las pruebas de la vida. La preparación es trabajo arduo pero es absolutamente esencial para nuestro progreso.

Nuestra jornada hacia el futuro no será una carretera llana que se extienda de aquí a la eternidad; por el contrario, habrá bifurcaciones y bocacalles, y, naturalmente, baches inesperados. Debemos orar a diario a un Padre Celestial amoroso que desea que triunfemos en la vida.

Presidente James E. Faust, Segundo Consejero de la Primera Presidencia: Son tantos los matices de lo bueno y lo malo, que depende de cada uno averiguar dónde está trazada la línea. Les insto vigorosamente a que, si tienen la más mínima duda sobre si su conducta personal está bien o mal, no sigan con ella. Cada uno de nosotros tiene el albedrío moral y el don del Espíritu Santo, el cual nos agudizará la comprensión de lo que está bien y de lo que está mal.

Élder Russell M. Nelson, del Quórum de los Doce Apóstoles: Mediante la oración, demostramos nuestro amor por Dios. ¡Y Él ha hecho que sea tan fácil! Podemos dirigirle nuestras oraciones en cualquier momento; no necesitamos un equi-po especial, ni siquiera es necesario cambiar pilas ni pagar una cuota mensual para hacerlo…

Incluso, es posible ofrecer oraciones en silencio. Se puede pensar una oración, en especial cuando no sea apropiado pronunciar palabras…

Terminamos la oración “en el nombre de Jesucristo, amén”. Y cuando oímos la oración de otra persona, agregamos en voz alta nuestro “amén”, con lo que queremos decir: “Esa es también mi oración”.

Élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles: Al igual que los pioneros, debemos agradecer a Dios nuestras adversidades y orar pidiendo guía para afrontarlas. Mediante esa actitud y nuestra fe y obediencia, haremos realidad las promesas que Dios nos ha dado. Es todo parte del plan.

Élder Joseph B. Wirthlin, del Quórum de los Doce Apóstoles: El Espíritu Santo es un personaje de Espíritu, un miembro de la Trinidad separado y distinto. Es un testigo o testador del poder de Dios, de la divinidad de Cristo y de la veracidad del Evangelio restaurado…

…Cuando somos confirmados se nos confiere el derecho a la compañía del Espíritu Santo, pero es un derecho al que debemos seguir siendo merecedores mediante la obediencia y la dignidad. No podemos restarle importancia a este don.

Élder Dennis B. Neuenschwander, de la Presidencia de los Setenta: Las reuniones sacramentales son, en realidad, mucho más que sólo reuniones. En un lugar santo, hay momentos sagrados; en esos momentos semanales reflexionamos sobre el acto de sacrificio más misericordioso que el mundo haya conocido; meditamos sobre el amor de Dios que dio a Su Hijo Unigénito para que pudiéramos obtener la vida eterna. Al tomar la Santa Cena, recordamos al Salvador y expresamos nuestra disposición a tomar sobre nosotros Su nombre y a guardar Sus mandamientos.