2016
Ven, sígueme: Cómo enseñar los principios básicos en el hogar
Enero de 2016


Ven, sígueme: Cómo enseñar los principios básicos en el hogar

Parte 1

Las autoras viven en Utah, EE. UU.

El curso de estudios dominicales para los jóvenes —Ven, sígueme— enseña una doctrina fundamental del Evangelio todos los meses. Aquí presentamos algunas maneras para estudiar esos principios doctrinales con su familia.

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Family studying scriptures together in Cochabamba, Bolivia.

Al sentarse para efectuar la noche de hogar, una madre empieza por preguntar a sus dos hijos: “¿Cuándo se han sentido guiados por el Espíritu?”.

La hija de diecisiete años se lamenta: “¡Este mes ya he tenido tres lecciones sobre el Espíritu!”.

“¡Qué bien!”, le dice el padre. “Entonces tendrás mucho que decir”. Se produce un silencio mientras los padres esperan pacientemente que sus hijos piensen sobre la pregunta.

Al fin, el hijo de catorce años les cuenta una experiencia que tuvo en la escuela ese día.

“Sí”, le contesta la madre, “eso me recuerda lo que le pasó a Nefi, que siguió la inspiración del Espíritu cuando no sabía cómo obtendría las planchas que tenía Labán”.

Entonces, la hija también les comenta cómo siguió la impresión que sintió de entablar una conversación en el autobús con una chica que parecía sentirse sola. Su padre la encomia por su decisión y relata una experiencia que tuvo en el trabajo.

La familia termina la lección cantando el himno “Deja que el Espíritu te enseñe” (Himnos, núm. 77).

Un método de enseñanza sencillo —compartir experiencias sobre una doctrina— logró que la noche de hogar fuera un éxito.

Este artículo presenta ejemplos de la vida real sobre cómo las personas aprendieron los principios del curso de estudios dominicales para los jóvenes, el cual está organizado mes por mes. Por supuesto, estos ejemplos no son la única manera de aprender las doctrinas; ustedes pueden buscar inspiración para abordar las necesidades particulares de su familia.

Enero: La Trinidad

Los miembros de la Trinidad: el Padre Celestial, Jesucristo y el Espíritu Santo, son tres Personajes separados, pero están unidos en propósito y en gloria.

Una joven explica lo que aprendió sobre la Trinidad: “Es muy importante para mí saber que mi Padre Celestial, mi Salvador y el Espíritu Santo son tres Seres separados a los que puedo llegar a conocer individualmente, pero seguir en unidad. He llegado a entender con gratitud que puedo llegar a ser como Dios porque la Trinidad no es una sustancia indefinida e incomprensible, sino que son Seres divinos que me aman, me bendicen, me guían y me conocen”.

Para enseñar esta doctrina, tal vez quieran analizar preguntas como estas: “¿Qué aprendemos de la Trinidad sobre trabajar en unidad?” o “¿Cómo podemos fortalecer nuestra relación con los integrantes de la Trinidad?”.

Comparar los pasajes de Juan 10:30 y Doctrina y Convenios 50:43, puede dar lugar a un buen análisis y proporcionar mayor comprensión sobre la unidad.

Febrero: El Plan de Salvación

El Plan de Salvación da respuesta a las preguntas más básicas de la raza humana, tales como: “¿Quién soy?” y “¿Qué propósito tiene la vida?”. El hacernos preguntas y buscar las respuestas es una excelente forma de aprender sobre el plan de felicidad del Padre.

Por ejemplo, un joven comenzó su estudio de las Escrituras preguntándose: “¿Cómo se comparan los atributos de Dios con las características que yo tenía en la vida premortal?, ¿con las que tengo ahora?, ¿con las que espero tener en la vida venidera?”. Escribió las respuestas a esas preguntas que encontró en las Escrituras y las utilizó para enseñar a los demás sobre el Plan de Salvación.

¿Qué preguntas tienen sus hijos sobre el Plan de Salvación?

Marzo: La expiación de Jesucristo

¿Cómo aprendemos no solo sobre la expiación de Jesucristo, sino también sobre el sincero deseo de nuestro Salvador de que hagamos uso de Su expiación en la vida?

Debido a que todos nos hemos sentido solos, hemos cometido errores y necesitado fortaleza, a todos nos ha hecho falta comprender mejor la Expiación y saber cómo aplicarla. Una asesora de las Mujeres Jóvenes utilizó un video para que su clase pudiera comprender mejor la expiación del Salvador.

Esto es lo que comentó una de las jóvenes:

“Estábamos mirando el video ‘Nadie estuvo con Él’ (video, LDS.org). Mientras se oye la música triste de una flauta, la voz del élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dice: ‘Uno de los grandes consuelos de esta época de Pascua de Resurrección es que, debido a que Jesús caminó totalmente solo por el largo y solitario sendero, nosotros no tenemos que hacerlo’.

“Me había sentido avergonzada por necesitar la expiación del Salvador, pero inmersa en el Espíritu sentí que la esperanza de la Expiación disipaba mis sentimientos de culpa. El Señor dio Su vida por mí; Él no lo lamentaba, y yo tampoco lo haría”.

