2020
Historia de Fe
Diciembre de 2020


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Historia de Fe

En muchos momentos de nuestra vida pensamos que ciertos errores o equivocaciones no los cometeremos nunca, que a medida que tenemos ciertas experiencias va a ser más difícil alejarnos de la verdad, pero las dudas nunca dejan de trabajar.

Después de volver de la misión me encontré con una serie de situaciones que nunca antes me había planteado, mi familia estaba fuera del país, me di cuenta de las responsabilidades económicas, espirituales y profesionales que tenía. Algunas veces parecían ser más grandes de mis capacidades, pero aun así sé que el Señor me daba la fortaleza que a mí humanamente me faltaba.

Después de haber participado como líder en un FSY comencé un periodo de mi vida en el cual muchas dudas llegaron a mi cabeza. Al comienzo pensé simplemente en dejarlas ahí y seguir actuando como siempre, pero a veces mis pensamientos volvían a esas dudas y al no tener respuestas y no querer contárselas a nadie; esas dudas se fortalecían y hacían ver cada vez como si todo tuviese menos sentido. El tiempo fue pasando y también algunos roces con algunas personas disminuyeron mis deseos de asistir a la Iglesia, así que dejé de leer las Escrituras y finalmente terminé dejando de asistir.

Los meses pasaron y le conté a mi familia sobre mi decisión; algunos de mis familiares me hicieron saber que su amor hacia mí nunca cambiaría, mientras que otros fueron un poco más duros en sus palabras y otros incluso duraron un tiempo sin hablarme.

Al comienzo de todo este proceso no tenía un plan, solo a veces sentía que obedecía por miedo a las posibles consecuencias y esto no me hacía feliz y pensaba que alejándome de todo iba a encontrar esa paz, pero para sorpresa mía estas dudas sin resolver aún seguían en mi cabeza; había cosas que no iba a negar, porque están fuertemente grabadas en mi mente y corazón y estas verdades también volvían a mi cabeza constantemente, me encontraba en medio de todas estas cosas y a pesar de leer algunos libros, documentos y charlar con algunas personas, nada lograba dar respuestas a mis preguntas.

Un día estaba hablando con mi mamá y le conté toda la situación y sobre todo que me sentía lastimada por algunas personas. Ella me preguntó si yo iba a la iglesia por las personas o por el Señor y también me invitó a dejar de ofenderme por cosas que los demás podrían haber hecho. Unas semanas antes de esta charla con mi mamá tuve una conversación muy interesante con mi tío y él me dijo que las respuestas estaban, pero que tal vez ciertas respuestas tardarían más en llegar.

Comencé este recorrido donde leía, preguntaba y analizaba muchas cosas y sin duda el Padre Celestial estaba también muy interesado en todo este proceso, porque nunca me sentí sola. Unos días después de haber tenido estas interesantes e inspiradoras conversaciones con mi familia, mi presidente de estaca me llamó para hablar conmigo y me citó a una entrevista. Yo tenía muy claro lo que le iba a decir; le iba a contar sobre el proceso de búsqueda de respuestas en el cual me encontraba y le iba a decir que aún no estaba lista para volver porque no estaba segura de que fuera lo correcto, así que fui con todas esas ideas muy claras en mi cabeza de lo que iba a decir y de cómo iba a actuar.

El tono y mis determinaciones durante la entrevista cambiaron cuando mi presidente me preguntó: ¿Crees que afuera vas a encontrar el ambiente necesario para encontrar esas respuestas? En ese momento no pude más que pensar en las experiencias de los últimos meses y ver que realmente no me habían acercado al Salvador, así que con voz suave le contesté que no. Él me hizo una invitación y fue a resolver mis dudas en un lugar seguro, donde iba a estar protegida. Salí de esa entrevista habiendo aceptado esa invitación y también acepté un llamamiento.

En los meses siguientes solo he recibido una respuesta tras otra y sé que aún no tengo todas las respuestas a mis preguntas y, aunque yo sea una fuerte defensora de no obedecer por miedo y no obedecer ciegamente, sino más bien con claridad y por amor, en algunas preguntas sé que no recibiré una respuesta inmediata y la decisión que he tomado en cuanto a eso es obedecer hasta recibir un testimonio y por encima de cualquier cosa obedecer por el amor inmenso que siento hacia el Padre Celestial.

Sé que el Padre Celestial me ama y sé que él ve nuestro corazón y nuestros deseos sinceros; sé que si tenemos dudas podemos resolverlas. Él dará al que busque diligentemente y si tenemos paciencia nos ayudará en el proceso de encontrar de nuevo la verdad.