Más ideas para el Tiempo para compartir, octubre de 2007

A continuación se ofrecen ideas adicionales que las hermanas líderes de la Primaria pueden utilizar junto con la sección Tiempo para compartir de este ejemplar de la revista Liahona. Para consultar la lección, las instrucciones y la actividad que corresponden a estas ideas, véase “Cuán grande será vuestro gozo” en las páginas A4 y A5 de la sección Amigos de este ejemplar.

1. Antes de que comience la reunión de la Primaria, prepare unos dibujos de corderos (si desea un modelo, consulte la lección 23 del manual Primaria 2, o la lámina 1-8 del manual Primaria 1). Dibuje dos corderos para cada niño, uno sin nada escrito y otro con el nombre del niño. Colóquelos en las paredes del aula de la Primaria.

   Lean Juan 10:14. Ayude a los niños a comprender la comparación que hace Jesús. Dígales que cada niño es como un cordero y Jesús es el pastor o líder (véase “Comparaciones”, La enseñanza: El llamamiento más importante, pág. 185). Cheryl Lant, presidenta general de la Primaria, ha dicho lo siguiente: “Jesús conocía a cada uno de los niños que bendijo en el relato del Nuevo Testamento. Él conocía a cada uno de los niños nefitas, y conoce a cada niño hoy. Él desea que cada uno de ellos sienta Su amor; desea que cada uno de ellos aprenda Su palabra y gane un testimonio. Desea que cada uno de ellos reciba las bendiciones del cielo que vienen por vivir una vida recta” (“Apacienta mis corderos”, mensaje del programa de puertas abiertas de la Primaria, septiembre de 2006).

   Ponga en un lugar visible al frente de la clase la lámina 240 de Las bellas artes del Evangelio (Jesús el Cristo). Pida a los niños que encuentren los corderos que les correspondan y los traigan al Buen Pastor. Pida a la pianista que toque con suavidad mientras los niños van fila por fila a encontrar sus corderos y llevarlos al frente de la clase. Cuando todos hayan terminado, recuérdeles que hay muchos corderos que todavía no han entrado en el rebaño al asistir a la Primaria. Lean Lucas 15:4. Pida a la pianista que toque de nuevo e invite a cada niño a escoger uno de los corderos que no tienen nombre. Pídales que piensen en alguien a quien podrían invitar a unirse al rebaño, que escriban el nombre en el cordero y lo lleven a su casa como recordatorio de invitar a este “cordero” a seguir al Buen Pastor.

   Testifique que Jesús es el Buen Pastor y que dio Su vida por nosotros, Sus ovejas.

2. Invite a un miembro activo de la Iglesia a ir a la Primaria y actuar como si fuera un investigador que está escuchando a los misioneros. Pídale que escriba un gran signo de interrogación en una hoja de papel y lo pegue a su camisa y que después saque otros signos de interrogación de un bolsillo o una bolsa. Explique a los niños que esta persona tiene muchísimas preguntas y pregúnteles si creen que conocen el Evangelio lo suficiente para responder a ellas. Explíqueles que van a hacer un juego de preguntas y respuestas, y que la única dificultad es que los niños tendrán que dar todas las respuestas cantando.

   El invitado comenzará preguntando a los niños: “¿Quiénes son ustedes?” Entonces la pianista tocará suavemente la introducción a “Soy un hijo de Dios” (Canciones para los niños, págs. 2–3), y los niños podrán responder a la pregunta cantando este himno. Repita el proceso con otras preguntas y canciones. Tras cada canción, el invitado repetirá la pregunta y la respuesta. Por ejemplo, “Ah, así que todos somos hijos de Dios y se nos ha enviado aquí porque Él nos ama”. Otros ejemplos de preguntas con respuesta musicales serían: “¿Dónde vivía antes de nacer?”, “¿Qué es la fe?”, “¿Dónde encontró José Smith el Libro de Mormón?”. Deje que los niños decidan qué canción entonar para responder a cada pregunta, y déles una pista sólo si la necesitan.

   Explique a los niños que las canciones de la Primaria les ayudan a aprender el Evangelio. Comparta su testimonio del Evangelio y del valor que tiene la música en el aprendizaje y la enseñanza del mismo.