Sé que soy un hijo de Dios

Mi nombre es Noé Gabriel Mauricio Morales, tengo 22 años de edad. Desde niño recuerdo que mi madre, Virgen Morales, me llevaba a la Iglesia donde por mi condición (síndrome de Down), no pude llevar a cabo todos los programas que la Iglesia ofrece. Un día un obispo se interesó en mí, su nombre es Roger Cuéllar y habló con mi madre e hizo todos los preparativos para que yo pudiera bautizarme y así poder gozar de la compañía del Espíritu Santo por siempre. Ese fue uno de los días más felices de mi vida. Desde ese día soy más activo en la Iglesia y siempre me gusta estar temprano, saludar a los miembros y también ayudo a repartir la Santa Cena, lo cual disfruto mucho y lo hago con mucha reverencia. Algunas veces ayudo a entregar las Liahonas.

Mi madre me regaló un traje de vestir para que siempre venga presentable. El año pasado recibí la bendición de asistir al templo en donde ayudé a mi barrio a hacer muchos bautismos. Me sentía como en el cielo.

En lo personal siempre hago mis oraciones y, gracias al apoyo que mi madre me da, puedo desenvolverme en este mundo ya que ella nunca se rindió. Ella me ama y yo la amo también.

Sé que Jesucristo vive y me ama y un día podré estar en su presencia.

*El artículo fue realizado a partir de una entrevista por Jenny Canales.