Por ser la Expiación el acontecimiento culminante de nuestra salvación, debemos enseñar y aprender acerca de ella bajo la guía del Espíritu Santo. Quizás sientan la inspiración de analizar pasajes de las Escrituras o testimonios apostólicos como “El Cristo viviente: El testimonio de los Apóstoles” (Liahona, abril de 2000, págs. 2–3). Consideren la posibilidad de analizar una pregunta como esta: “¿Cuándo han sentido el poder sanador, fortalecedor o redentor de la Expiación?”.

Abril: Dispensación, Apostasía y Restauración

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Cups stacked in a pyramid.

Imagen de los vasos, © moodboard/Thinkstock.

El comprender lo que es la Apostasía —apartarse del verdadero Evangelio— nos ayuda a entender la necesidad de que hubiera una restauración del Evangelio, del sacerdocio y de la Iglesia de Jesucristo.

La siguiente lección práctica ayudó a unos misioneros a enseñar a un investigador sobre la Apostasía y la Restauración.

“Mi compañero y yo usamos vasos de plástico con el nombre de los distintos elementos de la verdadera Iglesia e hicimos una pirámide con ellos mientras explicábamos cómo Jesucristo estableció Su Iglesia.

“Luego hablamos de la Apostasía mientras quitábamos los vasos que representaban a los apóstoles y veíamos cómo se desmoronaba la estructura. Al explicar la restauración del Evangelio por medio del profeta José Smith, reconstruimos la pirámide mostrando que la Iglesia hoy en día está organizada de la misma manera en que Cristo la organizó originalmente.

“Por primera vez, el hombre al que enseñábamos entendió; finalmente la Restauración cobró significado para él cuando comprendió por qué era necesaria”.

Hay muchas otras formas de representar el ciclo de la dispensación, la Apostasía y la Restauración. Pueden leer pasajes de las Escrituras sobre estos temas y seguir las impresiones del Espíritu para crear sus propias representaciones de lo que aprendan (véanse, por ejemplo, Amós 8:11–12; 1 Nefi 13; D. y C. 136:36–38; Moisés 5:55–59).

Mayo: Los profetas y la revelación

El Señor tiene un profundo interés por comunicarse con nosotros. Recibimos Su guía en la vida mediante la revelación que da a Sus profetas y a nosotros personalmente.

Con frecuencia, llegamos a comprender mejor los principios del Evangelio si los comparamos con objetos y experiencias de la vida cotidiana. Una jovencita relata cómo una comparación le ayudó a reconocer la revelación:

“Aprendí sobre la revelación mediante un profeta de nuestros días. El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, habló sobre el espíritu de revelación y lo explicó valiéndose de una metáfora sobre la luz. En ocasiones, la revelación se recibe de forma súbita y clara, como cuando se enciende la luz de un cuarto oscuro; pero, es más común que llegue gradualmente, tal como el sol naciente se vuelve cada vez más brillante poco a poco. El élder Bednar dice que la mayoría de las veces la revelación es como una día de niebla: ‘Hay… luz… apenas lo suficiente para dar unos pasos en la neblina’ (en “Modelos de luz: El espíritu de revelación” [video], LDS.org). Esa metáfora, aunque sencilla, me impresionó profundamente porque me dí cuenta de que la revelación estaba a mi alcance si dedicaba tiempo para percibirla”.

Si dedicamos tiempo a estudiar las metáforas, las parábolas y los símbolos, nuestra comprensión de la doctrina continuará acrecentándose. Estos métodos de enseñanza contribuyen a que aprendamos aún más si permitimos que el Espíritu nos revele perspectivas nuevas.

Junio: El sacerdocio y las llaves del sacerdocio

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Statue depicting the restoration of the Melchizedek Priesthood. Temple Square in Salt Lake City, Utah.

El sacerdocio es un tema importante para cada uno de nosotros; es el poder de Dios que puede bendecirnos a todos. Cada uno de nosotros tiene una función importante que desempeñar en la obra del sacerdocio.

Algunas personas no conocen bien los deberes, los oficios y la historia del sacerdocio; un cuestionario quizás sea una forma divertida de aprenderlos.

Según lo que deseen aprender, pueden emplear algunas de las siguientes preguntas y animar a sus hijos a buscar las respuestas en las Escrituras y en las enseñanzas de los profetas de nuestros días.

  • ¿Cuáles son los oficios y los deberes del Sacerdocio Aarónico? ¿y los del de Melquisedec?

  • ¿Qué son las llaves del sacerdocio? ¿Quién las posee? ¿Por qué son necesarias?

  • ¿Cuál es la diferencia entre un oficio, la autoridad y el poder del sacerdocio?

  • ¿De qué manera bendice el sacerdocio tanto al hombre como a la mujer?

Las respuestas se pueden buscar en libros de referencia como Principios del Evangelio, 2009; Leales a la Fe: Una referencia del Evangelio, 2004; y en pasajes de Escrituras como Doctrina y Convenios 13, 20 y 107.

La respuesta a la última pregunta: “¿De qué manera bendice el sacerdocio tanto al hombre como a la mujer?” se encuentra en las Escrituras, pero, aun más importante, la encontraremos al reflexionar sobre la forma en que nos afecta personalmente esta doctrina.