2021
Los desafíos no la detuvieron
Julio de 2021


Voces de los Santos

Los desafíos no la detuvieron

Mi hija Jenny siempre deseó desde pequeña servir en una misión. Creció, participó en la primaria, y luego en Mujeres Jóvenes. También participó del PFJ, y cuando cumplió 19 años, ya tenía en claro que se iría para la misión. Ella organizó sus documentos y se inscribió en las clases de preparación misional — también acompañaba a las misioneras en las actividades y charlas.

Al llegar su llamamiento, dejó temporalmente su carrera de pedagogía para ir a servir al Señor en Su obra. Sin embargo, mientras se preparaba para partir, yo quedé sin empleo y su padre solo ganaba lo necesario para sostener a la familia, así que decidimos que trabajaríamos duro por obtener dinero para sus gastos.

Jenny obtuvo un empleo en una papelería; adicionalmente vendíamos postres para ahorrar dinero. Sin embargo, aún no nos alcanzaba para comprar maletas y demás cosas importantes para su viaje.

Un día, recibimos una llamada de su prima, Gerardine, quien había finalizado la misión — justo con la maleta que Jenny tanto necesitaba y dos vestidos. ¡Qué bendición!

Viajamos a Bogotá y nos encontramos en el templo, el día que Jenny recibiría sus investiduras. Allí también nos encontramos con un primo, Victor. Hacía mucho que no nos veíamos. Al recibir la noticia de que Jenny partiría a una misión, él se ofreció a regalarle un dinero para comprar sus garments del templo. Fue asombroso.

Durante la hora del almuerzo encontramos a muchos amigos, en especial a un hermanito de nuestro barrio Piedra Pintada. Él es obrero del templo, y se nos acercó para saludarnos. En la conversación, decidió obsequiarle a mi hija ropa especial del templo. Mi Jenny estaba súper feliz y nos dimos cuenta de que nuestras oraciones fueron contestadas.

Dios nos bendice después de hacer cuanto podamos por cumplir y con el deseo sincero de llevar Su gran obra adelante. Ahora la hermana Guzmán, en medio de esta pandemia, está sirviendo en la misión Perú–Iquitos. Ella está adonde el Padre la llamó, goza de buena salud y es feliz con todas sus compañeras de misión y con su presidente Parker y la hermana Parker.

Sabemos que Dios siempre está allí para bendecirnos — sólo debemos creer y nunca dudar.