2007
El seguir a un profeta
Agosto de 2007


Ven y escucha la voz de un profeta

El seguir a un profeta

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En 1915, el presidente Joseph F. Smith pidió a los miembros de la Iglesia que llevaran a cabo la noche de hogar. Mi padre dijo que lo haríamos, que calentaríamos el cuarto de las visitas donde estaba el piano de cola de mamá y haríamos lo que el Presidente de la Iglesia había pedido.

De niños, nuestra actuación era pésima al tener que interpretar alguna pieza musical delante de un público. Podíamos hacer toda clase de cosas juntos mientras jugábamos, pero cuando uno de nosotros intentaba cantar como solista frente a los demás, era como pedir que el helado no se derritiera con el calor de la cocina. Al principio, nos reíamos y hacíamos comentarios graciosos sobre cómo cantábamos, pero nuestros padres fueron muy insistentes. Cantábamos juntos, orábamos juntos, escuchábamos atentamente mientras mamá nos leía los relatos de la Biblia y del Libro de Mormón y papá nos relataba historias que sabía de memoria.

De esas sencillas reuniones que efectuábamos en el cuarto de las visitas de nuestra vieja casa surgió algo indescriptible y maravilloso. El amor por nuestros padres se fortaleció, el amor por nuestros hermanos y hermanas creció, el amor por el Señor aumentó y nuestro aprecio por la bondad pura se acrecentó en nuestro corazón. Esas cosas maravillosas sucedieron porque nuestros padres siguieron el consejo del Presidente de la Iglesia.

Tomado de un discurso de la conferencia general de abril de 1993.

Algo en qué pensar

  1. ¿Por qué la familia Hinckley empezó a celebrar la noche de hogar? ¿Hay algo que deberías empezar a hacer por la misma razón?

  2. ¿Eres tímido al hacer cosas que no sabes hacer muy bien? ¿Qué puedes aprender de la experiencia que tuvo el presidente Hinckley?

  3. ¿Qué bendiciones recibió la familia Hinckley al seguir el consejo del profeta? ¿Qué bendiciones recibe tu familia al seguir al profeta en la actualidad?

  4. ¿Hay algo más en que puedas pensar sobre este relato? Si es así, cuéntalo a tu familia para que ellos también piensen en eso.